Convicta: Entrada n. 21

44 6 1
                                    


Luego de adentrarme en la fortaleza del señor del plomo, sentí que esta vez algo iba a ser diferente, luego de combatir a mis enemigos jurados, los balines, los escopetines azules y rojos, los libros de armas y el jefe de todos, el REY BALA, el cual pude derrotar después de recibir un par de impactos de su BALA MULTIPLE. Vislumbre un arma que brillaba como el oro, era la pistola del temeroso OBSERVALADOR, un monstruo al cual tuve la desgracia de enfrentarme en intentos pasados por atravesar la armazmorra sin morir. Pensé "creo que tuve razón al entrar aquí esta vez" pero ¿era realmente una buena elección haber entrado ese día en la armazmorra? , la respuesta es "和以前一樣,當然,".Luego me dirigí al ascensor bala y algo que me gusta reconocer como "reabastecimiento de munición interna" o RMI, que me hace levantar la autoestima los días que creo que voy a morir en mi intento por conseguir el "能殺過去的武" y bla bla bla...siendo sincera sigo sin entender por qué sigo intentando conseguirla...Pero bueno, retomando lo que paso ese día, el ascensor ya había llegado a la armazmorra en si (la recamara 2 de 5, por lo que dicen las leyendas sobre el bastión).Me procuré de mi nueva adquisición y me propuse a adentrarme en la segunda recamara... por el momento todo iba bien, estuve combatiendo con balines que llevaban un parche en el ojo y una especie de magnum trucada que tenia mas cadencia de lo normal.Recibí un par de golpes de una doncella de plomo que había sido potenciada por un mago que andaba por ahí, bastante difícil de eliminar sin derrotar al mago primero.Me dirigí hacia la tienda y vi algo que nunca creí que iba a ver en ese recinto hecho de ladrillos que sigo sin entender por qué demonios no tiene techo... era una especie de guardapelo con forma de corazón que brillaba más que una moneda de bala de oro... le pregunté al dependiente cual era su precio y me dijo "son 50 monedas de bala de bronce" un precio que era habitual para un arma de nivel 3/7 para la hegemonía (algo bastante caro para no ser un arma) pero como me picaba la curiosidad y como buena armazmorrista debía descubrir todo lo que pudiera de la armazmorra y anotar en mi balanomicón mis hallazgos, y porque tenía 123 monedas de bala de bronce, lo compré.Sentí como si mi cuerpo hubiera aumentado su capacidad vital pero no su fuerza vital, no sé muy bien cómo explicarlo, la cuestión es que luego de hacer esa compra y reabastecer mi inventario de fogueos, los cuales sentía cada vez mas imprescindibles a la hora de combatir contra jefes y monstruos de este y otros lugares, me dirigí a la habitación en la que, como siempre, estaba el mandamás de la recamara, el cual en esta caso era la temible armaconda ( que dejo de ser temible cuando no pudo aguantar más de 70 disparos de mi arma del observalador). Luego de este combate, más breve de lo que alguna vez esperé de este enemigo, me acerqué a recoger las monedas de bala, los créditos de la hegemonía y las balas de sangre que me hacían recuperar fuerza vital, sentí el efecto del guardapelo de corazón que había adquirido anteriormente (mi cuerpo se sentía más lleno de fuerza vital y pude recoger 5 balas de sangre en vez de 3 que suelo recoger después de recibir 3 golpes de munición enemiga).Recogí el arma que había soltado la armaconda, la cual era conocida como vertebrAK-47, que disparaba balas que si salían en una misma ráfaga iban encadenadas y se redirigían al impactar un enemigo para poder impactar a otro y a otro.Me dirigí a las minas de pólvora hasta arriba de emoción, ya que era una de las pocas ocasiones en las que llegaba hasta ellas.Luego de que el ascensor bala se retirase y yo me preparara para enfrentar las minas de pólvora, sentí que esa buena vibra se iba deshaciendo de mi poco a poco, y se ve que no estaba tan mal al preocuparme por eso... Ya que luego de combatir los hongos de fragmentación multidireccional y recibir unos 4 golpes de ellos (deducí que solo podía recibir 4 mas) y solo 1 de un esqueleto de oro volátil (bastante resistente).Me adentré a la sala en la que se encontraba el jefe de esa recamara (no busqué la tienda por miedo a no tener suficiente resistencia en el cuerpo para enfrentarme al jefe).Y para mi terrible sorpresa me encontré con la maquina mas temida por las fuerzas de la hegemonía que combatían la resistencia, el famosísimo tanque de ejecución llamado "T A N C O L O S O",Recargué mis armas de las cuales todavía conservaba la munición en mis bolsillos y me dispuse a INTENTAR combatir semejante maquinaria... luego de un par de minutos, de haber gastado todos mis fogueos, de haber esquivado todas las balas que pude...sentí que la cobra tatuada en mi brazo ardía con la fuerza de mil demonios...mire la foto que suelo llevar conmigo en mi uniforme... recargué las ultimas balas de mi vertebrAK-47 y grité "¡¡hey TANCOLOSO!! ¡¡Estoy aquí!!" lentamente y con una precisión quirúrgica el cañón giró hacia mi, el pelo de mi cabello se erizó de un momento al otro, el conductor asomó su cabeza por la escotilla y dijo "¡¡nunca llegaras hasta tu objetivo!!"Le respondí sabiendo al 100% lo que pasaría si me quedaba ahí "¡¡soy la convicta de la prisión no. 497 de la hegemonía imperial del hombre, y estoy aquí para destruirte a cualquier costo!!" Lo último que recuerdo es una bala calibre 200 propulsada a una velocidad supersónica la cual me hizo cerrar los ojos y recordar por qué había llegado hasta ahí en primer lugar... luego de esa escena que se quedaría en mi memoria como todas mis otras muertes...desperté en LA BRECHA junto a La Cazadora y El Marine... que preguntaron con tono irónico "¿y?"Respondí "TANCOLOSO en las minas de pólvora"Su expresión risueña se esfumó y volvieron a lo suyo... sé que no debe ser normal...pero amo y odio este lugar... LA CONVICTA, AÑO: NI IDEA

Diario de un ArmazmorristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora