Despierto en París junto a esa hermosa dama, la veo en la cama, envuelta en esas sábanas. Su sonrisa ilumina esta mañana, mientras sus ojos se abren con desgana. Su mirada, va cogiendo fuerza, a la par que yo me acerco, ni una sola palabra, fluyen los pensamientos. Ella quiere guerra, corazón de piedra, cual ideas no concuerda, no entiende de sentimientos. Se incorpora poco a poco, se asoma a la ventana. Me está volviendo loco, relación insana. Siempre me pregunto que será de mi mañana. Mi corazón es tuyo, lo destruyes con tu garras. Te aferras, y acabas perdiendo. La esencia de vivir en esta tierra es el amor, no entiendo, ¿por que me está doliendo...? Me falla, lo estoy viendo, tan solo estoy sintiendo, dolor, ardor... por dentro, no es amor, es falta de color, necesito su calor. Es mejor, que se quede en anécdota, poderte contar la historia usando mi voz. Siempre nos quedó París...
