Capitulo Cuatro: La alarma

2.7K 135 30
                                    

Aun seguía un tanto shockeada al encontrar al señor Cavill en una tienda, en otra cuidad, con mi hermana presente y su adorable manera de hablar. La vergüenza no se iba de mi sistema, al igual que la excitación al sentir nuestras manos juntas.

Quiero sentir esas mismas manos recorrer todo mi cuerpo.

Su voz, sus ojos que no se alejaron de mi en ningún momento, su forma de dirigirse a mi... sus palabras me dejaron con una sensación tan cálida, una necesidad de más. De más del señor Cavill.

"La tengo en mi vista desde que la vi por primera vez y no se me escapara tan rápido, señorita Meyer".

Podía oírlo como si siguiera repitiéndolo justo a mi lado.

"Dejare en claro que la quiero para mi, aunque no sea correcto siendo yo su profesor y usted mi alumna, pero mi mente no quiere entenderlo. Algún día la tendré en mi poder".

Mi hermana, Bea Meyer, después de aquella breve pero certera conversación con el señor Cavill huyo rápidamente de la tienda dejándome con las compras. La volví a ver minutos después cuando ya había pagado en el estacionamiento, esperando junto al auto.

Cuando llegue a su lado lo único que pude hacer fue reírme en su cara, ganándome una mirada de reproche y un golpe en el brazo.

-¡Por los dioses del Olimpo!, hace mucho tiempo no me avergonzaba de tal manera frente a un hombre! -su rostro estaba tan rojo como un tomate- ademas es tan sexy, ¿puedo pedirle su numero?

La risa se me fue de repente. Si bien yo también encontraba al profesor muy atractivo, que mi hermana quiera estar con el... me molesto en sobremanera.

-No puedes -respondí- por lo que tengo entendido esta comprometido.

Mi voz sonó cortante aunque no quería que ella lo notará. A mi hermana siempre le gustaron esos hombres imposibles, pero esta vez no hará de las suyas con el señor Cavill, el es mío. Aunque lo sea sólo en algunas ocasiones.

Bea sólo se dio la vuelta y entró al auto que, previamente había quitado el seguro. Abrí la cajuela y deje allí las bolsas con las compras. Cuando gire para cerrar la puerta del mismo, una voz a mi derecha me hizo mirar en ese sentido.

El señor Cavill se encontraba como a un lado de un carro color azul noche, Mercedes puede descifrar. Este había llamado mi atención gritando mi nombre y sonriendo mientras abría la puerta del lado del piloto.

-Tenga en cuenta nuestra pequeña charla, señorita Meyer. La veré pronto.

Y así como vino, se alejó a velocidad media en su carro acompañado por su hermano y sobrina, dejándome más idiota de lo que me gustaría admitir.

-Si ese hombre está comprometido yo soy la reina -Bea se rió de mi- vaya que lo tenías escondido hermana, ¿lo quieres para ti no es así?

Luego de que aquello sucediera, me senté en mi respectivo lugar. No contesté a la pregunta de mi hermana, mi silencio ya había hablado por mi.


***

El día siguiente debía asistir a una clase del señor Cavill. Trate de no llamar su atención pero como note ni bien dar una paso dentro del salón que el solo tenia ojos para mi en esos momentos. Lo salude amablemente, sin dejar de lado mi coqueteo disimulado, el cual solo lo pudo notar el señor Cavill. La clase había dado inicio y todos nos encontrábamos en nuestros respectivos lugares, el señor Cavill hablaba normalmente sobre como los reyes de época medieval torturaban a aquellas personas que no estaban de acuerdo con sus practicas, también a las que infringían las leyes.

Quiero Más De UstedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora