Narrador en 3ra. Persona:
El cielo está despejado, la brisa corre y hace un día precioso. Eso le rompe el corazón. No es justo que haga un día tan bonito cuando ella ya no está.
Vestidos de negro, con rosas blancas en la mano y el cielo tristemente despejado, mientras que la voz de un hombre se escucha y la cara de todas las personas presentes es sombría.
El corazón de sus padres está a dolorido.
El corazón de él está roto, sin más.
Y es que no saben en qué momento ocurrió.
***
Dos días atrás...—Solo una persona puede entrar, tiene simplemente diez minutos y debe salir— dice el doctor Ariza, quien ha estado atendiendo a la chica que casi muere hace unas 15 horas
—Pasa tú, David— dice la madre de la chica— Creo que después de lo que ha pasado a mi niña le gustaría verte primero a ti que a nosotros
Él sonríe y sigue al Doctor quien lo guía por un pasillo donde bajan un piso, adentrándose en una sección del hospital con el nombre de Cuidados Intensivos.
El doctor lo guía hasta una habitación donde le dice que debe colocarse una bata junto a un gorro y tapabocas, utilizando el desinfectante que esta pared. Después de seguir las recomendaciones del doctor, este lo guía hasta una habitación con ventanas que dan al pasillo, entraron en esta y el doctor deja al muchacho quien se queda sorprendido al entrar.
Y es que ver al amor de su vida ahí con más cables que músculos le rompe el corazón, y es que se ve tan delgada, sus mejillas ya no tienen ese rubor que siempre mantenían cuando la conoció, su cara esta pálida y sus ojeras pronunciadas, parece un esqueleto y es que si ella se viera así él sabe que le pediría su bolsa de maquillaje, al menos para hacerse un retoque como lo llama ella, porque él sabe que ella es así, coqueta y caprichosa, pero así la ama y le rompe el corazón verla así, tan acabada, tan frágil.
Se sienta en la silla que está cerca de ella y le toma la mano suavemente, se siente frágil y le asusta hacerle daño, ella esta dormida, no se inmuta ni un poco cuando él le toma la mano, la máquina que repite los latidos de su corazón es estable y el oxígeno que se propina en su nariz sigue fluyendo.
—Mi pequeña— dice él, su voz se quiebra diciendo la última palabra— no sabes cuánto moría sin saber de ti en estas 15 horas, no sabes lo que me dolió que ningún estúpido doctor saliera y nos dijeras que estabas bien hasta después de 12 horas y que nos hicieran esperar 3 más para verte— dice él tratando de no llorar— Mi pequeña, sé que eres fuerte, sé que tú puedes salir de aquí, hazlo por la pequeña Mia y por Thomas, ellos necesitan una madre, por mi que necesito a la madre de ellos y esa eres tú— dice él recordándole a chica los nombres que dijeron que le darían a sus hijos un día hablando en la azotea de su casa—Recuerda que tenemos que ir a Londres, París, Venecia. Recuerda que debo pedirte matrimonio en Madrid y que nuestra luna de miel deberá ser en Italia— dice él cuando las lágrimas empiezan a escurrir de sus ojos— por favor pequeña yo te quiero— dice rompiendo en llanto— No me dejes mi pequeña, te quiero
Mientras David llora susurrando que la quiere, que la ama, que sin ella todo es oscuro y se siente incapaz de seguir sin su pequeña, que si su motor se va él estaría desecho.
Le repite una y otra vez que la quiere hasta que los pitidos se vuelven rápidos de repente y se callan, él asustado empieza moverla, a llorar aún más y a pedir ayuda, los doctores entran rápido a la habitación y algunos enfermeros le piden a David que salga, está asustado, el pánico se come su cuerpo y en shock hace lo que le piden, sale de la habitación donde siete funcionarios de la salud intentan ayudar al amor de su vida. Nunca aparta la mirada de ella, simplemente susurra un te quiero, miles de veces.
***
El doctor Ariza junto algunos enfermeros, entre ellos la enfermera Ximena quien ayudo a los muchachos enamorados a verse, su ángel de la guarda como le decían, se encuentra frente a la familia de la chica que minutos antes sufrió un infarto.
—Señores, lo lamento, ella ya no aguantaba más, no pudimos hacer nada para darle un poco más vida— dijo el doctor— Su hija Sofia falleció hace unos minutos, lo lamentamos— dice el doctor con la cabeza gacha y retirándose de la sala de espera, donde se encuentra una pareja llorando y un chico al que le duele él corazón, un chico que se reprime y se quiere morir porque cree que pudo haber hecho más, sabe que ella podría estar en la universidad estudiando psicología porque le apasionaba y le encantaba.
En un rincón de la sala, escuchando el llanto de la madre del amor de su vida, llora sin más, porque así ella ya no este, él la quiere, la ama, todo en presente. Porque simplemente ella era y será siempre su infinito, su pequeña Sofía. El amor de su vida.
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Repite Una Vez Más Te Quiero
Short StoryUna chica puede equivocarse, cometer errores. ¡Claro! Somos humanos, no somos perfectos, los cometemos muy seguidos. Mi error quizá fue algo tan sencillo, como no cumplir una promesa, una promesa que me protegía, que me iba a cuidar. Mi error fue cr...