"Pipi pipi pipi pipi"
- Vale hijoputa cierra la boca. Marga hoy te tocaba apagarlo a ti- Grito a mi compañera de habitación de la residencia.
- Mañana lo apago yo.
- Es el último día de clase, imbécil.
"Pipi pipi pipi pipi" Vuelve a sonar por toda la casa.
- FUCK - Gritamos Marga y yo a la vez, lo que nos hace reír a ambas.
- En cuanto volvamos de la cárcel - Así llamamos a la Universidad - lo tiramos por la ventana. - Dice mi malhumorada compañera mientras mira con odio el cacharro infernal como si éste fuera a intimidarse.
- Yo preferiría que Jenn le diera unos ajustes y meterlo en la habitación de Hugo.
Jenn es una chica de la residencia que estudia ingeniería, y Hugo uno de nuestros dos mejores amigos y gran compartidor de borracheras, y no tanto de resacas.
Sin vestirnos, nos dirigimos a la habitación de Jenn y le pedimos que arregle el dichoso aparato infernal para que no deje de sonar. Esta lo hace con gusto al saber que es para Hugo, al cual odia, y el chisme está listo en menos de 20 minutos.
Como de costumbre, Hugo sigue durmiendo cuando llegamos a su habitación.
Sigilosamente, saltamos sobre la multitud de chicos en calzoncillos que hay por el suelo y programamos la alarma para que empiece a sonar en cinco minutos, pero Marga es torpe, y le da al encendido instantáneo, por lo que el sonido de la alarma empieza a retumbar por toda la habitación.
Mi torpe compañera, que es más rápida de reflejos que yo, lo cual no es difícil porque aparte de malos reflejos mi coordinación es nula, corre como si le fuera la vida en ello. Y tanto que le va, porque Hugo se levanta furioso y corre tras nosotras.
Marga va delante de mí, saltando sobre los somnolientos chicos esparcidos por el suelo, como se nota que ayer fue jueves y hubo fiesta... Y justo cuando creo que estoy salvada, un chico de los del suelo levanta su estúpida cabeza, con la cual mi pie colisiona provocando que mi centro de gravedad toque suelo. Es decir, me meto la hostia del año. Marga se gira al oír el ruido y me ve tirada en el suelo. Le imploro ayuda, pero lo único que hace es irse riendo con su estúpida y contagiosa carcajada. Amigas para esto.
Unas manos agarran mi cintura y me levantan del suelo, y pronto diviso a un Hugo un tanto furioso que me lleva cargada en su hombro.
- Hugo, perdón, de verdad lo siento. - Digo entre carcajadas.
- Ahora vas a pagar por lo hecho. - Dice con una maligna sonrisa en su cara.
Oh no. Ya sé por dónde va.
- Hugo por favor, ¡Todo lo que quieras menos eso! - Grito mientras pataleo.
- Haberlo pensado antes pequeña. - Dice mientras me suelta, tirándome a la piscina.
Cuando el agua toca mi piel está tan fría que dan ganas de morir. Salgo a la superficie en busca de aire y oigo a Hugo riéndose a carcajada limpia.
- Esta me la pagas ¡Pedazo burro!
- ¿Quieres que te recuerde lo que pasó la última vez que dijiste eso? - Dice alzando una ceja.
Mi cara se vuelve roja en milésimas de segundo al recordar el episodio de la tarta.
- Que te jodan Craige.
- Tú tienes más necesidad de ello querida Sullivan. - Se ríe de mí.
Le lanzo una última mirada de odio y veo como su sensual culo se va. Sí, es mi mejor amigo, pero tengo ojos en la cara y ese pedazo culo atrae la vista.
Me levanto del bordillo de la piscina en el que me encontraba sentada desde hacía un rato y me dirijo a mi cuarto. Mientras camino por los pasillos todo el mundo me mira. Vale que sea raro ver a una zombie mañanera completamente empapada andar por tu residencia, pero esto me parece demasiado.
- Me gusta como te queda esa camiseta mojada Sullivan.
Me giro y veo nada más y nada menos que al imbécil de Chuck.
- Que te jodan Chuck.
- Pena que no te paseases más a menudo así por el pasillo, de verdad son unas buenas vistas.
Frunzo mi ceño tratando de descifrar a qué se refiere el engendro malnacido, y al mirar mi cuerpo descubro que la camiseta que me llega hasta la mitad del muslo, con la cual duermo, debido a mi reciente chapuzón, transparenta, y se me ve todo y más. Y para colmo mi ropa interior es negra, lo cual no ayuda demasiado.
Levanto mi cabeza, con mi rostro muy probablemente enrojecido, y camino furiosa a la habitación de Hugo.
Al abrir la puerta, la abro de un portazo y gritando.
- ¡Tú! ¡Imbécil malnacido! ¡Como te coja te reviento a hostias!
Hugo, que ahora está completamente desnudo, gira su cabeza rápidamente y al verme empieza a reírse como un loco. Furiosa, lo agarro de su desaliñado pelo y lo arrastro hasta el pasillo. Una vez allí lo suelto y cierro la puerta de su habitación.
- ¿Qué haces jodida loca? ¡Me está viendo todo el mundo!
- Fíjate tú que problema tengo.
- A ti también te están viendo.
- A mí ya me han visto bastante, ahora el centro de atención eres tú, bonito.
Hugo, avergonzado, trata de volver a su habitación tapándose la entrepierna, pero yo estoy parada delante de su puerta y se lo impido.
- Sabes de sobra que si no te apartas pasaré corriendo y te llevaré por delante.
- No serías capaz. - Le reto.
Hugo alza una ceja, y antes de que pueda arrepentirme de mis palabras me encuentro en el suelo con su cuerpo desnudo sobre mí. Mi cara se vuelve tan roja que estoy segura que no se distingue de la alfombra rojo chillón que está bajo nosotros.
Hugo se levanta riendo y yo también. Y cuando estoy a punto de irme tira de mi brazo y me acorrala contra la pared.
Justo en ese momento llega la desertora, Marga, que a parte de desertora es una malpensada, y por su culpa ahora yo también. Antes era una mente limpia, pero tras dos años de carrera a su lado puedo asegurar que ahora todo tiene sentido sexual para mí.
La cara de Marga es un poema, la mandíbula casi le llega al suelo y sus ojos están muy abiertos, y no es para menos si te encuentras a tu amiga y compañera de cuarto con solo una camiseta empapada que hace ver su ropa interior y a tu mejor amigo desnudo acorralándola contra la pared. Creo que la hemos liado.
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Primer capítulo de este nuevo proyecto, a ver cómo va la cosa...
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Pasaos por Try Hard y demás.
Chauchau!