DOMINGO
¡No me dejes Isaac! ¡No te vayas! ¡No ves que estoy aquí!
– ¡Siento no haberte protegido lo suficiente! ¡Siento tanto haber tenido la razón al decir que no estabas lista y ahora cargaré con eso toda mi vida!- decía Isaac mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
- ¡A dónde vas! ¡Isaac!
- Lo siento, Ana. Tu misma te lo buscaste. –Sin decir otra cosa Isaac se aleja dándole la espalda a su hermana y encontrándose con el nuevo grupo: Alan, Karen y Abraham. Ana no entiende nada e intenta ir tras de él pero no puede. Se da cuenta de que no puede moverse. Intenta con las piernas, los brazos, el cuello, nada. Es inútil, como si hubiese perdido las fuerzas y ahora apenas percibe el sonido. No lo soporta, quiere correr, alcanzar a su grupo y no puede.
Los ve.
Están muy lejos, ya no podrá ni siquiera gritar y ser escuchada, sin embargo ella sí que los escucha y alcanza a verlos; mira a Karen, quien abraza a su hermano y percibe claramente de su dulce voz una frase, una frase que la deja perpleja: "siento que haya tenido que pasar por todo esto y terminar muerta..." le da un vuelco al estómago quiere gritar, quiere ponerse de pie y demostrarles que se han equivocado, que sigue ahí. Viva.
- ¡Nooooo! – se despierta sudorosa y con unas cuantas lágrimas que apenas se le asoman. Mira a su alrededor y no distingue nada. Esta oscuro aún y solo ha tenido una terrible pesadilla. Intenta recordar lo que paso anoche, estaba con un chico de cabello negro y ojos muy atractivos: oscuros. Ahora puede asociarlos con la noche, ah si, ese es su hermano perdido. Charlaba con él y debió haberse quedado dormida, eso es lo más seguro.
Ana se levantó de la "cama" y ahora esta en la cocina, quiere un vaso con agua pero no esta muy segura de encontrar lo que busca.
- ¿Tienes hambre?-dice una voz a sus espaldas, una voz femenina y dulce, Karen.
- Ah no. Tengo sed. Buscaba un vaso y... y el agua. ¿Te desperté?
- No, ya estaba despierta- aclaró Karen buscando en la oscuridad el agua- no he podido dormir mas bien, escuché ruido así que decidí venir.
- Lo siento...
- No te disculpes, no es culpa tuya que no pueda dormir. Toma, es agua embotellada, no necesitas vaso-. Y aunque Ana no la puede ver sabe que le está sonriendo.
- Gracias, no creo que pueda regresar a la cama después de... bueno.
- ¿Tuviste un mal sueño, eh? Suele pasarme a mí también. No eres la única.
- Éste fue muy real, incluso estabas tú –. Ana temía contarle el sueño a Karen pues con tan solo pensar en él, el sufrimiento comenzaba. Sin embargo Karen le insistió demasiado y no tuvo más remedio que ceder. Le contó cada parte de su sueño, desde el inicio hasta lo que sintió al oírle decir que estaba muerta. Karen escuchó con atención hasta la última palabra que Ana le mencionó y se sintió fatal, no es fácil saber que fuiste la pesadilla de alguien.
- Escucha, Ana, eso jamás va a pasar. Tu hermano hará lo posible por protegerte, además me tienes a mí a Alan y a tu hermano Abraham. Yo no me alejare de ti y te voy a cuidar y estoy segura que ellos también lo harán –. Karen le dio confianza a Ana que después de todo sonrió tímidamente –. Si no podrás dormir, tal vez quieras acompañarme en mi insomnio.
- Mmm, sí. Me parece. ¿Puedo preguntarte algo?
- ¡Claro! Suéltalo...
- ¿Qué es lo que no te deja dormir a ti?- la pregunta la tomó desapercibida, no esperaba que Ana se preocupase por ello, pero la respuesta no era tan simple, tenía que ver con Isaac, su hermano.
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Si tú vas, yo también
AventuraLa Zona. Más de 90 kilómetros a la redonda de lo que fue el estallido del rector. Isaac, un SOBREVIVIENTE, creía que estaban solos, él y su pequeña hermana, pero se equivocó. Su objetivo estaba claro al inicio: buscaba algo, algo que le había si...