Primera visión

143 5 1
                                    

Mi nombre es Emily, de 13 años, mido 1.61, de tez pálida y un cabello largo castaño con una tonalidad rojiza, soy una chica bastante extraña y tranquila, me encanta el anime, los videojuegos y en especial los gatos, no tengo a alguien que comparta mis mismos gustos y hobbies, puesto que a las chicas no les interesa lo que a mí, sin embargo he tenido una amistad de 13 años con alguien desde que llegué a esta escuela, su nombre... es Catalina.

Era una mañana cálida de primavera, cuando el destello del sol recién emerge en el horizonte y la suave brisa golpea los cristales de vidrio de la casa.

Eran las 7:30 AM, día Lunes, yo me preparaba para volver a comenzar un nuevo año en la escuela, ver otra vez a mis compañeros, amigos y sobre todo a los nuevos estudiantes que llegarían a nuestro curso. Tomé mi bolso, cerré la puerta de mi casa y caminé a paso lento hacia la escuela.. y como siempre, debajo de un árbol estaba un pequeño gatito color blanco grisáceo que aparentaba ser de nadie, siempre que lo veía acariciaba el sedoso pelaje que tenía...y le daba un pequeño envase de atún, él siempre me hacía sonreir de una manera tierna, durante los años, le agarré un inmenso cariño, lo quería mucho.. y estaba segura de que el también a mí.

Llegué finalmente a la escuela, estaba tal y como la recordaba, subí las escaleras y saludé a algunos compañeros que llegaron antes que yo, dejé mi bolso en el banco y miré la hora, eran las 7:45, aproveché los minutos que quedaban para escuchar música puesto que las clases comenzaban a las 8:00 en punto.
Cuando sonó el timbre, guardé mi celular y por ende los audifonos, la profesora de literatura entró en el aula y todos se ordenaban para saludarle, pero antes de que pudiésemos decir o hacer algo ella presentó a los nuevos alumnos que se incorporarían este año, eran cinco, pero uno de ellos me llamó la atención...era un chico alto, medía 1.75 aproximadamente, cabello ennegrecido, abundante, un candor delicado y resplandeciente que yo jamás había visto antes, sus ojos eran grandes, totalmente opacos.. como un abismo sin fin, estos reflejaban cierta ternura en su rostro, sin mencionar que su mirada y sonrisa tenían en él un vínculo de melancolía...no podía dejar de verlo, él poseía.. un imán, un extraño imán...
Mientras yo estaba media hipnotizada, él notó que yo lo estaba mirando y por consiguiente me dedicó una suave y dócil sonrisa que hizo que me sonrojara...
Aquí es donde comenzaría una tierna y dulce historia de amor.

El espejo de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora