Capítulo XXXVI. Julio 23.

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Hola querido diario

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Hola querido diario. Te preguntarás el por qué no te he escrito en cinco meses y perdóname por no haberlo hecho antes pero la verdad no ha ocurrido nada, absolutamente nada interesante y al mismo tiempo ocurrió de todo...

Si ojalá me pudieras ver con mi barriga que ya se nota a leguas... Un poco más de cinco meses de gestación pero bueno; te contaré lo más importante en estos meses. El día 28 de febrero estaba sola con mamá en casa y esperaba que lo estuviera porque aún estaba enojada con papá al tratarme indirectamente de zorra y a mi novio como un bueno para nada.

-¡Mamá! Quiero hablarte de algo importante...

-¡Dime Yamita! Ese viejo ridículo no está. –Me dijo quitándose el delantal.-

Ambas nos sentamos en la mesa, le tomé las manos a mamá y le dije:

-He estado hablando con Adrián y ante... los problemas y discordias con papá, he decidido... ¡ah...yo!

-Relájate un poco y me dices... respira hondo, y... exhala.

Le hice caso y me sentí mejor después, le dije lo que tenía que decir.

-¡Mamá! Adrián y yo hemos hablado de nosotros dos, de...los problemas con papá... y decidimos que viviremos...juntos...

Mamá quedó en silencio viéndome con una mirada que reflejaba asombro, confusión, con incredibilidad. Luego yo continué:

-No sé cómo verás mi decisión pero ya la tomé y... en dos días me iré a su casa. Al menos estaré cerca de ti, mami.

-¡Hija mía! No tienes que irte...si tu padre es el problema le hablaré fuerte porque tú no tienes que irte... él debe aceptarte y...

-¡No mami! –Le interrumpí.- Además ya no soy una niña y estoy embarazada, la paz con papá no se dará pues él me insultó diciéndome zorra...

-Si alguien debe irse es él y quiero que él se vaya antes que tú, Yamita...

-¡No, no... ma! Ya lo decidí y además, no quisiera tener a mi hijo viviendo aparte de su padre... ¡Quiero formar un hogar! Por eso lo haré.

Al oír esto, mamá bajó la mirada sin soltar mis manos luego la levantó con lágrimas en su rostro y dijo:

-Los padres nunca queremos que nuestros hijos crezcan... queremos tenerlos a nuestro lado por siempre y cuidarlos pero así les hacemos más daño... ¡Vé hija! ¡Vé con mi bendición...! Y cuídense los tres... –Me dijo abrazándome y le correspondí.-

Mamá me entiende de la mejor manera pero quedamos en no decirle nada a papá hasta haber salido de casa pues de seguro no se atreverá a decirme zorra delante de Adrián. Así que un rato después le envié el mensaje a mi novio con la noticia quien me llamó para planear la mudanza... se escuchaba tan feliz... y yo ni para qué.

Llamé a Sam quien se alegró y además se prestó a ayudarnos con la mudanza... ¡Diantres! Nunca me sentí más feliz que hoy y ahora todo es esperar para ese día y que papá no lo sepa aún.

Julio 25.

Hola diario querido. Papá salió en la mañana y momentos después, Adrián llegó con un pequeño camión al que cargaría mis cosas. Él se quitó su camiseta y comenzó con un compañero de trabajo a cargar mi armario, mi pantalla y las bolsas con mi ropa pero también me llevé la cama.

-Yami, ¿por qué quieres llevar tu cama? No la necesitarás... -Rio pícaramente.-

-Bueno querido, si mamá nos visitase y si...llueve o algo ella podría ahí pasar la noche igual si tu madre viniese a visitarte.

Ambos reímos y en eso llegó Sam en taxi corriendo a abrazarme.

-¡¡YAAAMMMIIII!! –Gritó mi hermana.-

Luego hizo lo mismo con mamá.

-Oye, Yam. No me dijiste que vendrían tan temprano por tus cosas...

-¡Je, je, je! Perdón... -Le respondí.-

Cargamos así mis cosas y nos dirigimos a la casa de Adrián... ¡diantres! ¡Estaba tan nerviosa y...alegre a la vez! Pero bueno, ya llegué lejos y no me detendré ahora.

Llegamos a casa de mi novio donde él y su compañero bajaron mi cama y armario, luego el chofer se llevó el camión dejándonos a los tres en casa pero, ¿sabes algo querido diario? Al entrar a la casa de Adrián, noté una puerta a la que nunca le di atención y estaba cerca de su cuarto algo que me dio mucha curiosidad.

-¿A dónde lleva esa puerta? –Le pregunté a Adrián.-

-¡Ah ja, ja, ja! No te lo había dicho, ese es otro cuarto...

-Pero, ¿por qué hasta ahora la veo? ¡No estaba ahí antes...!

-Sí lo estaba Yami pero estaba cubierta por una pila de cajas que... bueno; hasta unos meses atrás las deseché. Ahora tengo un cuarto de más donde podrán pasar la noche las visitas... ahí pondremos tu cama si lo deseas, Yami.

Ante esto acepté y entre él y Sam metieron mi cama al nuevo cuarto el cual era grande y tenía su propio baño... ¡tan guardado se lo tenía él! Así pues llevamos luego mi armario al cuarto de Adrián y posteriormente colocamos en éste mis ropas, de pronto Sam dijo que llamaría a la pizzería para comprar una pizza del tipo "Suprema" la que trae hongos, queso... o sea, completa. La pizza Suprema me encanta.

Mientras ella pedía la orden Adrián me llamó un momento al cuarto y me dice:

-¡No vas a necesitar ya esto, Yami! –Dijo con mi consolador en su mano.-

-¿De dónde... cómo lo...encontraste? –Pregunté sonrojada.-

-En una de las gavetas de tu armario, ¡je, je, je!

-¡Claro que lo necesitaré! –Le dije y añadí.- Pues si no estás y te deseo...jugaré un buen rato con él...

Al decir esto nos abrazamos besándonos como locos, Adrián me alzo y me colocó con cuidado en la cama. Ambos nos olvidamos de todo mientras nos desnudábamos y al separar mis piernas, él me penetró con el consolador por un momento luego; lo sacó y ahora era él quien me penetraba. Como siempre nos quejábamos, gemíamos desahogando nuestro placer. No te cuento qué más hicimos diario querido porque ya te lo imaginas pero lo que no sabíamos Adrián y yo es que Sam nos grabó con su celular sin que nos diésemos cuenta en el momento... Al terminar de hacer el amor mi novio y yo tomamos un baño y él volvió a su trabajo quedando solas Sam y yo.

-¡Vaya Yami! Eres ardiente... ¡Je, je, je!

-¡Oh por Dios, Sam! ¿Nos viste?

-¡Sípi! ¡Y hasta más...! -Dijo mostrándome el video.-

-¡SAM! ¿¿CÓMO...PUDISTE?? ¡¡YO...!! –Me enojé ruborizada.-

-¡Ay, Yam! Tibi y yo nos grabamos, así nos excitamos más y... disfrutamos más... ¡Te pasaré el video!

-¡Ay Sam! –Dije algo tensa.-

-¡Tomaré un baño! ¿Puedo? –Preguntó Sam.-

Le hice con la mano que fuera y bueno...la curiosidad me venció por lo que vi el video en mi móvil y... ¡diantres! Ese video me excitó sobremanera al grado que, entré al cuarto de Adrián, cerré la puerta desde adentro y sin más ni más tomé mi consolador y empecé a masturbarme mientras corría el video... ¡Guau! Estaba tan excitada que me masturbé dos veces seguidas... ¡Diantres! ¡Quedé exhausta! Luego cuando me recuperé, fui al baño, tomé una ducha y me coloqué sólo la blusa blanca. Salí a la sala donde se hallaba Sam viendo tele mientras comía un emparedado y bebiendo gaseosa; hice lo mismo que ella mientras esperábamos la pizza.


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