Ya estaba llegando el invierno y como todos los malditos años se acostumbraba a hacer un baile, uno en el cual chicos invitan a las chicas, visten trajes y vestidos hermosos largos o cortos. Todos parecían tan emocionados esos días antes de el grandioso baile pero la verdad es que no era especificamente para todos así, los ''inadaptados'' como nos llamaban solíamos quedarnos a un lado sin ser invitados asistiendo solos o incluso quedandonos en nuestras casas para evitar más humillación.
Es por eso que este año profesores han armado las parejas y un castigo para aquellos que no fueran, una condena segura. Nadie se salvaría de esto. Incluyendome.
¿Qué podía hacer? Quizá fingir alguna enfermedad hiper contagiosa pero no podría dejar sola a Jules o a Fred, ambos me necesitaban, los necesitaba.
Como si fuera poco tuve que aceptar y unirme a esta locura, participar del maldito sorteo en el cual mi pareja sería elegia al azar y con suerte el destino me pondría con alguien que más o menos me agradara aun que pocos lo hacían en verdad.
La escuela entera estaba reunida en el patio donde había un pequeño escenario montado por maestros dónde se encontraban dos bowls gigantes conteniendo nombres de chicas y chicos, así nos tocaría con cualquiera, alguien menor o mayor, no importaba.
-¿No crees que todo esto es una maldita locura? No pueden obligarnos a ir con cualquiera-Farfullo Jules que por dentro probablemente estuviese explotando de ira. -¡No es justo!-Grito sobre la multitud captando algunas miradas.
-Espero que me toque con Adrian, ella si esta que arde-Dijo Fred refiriendose a la rubia de faldas cortas que siempre le echaba un ojo, digamos que era una puta. -¿Qué piensas Ash?
-Concuerdo con Jules pero creo que deberíamos darle una oportunidad, no puede ser tan malo como parece-No estaba tan convencida de todo esto pero debía ser positiva, digo, darle alientos a mis amigos es bueno ¿No?. -Ahora saldrá la primera pareja-Dije al ver que la profesora Mackenzi sacaba los primeros papeles mientras se dirigía al microfono.
-La primera pareja son Franco Morrinson y la señorita Ashley Withmore, felicidades-Las miradas se dirigieron a mi como si fuera una especie de bicho raro, incluso me sentí así.
¿Yo y Franco? Debía haber un gran error en eso, él era uno de los más populares y junto a su ego se encontraban todas las chicas por detrás, un mujeriego egolatra.
Levante mi mano a lo alto y la profesora me dio la palabra.
-Me rehuzo, no iré con él-Grite y al mismo tiempo un coro 'buh' 'oh' resono.
-¿Por qué dice eso señorita Withmore?-Sonó por los parlantes.
-Prefiero un castigo si es necesario-Jules me dió un codazo.
-Calla ¿Cuál es tu problema? ¡Él es popular!-Dijo a lo bajo.
-Por eso mismo-Me queje. -No iré con él
-Luego discutiremos eso, si permite continuar con las parejas-Sonaba enfadada la profesora y tenía motivos.
Eso había destrozado mis ánimos por completo, me rehusaba a ir con ese egolatra. Y es que él tan solo usaba a las chicas.
Finalmente cuando terminaron de anunciar las parejas nos permitieron un tiempo para conocerlas, por lo tanto debería socializar con Mister Ego, lo cual no me caía muy bien. Camine como una condenada hacia él quien tenía una sonrisa socarrona en su estúpido rostro.
-¿No quieres ir conmigo eh Withmore? Te diré que-Hizo una pequeña pausa.-Si me soportas todo el baile te dare una noche grandiosa-Me guiño el ojo.
¿Cómo se atrevía? Maldito pervertido, iba a golpearle su cara de chico bonito.
-¡¿Disculpa?! No soy como tus chicas-Le grite intentando darle una cachetada pero el atajo mi mano a la perfección.-Sueltame-Bufé pero él tiro de mi otra mano acercandome a su pecho.
-Te has sonrojado-Rió.- Tienes razón Ashley no eres como ellas-Susurró en mis oídos.-Eres un desafio y eso me excita
-Me das asco-Espeté mirandole con una cara de mil demonios.
Se estaba pasando de listo y no lo dejaría, después de todo era un chico con exceso de hormonas.
-Mueres por besarme-Se acerco a mí.-Lo haces tú o lo hago yo-Susurró.
-No te atreve...
Me estaba besando, sí, Franco Morrinson estaba intercambiando saliba conmigo ¡Argh! Quería alejarme de él pero me sostenía con fuerza de la cintura, imbécil.
-Esta bastante bien para nuestro primer beso-Sostuvo mi mentón.
¿A qué se refería? ¿Habría más? Mierda.