Motivos no le faltaron
para tomar la decisión,
poner las manos sobre la mesa,
unir los ingredientes y
amasar con todas las emociones dispersas,
el dolor, la angustia y la desazón
fueron testigos de su silencio
esa mañana.
La salsa de tomate pegada en la olla,
había ido al baño apurada y algo enturbio el aire,
se había quemado en el fuego,
que había olvidado bajar.
Y ya la salsa no era la misma,
la que juntaba los domingos a todos
en la mesa para festejar antes de mirar
el partido, jugar a las cartas o rememorar
historias de antaño.
Pero no había tiempo, solo unas horas
para improvisar otra salsa con queso crema
y algún secretito de la abuela.
Los nervios y la pesadez ante la espera la
agotaron.
Encendió la radio para entretenerse con las
noticias y en la espera ansiosa, la mesa puesta,
el delantal colgado, el pan fresco sobre la panera,
las servilletas a cuadros recién almidonadas
con perfume a rosas, el centro de mesa haciendo juego
con el mantel y su vestido nuevo, regalo de sus hijos
por el aniversario pasado.
El silencio aumenta y la ansiedad la hunde sobre el sofá.
La gente no llega, cierra sus ojos unos instantes y se queda
dormida.
Esa mañana de distracción fue lamentable,
la olla desbordó el agua al hervir y apagó el fuego.
el gas de la hornalla se expandió silencioso.
Su sueño fue largo, placentero, descansado.
Llegaron tarde, perdieron el colectivo y como era feriado
hubo que esperar...
una espera demasiado larga, triste, dolorosa.
Un final sin final.
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Instantáneas
RastgeleRelatos, cuentos, reflexiones, poemas, poesías, cartas... escritas por mi persona. Editado por MatsushitaKaori