Seducción que no conocia

Parte 2 Alison... y su preocupación.

Al llegar a mi depa, luego de ese incidente tan raro, camine de un extremo a otro, preguntándome que fue eso, colocaba mis manos en mi cintura y murmuraba que le pasaba a ese tipo, luego de un momento, decidí ir directo a mi cama y empece a darme vueltas y vueltas, hasta que deje de pensar en esos ojos y me quede dormida, cerca de las 8 am sonó mi alarma, restregó mis ojos y fui directo a darme un baño, hice todo como de costumbre, tome un pequeño desayuno, leche con cereal y unas tostadas con huevo revuelto, luego de un instante, me dirigí a mi jeep, con rumbo al gym, abrí la guantera para sacar mis lentes de sol, ya que tenia enormes bolsas debajo de mis ojos, gracias a mi desvelada de anoche, entre al gym mi entrenador Roberto me saludo como siempre, me miro de pies a cabeza y dijo cada vez estas mejor, haciendo muecas pervertidas, pero era gay así que no entraba en mi lista de "Hombres detestables" era como una amiga mas. Empece mi rutina diaria, un poco de cardio para luego mezclar con ejercicios de fuerza, mientras roberto reía por lo que me había pasado anoche, especialmente con la frase de que apestaba a gato mojado, en eso miro a mi  derecha y no podía creer que estaba allí.

-¡él otra vez!, dije con voz de asombro y de disgusto, fruncí mi ceño para luego darme vuelta

Roberto se giro para ver a quien me refería, y me miro con cara de tonto y me dijo..

-Alison, querida? el lleva mas de medio año viniendo aquí... como no lo ibas a ver?

Mas de medio año? pero como era posible si nunca lo había visto, bueno recordé que soy una de tantas personas que tiene memoria a muy corto plazo, y tiendo a olvidar muy rápido todo, a excepción de ese tarado que por mas que quería sacarlo no podía. 

Terminando mi rutina me dirigí a mi jeep, odiaba bañarme en el gym prefería llegar a mi depa y hacer todo allí tranquila, iba saliendo y de lejos oigo.

-Ahora entiendo tu mal olor anoche, al parecer eres bien guarra...No entiendo como logras acostarte con tanto hombres,  dijo con tono de asco.

Ni pude darle la vista,  por alguna u otra razón, me quede inmóvil, no sabia que le había echo para que me tratara así, salí lo mas rápido posible, tire mi bolso al asiento del copiloto, y comencé a sentir mis lagrimas calientes y saladas mientras llegaban a mis labios, en el fondo, él tenia razón, estaba sucia, pero no por fuera, sino por dentro, pero él no tenia el derecho de tratarme así, y menos si no sabia bien como eran las cosas...Si era verdad, iba a muchas fiestas, me emborrachaba, soy un desastre, pero aun que nadie lo creyera nunca me acostaba con nadie, si los provocaba y los dejaba lo mas excitados posible, les quitaba hasta la ropa, pero luego me retiraba, por algo me buscaban , pero era siempre para acostarse conmigo, si quedaba borracha, pero dentro de mi poca cordura, llamaba  siempre al mismo taxi y me  llevaba a mi depa. Por eso siempre despertaba en mi cama. No sé en que momento me convertí en esto, quizás seria cuando escuchaba a Lorena, llorar por amores no correspondido, o por las veces que escuchaba a los amigos de mi hermano hablar de sus chicas, no lo se, pero siempre me puse una acoraza y no confiaba en las relaciones felices, o en el amor sincero, eran solo historias de películas o libros. Encendí mi motor y me fui sin control a mi depa, llore lo que mas pude, nunca me habían tratado así, golpee mi cama tire todo lo que había a mi al rededor, y me quede sentada en el suelo apoyada en el costado de mi cama mirando hacia mi ventana, no iba  a dejar que un estúpido que no conocía, venga a desmoronar toda mi vida. Tome mi control de mi xbox y juegue toda la tarde era algo que me relajaba, me desconectaba de todo, hasta que sentí mis tripas sonar, había olvidado comer algo, me levante del sofá y me dirigí al refrigerador, tome una hamburguesa la cocine y me hice un sándwich, comenzó a tardecer, me fui al baño a darme una ducha, me iba a poner la pijama cuando siento mi móvil sonar, veo en la pantalla, era Lorena, una sonrisa se me formo, ella siempre aparecía cuando la necesitaba.