¿Otra vez tú? RL

Capítulo 7.

Mi estómago dio un vuelco.
Me retorcí en el sillón y apreté mis manos en forma de puños.
Una lágrima salió de mi ojo y entonces desperté.
Me dolía el estómago, cómo si fueran cólicos muy potentes.
Me senté en el sillón y me recogí el cabello en una cola, estaba sudando, lo cual es raro ya que tengo el aire acondicionado prendido.
Otro vuelco llegó a mi estómago y solté un chillido.
Me moví un poco y pude notar una mancha de sangre en el sillón.
Mis ojos se abrieron demasiado y me espanté. Tenía miedo.
Prendí mi celular y rápido llamé un número. Taylor.
Tardó un poco en contestar.

--¿Hola? ¿_____?

--Hola Taylor, lamento si te levanté pero eres la única persona en que confió y necesito tu ayuda urgentemente.

--Claro, que necesitas?

--Necesito que me lleves al hospital, por favor, te necesito.

--¿Está bien el bebé?-preguntó alarmada-

No importa como se entero del bebé, ya que Ross se encargó de divulgarlo y todos lo contaban a todos. Era como una cadena.

--No estoy segura.-chillé-

--Bien, ten calma, mándame tu dirección y llego en 5 minutos.

--Bien gracias.-volví a chillar

Enserio parecía que estaba menstruando.
Pero cuando una está embarazada, no le viene Andrés, ¿O sí?
Sacudí mi cabeza, no tenía tiempo de ponerme a investigar cosas que vi en biología.
Como pude, fui a mi habitación y busqué un cambio de ropa. Lo eché en una mochila y volví a ir a la sala, solo me quedaba esperar a Taylor.

***
Los brazos de Taylor me ayudaron a subir al auto.
Parecía que estaba entrando en coma, no podía decir o hacer algo.
Mi vista se iba cerrando y no podía hacer nada.

***

Desperté en una habitación color verde manzana con anaranjado.

"Que mal gusto para combinar colores"-pensé-

Podía escuchar la máquina que controlaba mi corazón haciendo molestos sonidos.

Bip, bip, bip, bip.
Irritante.

Podía ver por la ventana, que los rayos del sol comenzaban a salir.
Mi estómago crujió. Tengo hambre.
¡Mi bebé!
Me alerté al recordar que casi muero hace algunas horas.
Traté de sentarme un poco mejor en esa cómoda camilla en la que estaba.
No había nadie en la habitación.
Busqué entre las sábanas mi celular, pero no aparecía.
Escuché como el sonido de cuando le bajas la palanca al retrete provenía del baño.
Me sobresalté, ya que pensaba que estaba sola.
Podía escuchar como la puerta del baño rechinaba lentamente.
Después escuché como alguien abría la llave del tocador, seguramente de estaba lavando las manos.
Me volví a acostar pero no cerré del todo los ojos.
Escuché la llave cerrarse. Y ví como aparecía alguien.
Abrí mis ojos y me encontré con los suyos.
Me quedé paralizada.

--Veo que ya despertaste.

--¿Qué estás haciendo aquí?

--Yo te traje a ti y a Taylor.

--¿Y por qué harías algo lindo por mí?-pregunte irónica-

--Es muy temprano aún, deberías dormir.-contestó evadiendo mi pregunta-

--No contestaste mi pregunta.-me crucé de brazos-

--Mira _____.-dijo acercándose a mí- ya no sé que hacer para dejarte más en claro que yo no...-un sonido lo interrumpió-

--Ya volví.-susurró Taylor entrando por la puerta- Oh, ya despertaste. Perfecto.

--Cuando te llamé, me refería a que vinieras sola.

--Lo sé, disculpa pero escucha.-se sentó en el sofá de la habitación- Ross era la única manera mucho más rápida en la que te podría ayudar, por que si yo sacaba mi coche del garage, mis padres se darían cuenta, y como el carro de Ross estaba fuera, todo fue más rápido.

Yo no esperaba una explicación.

--Espera. ¿Afuera de tu casa?

Asintió.

--¿En la madrugada?

--Bue..bueno...sí.-dijo más roja que un tomate-

Hice una 'O' con mis labios.

--¿Ustedes...están, ya saben...saliendo?-pregunté confusa-

--Algo así.-respondió Ross-

--¡Los felicito!-mentí-

Nada cabía en mi cabeza.

--Pensé que Ross te lo había dicho.

Fruncí el ceño.

--Ya sabes, como son mejores amigos y se cuentan todo...

-Ah si.-reí nerviosa- Seguramente lo olvidé.-lo miré-

Estúpido.

--¿Y cómo supiste del bebé?

--Travis.-dijo obvia-

¿Travis? ¿Qué no fue Ross él que inició todo?

Reí nerviosa mientras miraba de reojo a Ross. Tenía la mirada perdida en su celular. Quizá esto era incómodo para él.
Lo era para mí.

La puerta se abrió dejando ver a una enfermera de unos 40 años aproximadamente.

Me hizo una revisión y poco después volvió a entrar con una bandeja de comida. Más bien desayuno.

--Disculpe, puede decirme cómo estoy aqui. Lo último que recuerdo fue haber estado desangrandome en el sillón.

--Entro aquí de urgencia, los doctores le hicieron revisión y el pequeño se estaba saliendo de la matriz. Gracias a Dios, ya todo está bien y su bebé y usted están estables. Pero las recomendaciones dicen que debe estar en reposo absoluto, no debe hacer movimientos bruscos ni hacer mucha fuerza.

--Gracias.-contesté traumada.-

¡Estaba a punto de abortar!

--Por nada.

Se dirigió a la puerta.

-- ¡Ah por cierto! Tiene un ultrasonido a las 5 de la tarde. Unas enfermeras la ayudarán a bajar.

--Okey, gracias.-sonreí como pude.-

***

--Las recomendaciones están en esta libretita.-dijo la doctora que hizo mi ultrasonido-.

Había visto a mi bebé.
Era una cosita pequeñita pero muy hermosa.
Ya deseaba cargarlo, alimentarlo y pasar todo el tiempo con él o ella.
La doctora me dió una pequeña foto del ultrasonido y me la quedé en el bolsillo de mi vestido.

Ya otra vez en mi habitación de hospital, me recosté en la camilla y pude ver a Ross dormido en el sofá de la sala.
Elevé mis labios y con mucho cuidado me acomode.
Tenía una bandeja de postre a un lado de la camilla y una nota de Taylor.

"Mamá y papá me llamaron, tenía que volver a casa pero Ross se ofreció a cuidarte. Espero te mejores y tu bebé también. Te llamaré en cuanto pueda."
-Tay

¿Ross se ofreció a cuidarme?
¿Qué mosca le picó?

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