En casa, en cama, con los parpados aun pegados, poseído por el espíritu de la pereza, intento conciliar un poco mas de sueño pero me parece imposible ahora, la mañana se a metido como una alimaña por la ventana mientras en mi mente se creaba una película fantástica donde los unicornios caían sobre las hojas secas de otoño. Abro los ojos y me siento sobre el bordo de la cama sin hacer nada mas, clavo la mirada al vacío sin enfocar algún objeto en especifico, entretanto "Don Fili" (mi amigo el gato que se cree humano), despierta con los rayos de sol sobre su rostro, me mira y se mete entre las sabanas. Llámenme loco, pero Don Fili es mucho mas persona que gano, es decir, es educado, vive su vida sin dramas y hasta tiene una cuenta en "instagram" (claro, yo la administro).
-Vamos Don Fili, hay que ver que hizo mamá para el desayuno-
Desde las escaleras puedo disfrutar del olor que viene desde la cocina, el dulce aroma de los waffles me recuerda que es sábado por la mañana, es como un ritual que mi madre me prepare este desayuno el fin de semana, tan delicioso que ansío este día para poder disfrutarlos, claro sobre todo por la grata compañía de mi madre, sin mi hermano el que me haca guerra cada vez que tiene oportunidad. No sé ustedes pero a mi me encanta saborear los waffles con tanta azucar o "dulzura" (como mi madre lo menciona), la miel de abeja natural, la nutela, la cajeta (dulce de leche) y todo lo que tenga mucho pero mucho dulce, sin falta mi vaso enorme de licuado de fresas o plátano.
Amo los sábados por la mañana, amo desayunar en pantuflas y con el pelo hecho un lío, sentarme en la mesa pequeña de la cocina y escuchar el sonido de las aves que entra por la ventana , disfruto de los placeres sencillos de la vida que, a pesar de mi corta edad sé disfrutar. Termino el desayuno, termina la platica con mi madre y subo muy deprisa a mi habitación, cojo unos pantalones cortos y salgo corriendo hacia el patio con un par de patines en las manos.Mi madre me advierte que me hará daño si salgo a patinar con el estomago recién cargado de comida. No le tomo importancia.
Las mañanas de los sábados, en general son en general un itinerario sagrado para mi, temprano el desayuno delicioso que madre prepara para ambos y en segundo termino pero no menos importante "patinar", me encanta patinar, me apasiona sentir como las ruedas me hacen parecer que levito mientras me deslizo del pavimento, me siento libre, me siento vivo y lleno de vida, aunque apuesto a que no soy el único que espera una mañana agradable para hacer lo que le apasiona y cuando menciono esto es por Ethan, mi vecino de la calle de enfrente, parece disfrutar mientras limpia con meticulosidad el coche reluciente de su padre, un clásico en realidad, bello por fuera pero potente en su interior, se le oye rugir hasta el otro lado de la calle cuando lo encienden y hace vibrar los vidrios de las ventanas de los vecinos. Un hermoso auto.
¿Alguna vez se han enamorado de un "chico imposible"? a mi me pasa seguido desde que la familia de Ethan llegó a esta ciudad, no pude evitar sentir algo bonito el día que lo vi llegar, cuando bajaba de la puerta trasera del mustang negro de su padre, de jeans con camiseta gris y unas gafas oscuras que le ocultaban sus hermosos ojos color esmeralda, recuerdo como caminaba sobre el jardín con tanta seguridad y presencia, lo acompañaban su hermano mayor, sus padres y un enorme camión de mudanza. Recuerdo también la primera vez que cruce palabra con él, fue dos noches después de que llegaron, mis padres los invitaron a cenar para dales la una bienvenida a la ciudad y por supuesto al fraccionamiento, esa noche mientras los mayores hablaban de recomendaciones de la ciudad, el clima y hasta política, nosotros veíamos mi colección de autos clásicos que tenía en el desván, orgulloso le mostraba con entusiasmo cada uno de mis autos que venía coleccionando desde hace ya algunos años, y me encantaba ver sus expresiones de asombro cada vez que toma en sus manos un modelo distinto, le parecían brillar los ojos cada momento que tomaba uno diferente, siempre de asombro y gusto, pero mas gusto me daba tener este chico hermoso tan cerca de mi, aprovechaba cada instante para rozar mis dedos con los suyos cuando le pasaba un carro distinto.
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Relatos Gay
Romance¡Largo, fuera de aqui, corre y salvate! Tú que aún puedes conservar un poco de ternura huye a un lugar seguro.