Cada parte de su cuerpo se encontraba completamente quieto, su respiración era lenta, acompasada, sus ojos expresaban incredulidad, asombro, sarcasmo, pero algo sobresalía sobre todos aquellos sentimientos, era ilusión.
Abrió la boca para hablar, pero ninguna palabra audible salió de su garganta, parpadeo unas cuantas veces, el viento proveniente de una ventana abierta meció sus cabellos rojizos, cerró los labios nuevamente, la persona que se encontraba frente a ella la veía impaciente, ansioso, pero sobre todo anhelante.
-¿Por qué?- logro articular finalmente, sus ojos empezaron a humedecer, paso el bolo que empezaba a formarse en el delicado cuello, apretó fuertemente los ojos, no la vería llorar.
- Porque al fin puedo ver- dijo sin más, la muchacha apretó los las manos contra el impecable vestido blanco, entrecerró los ojos y apretó la mandíbula, su respiración se agito un poco - ¿no quieres que sea feliz acaso?- dijo con resentimiento cargado en su voz mirando fijamente los ojos azules del hombre frente a ella, este se fue acercando lentamente, la mujer empezó a retrocar ante la cercanía del sujeto – Respóndeme- ordeno con voz temblorosa, ya no había donde retroceder, apretó mas el hermoso vestido de novia, choco contra la fría pared de su habitación, el hombre puso los brazos a cada lado de la cabeza de ella, la diferencia de estaturas era notoria, miro entre asustada y retadora a los ojos azules de él, la tenia acorralada – Dé-déjame- ordeno, pero sonó mas como una petición lastimosa, trataba de evadir la intensa mirada del ojiazul mirando hacia abajo o las costados, este se inclino levemente quedando peligrosamente cerca de su rostro sonrojado, su respiración era agitada podía sentir la cálida respiración del hombre.
La luna alumbro el oscuro espacio dejando ver los cabellos negros del hombre que la tenia acorralada, pudo ver su rostro decidido y sus ojos brillar como un cazador al atrapar a su presa, era ella el aperitivo – ¿Quieres una respuesta Nathaly?- susurro cerca de sus labios, el ritmo cardiaco de la mujer aumento al sentir el fresco aliento del pelinegro, apenas podía asimilar su situación actual.
Asintió lentamente, temerosa, como una oveja asustada frente al lobo, pudo ver la sonrisa de lado que le brindo el ojiazul, se acerco a su oído rozando con su nariz su mejilla haciéndola estremecer, el hombre aumento aun mas su sonrisa al ver la reacción que causaban sus actos en ella – Yo soy tu felicidad- susurro, la pelirroja abrió los ojos impactada por la descarada respuesta, empujo al azabache separándose bruscamente de este –Vete- ordeno cargada de resentimiento y dolor.
El hombre no le hizo caso y comenzó a recorrerla con la mirada con completo descaro, la mujer se estremeció ante la inquisitoria mirada del azabache – Vete Mario- hablo más fuerte, mirando hacia otro lado y abrazándose a sí misma por el frio viento que entraba por la ventana.
-No puedes negártelo Nath- hablo con seguridad en su voz el hombre – Deja de torturarte – se acerco nuevamente a la mujer, esta se movió hacia otro lado de la amplia habitación, tropezó con el largo vestido de novia pero no pudo sentir el suelo, unos brazos la atraparon antes de caer, cerró los ojos tratando de no ver al azabache que aun la sostenía – Mírame, Nathaly – pidió acariciando una sonrojada mejilla de la muchacha, esta abrió los ojos lentamente encontrándose con el cercano rostro del joven – Tu me amas – confeso finalmente apretando mas fuerte el cuerpo de la pelirroja contra el suyo, podía sentir el cálido pecho de esta contra el suyo, acaricio el delicado rostro femenino, los ojos agua marina de esta estaban inundados de lagrimas, su mente se encontraba hecha un caos abrió la boca para reclamar pero fue callada por los labios del pelinegro.
Se mantuvo firme durante algún tiempo, finalmente cedió ante la insistente boca del azabache, ¿Por qué?, se preguntaba internamente la muchacha mientras abrazaba por el cuello al hombre y este a su vez la apretaba por la cintura pegándola aun más el, se separaron por la falta de oxigeno, ambos jadeaban con las frente pegadas - ¿Por qué ahora?- pregunto nuevamente la pelirroja en un susurro, el ojiazul tomo el rostro de esta con ambas manos haciendo que lo mire -¿Por qué no ahora?- respondió con otra pregunta, su mirada estaba cargada de amor y anhelo, no dejo que la mujer hablara y atrapo sus rosados labios desesperadamente, besaba ansioso y apasionado a la mujer que una vez se negó amar.
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Decisión de una Novia - (Nathanette) - GB - MLB
Fanfiction-¿Por qué?- logro articular finalmente, sus ojos empezaron a humedecer, apretó fuertemente los ojos, no la vería llorar. - Porque al fin puedo ver- dijo sin más, la muchacha apretó los las manos contra el impecable vestido blanco, entrecerró los ojo...