Siempre Juntos

Hola :D  Aquí traigo otro One - Shot!! :D

Este es muy diferente de lo que suelo escribir así que si no les gusta el incesto les recomiendo no leer u.u o leer bajo su propio riesgo :D

Esta historia fue inspirada del Brotp ichiruki cortesía de los HI que nos dan más idea para crear historias Ichiruki jajaja ok no.. pero sinceramente Ichigo y Rukia no tienen nada de hermanos y si fueran hermanos en otra dimensión terminaría así como lo he escrito..

Así que sin más, los dejo leer :D

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- Siempre Juntos -

Estábamos solos en casa; como lo habíamos planeado. Sólo tú y yo.

Me encontraba recostada en mi cama, boca abajo con el rostro apoyado en mis brazos, simulando leer una revista, en silencio, esperando por ti.

Escuché tus pasos sigilosos, adentrarse a la habitación; quedos y silenciosos; como delincuente que irrumpe a mitad de la noche en un sitio ajeno, presto a realizar algún mal. Y es que esto estaba mal, lo que estaba a punto de suceder estaba total y completamente mal... pecado mortal.

Sentí tu cuerpo recostarse a mi lado y tu brazo rodear mis hombros. Giré mi rostro hacia ti; tus orbes avellanas chocaron con mis ojos violetas, mi reflejo claramente podía verse en ellos; tan hermosos... tan brillantes, tan cálidos.

Acaricié tú mejilla con mi mano y te sonreí, cómplice devolviste la sonrisa y acercaste más nuestros cuerpos intensificando aquel cálido abrazo, la revista que se encontraba en mi cama salió volando directo al suelo por tu mano.

—Estás temblando —Dijiste con esa voz melodiosa, grave propia de un hombre, tan cariñosa y suave, una que pocas veces sueles usar, pero siempre, en momentos como este donde solo somos tu y yo ocultándonos del mundo.

—Tú también lo estás —Respondí enterrando mis dedos en tu rebelde y anaranjado cabello.

—¿Esto está mal?— Preguntaste mirándome con tu típico ceño fruncido pero sin una pizca de enojo.

—Si— respondí, ambos sabíamos que esto no está bien, desde aquel día que me besastes por segunda vez, después de que me salvaste de aquel chico de cabellera celeste que quiso sobrepasarse conmigo, ni siquiera había notado que nos seguías aunque, no me sorprende tu siempre has sido muy sobreprotector conmigo y siempre me has protegido aunque no te lo pida.

—No deberíamos hacerlo— desde aquel día prometimos no decir, ni mencionar nada de ese beso, pero fue imposible no repetirlo, pues se había convertido en nuestra adicción. Amabas acorralarme en cualquier parte de la casa, escuela y demás lugares, para chocar nuestros labios y besarnos hasta que el aire nos faltara o hasta que escucharamos pasos acercarse.

—Lo sé—No había duda, me había enamorado o quizás siempre lo estuve... de ese chico ceñudo, pelinaranjo, con pinta de delincuente y que me sacaba de quicio, aquel que me hacía sentir protegida, amada y me hacía feliz, aquel que por obligación tenía que llamar hermano.. Pero me cansé de sentirme un juguete para el, así que lo enfrente y decidí terminar con todo.. aunque en el fondo no quería que terminara. Grande fue mi sorpresa y mi alegría cuando me dijo lo que sería por mi, por su pequeña hermana.

—Pero te amo enana—Han pasado algunos meses desde que sucedió aquello y debo admitir que han sido los más felices de mi vida, creemos que nuestro padre y más allegados amigos sospechan, pero eso ya no importa porque nadie me separa de él.

—Yo también.

—¿Deseas que suceda?

—No hay nada que desee más en este mundo.