¿Hablar o No Hablar?

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He visto algunas de las noticias sobre la polémica sobre la famosa cartilla de educación sexual del país. Cierto que es un error promover panfletos pornográficos haciéndolos pasar como dicha cartilla. Siempre hay que hablar desde la verdad y con la verdad. Es preciso también defender a las personas y respetar siempre su dignidad, ello en todo momento y bajo cualquier circunstancia pero distinguiendo entre las persona y sus actos. Es decir yo no debo juzgar una persona ni discriminarla pero puedo juzgar si sus actos son correctos o no. Cuando Yamid Amat entrevista a la ministra Gina Parady cita el Twitter del Expresidente Uribe que dice "decir que no se nace hombre o mujer sino que eso lo define la sociedad es un abuso a los menores, un irrespeto a la naturaleza y a la familia". Uribe saca esto de la página 19 de la cartilla en construcción generada por las naciones unidas que afirma que no se nace siendo mujer u hombre sino que se aprende a serlo de acuerdo con la sociedad. La ministra no respondió a lo dicho en el Twitter sino que acusó al exmandatario de ser parte de "esa maquinaria de odio". Sin embargo creo que este es el punto mismo que se debe discutir en lo referente a la ideología de género.

¿Se nace hombre y mujer o se hace hombre y mujer según una sociedad? Se nace hombre o mujer pero también el hombre y la mujer deben llegar a serlo, es decir, debe haber una identificación psicológica con el sexo biológico. Es de mucha importancia comprender ante todo que la sexualidad es toda una dimensión de la persona, omnipresente en toda ella. No podemos reducir la sexualidad a lo estrictamente genital, cromosómico, psicológico, espiritual, cerebral, social. Todos estos son elementos de la sexualidad y deben integrarse en el complejo conjunto que es la persona.

El sexo cromosómico: está presente en cada persona y nos identifica como hombre (xy) y mujer (xx). O sea que sí, desde el momento de la concepción el ser humano es biológicamente hombre o mujer ya que el tener el cromosoma «y» va a influenciar notoriamente en un desarrollo morfológico masculino mientras que las «xx» seguirán un desarrollo femenino (no entro por falta de espacio a la consideración de patologías cromosómicas tales como el síndrome de Morris o el falso hermafroditismo).

Sexo Gonádico: los cromosomas xy producen el desarrollo de las gónadas masculinas, es decir, los testículos, que ya desde que el embrión comienza a producir hormonas masculinas (testosterona) que influencian morfológicamente y en la formación del cerebro, si es el caso de un hombre. Del mismo modo en la mujer sus cromosomas xx llevan al desarrollo de los ovarios y sus consecuentes hormonas femeninas (progesterona).

Sexo cerebral: una vez que se ha formado el cerebro en el embrión ése toma la dirección del desarrollo sexual según se ha formado con una estructura dada y según nos enseña la neurociencia actual es claramente distinta las conexiones del cerebro de una mujer de el de un hombre y son distintos también en su desarrollo. No superior uno al otro, simplemente distintos.

Sexo desde el nacimiento: los factores anteriores siguen actuando sobre la persona que es hombre o mujer sin embargo comienza a recibir un cierto influjo de la sociedad donde la persona viene tratada como hombre o como mujer. No digo que sólo el aspecto social determine el sexo de una persona pero el niño(a) está asimilando muchos patrones y acontecimientos que le ayudarán o no a aceptar e identificarse con su sexo biológico.

Sexo en la adolescencia: la explosión repentina de hormonas lleva a la persona a interesarse en el campo sexual. Comienza el deseo de conocer el sexo opuesto que es desconocido y complementario. Poco a poco comienza a tener peso la aceptación del propio sexo y la libertad en la identificación. Es posible que a esta edad muchos adolescentes crean sentir atracción hacia las personas del mismo sexo sin que ello implique que sean homosexuales. Esto se da por la mencionada explosión hormonal, por experiencias negativas e incluso porque proyectan en personas del mismo sexo sus ideales (p.e.: papá o mamá). Buenas experiencias y un buen acompañamiento sincero guiarán a la persona hacia una madura identificación con su sexo.

El juicio de los demás y de sí mismo: el joven puede ser hombre o mujer biológicamente pero para identificarse con su propio sexo le sirve que otras personas le consideren como tal y que, en cierto modo, le confirmen.

Se nace hombre o mujer pero cada hombre y cada mujer debe recorrer un camino hasta llegar a la identificación y aceptación del propio sexo, un camino que pasa por la libertad e unfluencia social y llega la realización personal cuando el aspecto psicológico (espiritual y libre) llega a identificarse con el aspecto biológico (físico y determinante). No es cuestión, pues, de un me siento, me gustaría, me educaron sino del hecho de llegar a mi plenitud personal y a la verdadera felicidad que yace no en un libertinaje (del todo vale y todo cuenta con tal de sentirme bien) sino de la auténtica libertad que no es hacer lo que quiero sino elegir voluntariamente aquello que es la Verdad, que es el Bien, aquello que soy realmente. Lo otro satisface momentáneamente pero no colma de la Felicidad Profunda de una vida auténtica vivida en la plenitud y verdad.

Por eso pienso que enseñar a los niños, desde pequeños que se puede elegir el propio sexo es un error porque es falso. Debemos enseñarles a caminar por la verdad y ayudarles a llegar a una plena identificación y aceptación con el propio sexo. No les hacemos bien al decir que cualquier deseo, aunque contrario a su propia naturaleza, es lícito. A quien padece de cleptomanía no se le hace bien dejándole robar y diciéndole que eso es bueno. Tampoco permitimos que el pirómano vaya por ahí quemando cuanto quiere porque eso es lo que le gusta, ni al alcohólico le incentivamos a seguir así porque "es libre de hacer con su vida lo que quiere". Por supuesto que el borracho, el cleptómano, el pirómano y quien tiene una tendencia homosexual debe ser respetado como persona y debemos promover tal respeto, pero se ha de diferenciar entre la dignidad de la persona (a quien debemos acoger y acompañar) y la bondad o malicia de sus actos que pueden traer perjuicios para ella y para la sociedad. Y hay que reconocerlo, las prácticas de actos homosexuales vienen en detrimento de la salud de la persona, tanto física como psicológicamente y están lejos de ser naturales ya que en sí mismos no son complementarias ni están abiertas a la generación de la vida. Además provocan un daño a la sociedad ya que, con el pretexto de una tranquilidad psicológica o malentendida libertad, enseña que en vez de luchar por ser auténticos, aunque cueste, podemos hacer cualquier cosa con tal de satisfacer nuestros sentimientos, gustos e instintos. Pero la persona es más que instintos, es un ser espiritual y libre capaz de sobreponerse a las dificultades y valerse de ellas para crecer y llegar a su plena realización en el Bien y en la Verdad.

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2016 ⏰

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