Bonnie estaba deprimido. Se había despertado pero no había ninguna rosa sobre su mesita de noche que le alegrase el día. Había desayunado de mala gana y le deprimía más el hecho de que su madre le hubiese hecho unos sándwiches al alfa.
En ese mismo instante estaba aburrido en clase sin concentrarse en su examen, pensando en donde se había metido aquel alfa pelirrojo porque había pasado más de la mitad del día y no había rastro de él. Seguía mirando el asiento vacío como si en algún momento Frank fuese aparecer mágicamente en ese lugar, ni siquiera se había presentado al examen que le ayudaría a subir sus calificaciones, no le hubiese importado sentarse con él y darle las respuestas.-Bonnie... Pss- Alice le tocó el brazo al omega y este reaccionó casi de inmediato. -Dame la veinticinco- susurró vigilando que la profesora no se diera cuenta.
-Ah... No la he hecho- susurró de igual manera.
-Gracias- la chica que ahora tenía el pelo teñido de blanco pateó la silla de su rubia amiga. -Chica, dame la veinticinco-
-Señorita Frost, ¿Se puede saber que hace?- la profesora se acercó hacia el asiento que compartían ambos omegas haciendo estremecer a la chica. -Deme su examen-
-¡No hice nada! ¡Lo juro! ¡Necesito este examen para subir mis calificaciones de español!- la omega abrazó su examen como si su vida dependiera de ello.
-Siéntate ahí- la mujer señaló el lugar vacío de Frank y luego se fue a su asiento mientras que la omega recogía de mala gana sus cosas.
-Alfas- bufó. -¿Quién necesita saber que es te quiero? Pff, como si algún día fuera a hablar español- siguió murmurando cosas en su trayecto hacia el asiento de su ausente hermano.El omega siguió esperando a que el alfa apareciera en algún momento por la puerta, pero eso no sucedió.
[…]
-Bonnie- la señora Anderson entró a la habitación de su hijo con el paquete de sándwiches en su mano. -Se suponía que eran para Frank pero los vi en la cocina-
-No lo vi hoy...- el omega volteó en su cama y quedó mirando a su madre. -Quizás ya no quiere verme...-
-Yo no creo eso, cariño- su madre se sentó a su lado. -Por lo que vi, es una buena persona y te quiere mucho-
-¡É-Él no me quiere! ¡Sólo… Sólo amigos!- el omega se puso nervioso de un momento a otro. -Los amigos no se quieren, ¿Verdad?-
-Me sorprende que te hayas puesto así de nervioso, ¿Hay algo más entre ustedes?- Bonnie se asustó al ver el rostro serio de su madre y decidió que lo mejor era no contarle lo de las rosas.
-Nada-
-No te creo, Bonnie, ese chico te mira con mucho amor- la señora Anderson acarició el morado cabello de su hijo. -Sólo intenta que Andrew no se entere...-
-No creo que papá se entere, Frank no puede venir aquí nunca más- el omega hizo un puchero.
-Andrew nunca está en casa, Frank puede venir cuando quiera-Oreo entró corriendo a la habitación de Bonnie ladrando de felicidad y lanzándose sobre el omega sin cuidado alguno poniendo todo su peso sobre él, sin dejar de ladrar hasta que el omega se levantó. El perro comenzó a correr hacia la puerta logrando que tanto el omega como su madre lo siguieran con curiosidad.
El perro siguió corriendo hasta la habitación de arriba seguido por ambos, finalmente entrando al estudio multiuso que existía en la casa y que casi nadie usaba, Oreo comenzó a rasguñar la puerta ladrando y haciendo piruetas para que alguno abriese la puerta.-Ya, ya, calma Oreo, no sé porqué quieres entrar ahí, debe estar lleno de polvo- la mujer abrió la puerta y el perro entró corriendo, saliendo unos segundos después con una rosa en la boca.
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Imprudent 「ABO!Fonnie」
FanfictionTodos anhelan la acomodada y perfecta vida de Bastian Anderson, sin embargo, para él es una tortura ser el único hombre omega de la familia ya que su condición lo coloca en un pedestal que al cumplir la mayoría de edad será entregado a un alfa de bu...