Me encontraba en un pasillo.
Un pasillo muy ancho y largo con decoraciones carísimas. Junto a mí, justo a mi lado, se encontraba Lucy cogiéndome la mano con fuerza.
De repente desaparece.
Ahora se encuentra muy lejos de mí.
Sonriéndome.
De una zona oscura al final del largo pasillo, una espada sale disparada contra Lucy.
Mi Luce.
No era una espada cualquiera. Era una recubierta de sombras que iba hacia ella a una velocidad increíble con una fuerza monstruosa.
Empecé a correr, como si no hubiera un mañana. Esto no podía estar pasando.
No otra vez.
Correr no servía de nada.
Parecía que en vez de avanzar iba hacía atrás. Cada aso que daba en vez de acercarme, me alejaba.
No. Otra vez, no.
La espada estaba a punto de alcanzar a Lucy, y yo no podía estar más lejos de allí. Más lejos de su lado.
Empecé a correr más rápido y ella seguía sonriéndome. Como si no pasara nada. Como si no hubiera nada atentando contra su vida.
-¡Lucy! ¡¡Apártate de ahí!!
Pero no se movía.
Seguía mirándome con su hermosa sonrisa plantada en su cara como si de una imagen en pausa se tratara.
No hacía caso a ninguno de mis gritos y eso era desesperante.
De repente la espada la alcanza y cae al suelo de rodillas con la espalda clavada en el pecho.
Cuando llegue a su lado estaba en el suelo, muerta pero todavía con una sonirsa.
Su sonrisa...
-¡¡¡LUCYYYY!!!
❌
-¡Lucy!- grito Natsu mientras se incorporaba en la cama, con la respiración acelerada y un sudor frío recorriendo cada parte de su cuerpo causándole escalofríos.
Se llevó las manos a la cabeza y se frotó los ojos para despejarse.
-Un sueño...-susurro para sí mismo con las manos todavía cubriéndole la cara. Silenciosas lagrimas habían empezado a caer producto del mal sueño.
La pesadilla.
Su pesadilla.
Natsu dio un suspiro donde soltó el aire que había retenido sin darse cuenta desde que despertó y se estiraba los tensos músculos de su cuerpo.
Se quitó las manos de la cara y se apartó el pelo que caía por su frente. Cuando miro a su lado no había nadie.
Lo siento...
Pasó la mano por el bulto de sabanas deshechas y arrugadas al otro lado de la cama percibiendo el sutil aroma a vainilla que estas desprendían y la suave calidez que todavía desprendían.
Poco a poco quito las sabanas que lo tapan de encima y se levantó de la cama mostrando su pecho descubierto y sus pantalones largos de pijama de cuadros rojos.
Lo siento, no lo hice la última vez...
Con paso lento y pesado salió de la habitación mirando hacía todos lados con la esperanza de ver donde se encontraba.
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Sueños
FanfictionTodas las noches, cuando nos dormimos, soñamos. No solemos acordarnos de lo que pasa por nuestra cabeza en esos momentos, pero hay otras que todo se queda grabado en tu cabeza y en tu memoria como cuchillos de fuego. Asustado. Con la respiración ace...