|No te emociones, sólo es un baile|Me miré en el espejo por quinta vez, no estaba segura de verme bien. Me miré de lado, de espalda... De cada forma; y no, no me encontraba bien. Hice una mueca de disgusto y pensé en las demás opciones; no eran muchas.
No tenía ropa de fiesta, sólo esta que llevo puesta. Y tampoco es que se podría decir que sea muy de fiesta; consistía en una falda holgada, de un azul intenso, que me llega a mitad de muslo, y una blusa de negro azabache ajustada, de tiros finos, con un escote corazon.
No me gustaba. Por alguna razón quería verme bien hoy, vestirme diferente. Pasarla bien. Y al mirarme en el espejo, el reflejo de mi ahí. No era exactamente lo que tenía pensado.
Pensé en una solución.
Pensé en Laura.
Corrí rápidamente en busca de mi iphone ¿Dónde lo había dejado? Ah sí. Salí a la sala y ahí estaba: en el mueble.
Marqué a Laura y al primer tono contesto.
—No tengo que ponerme.— Resoplé quejosa en cuanto la escuche contestar. Entré a la habitación y me tiré en la cama boca arriba.
—Esperame.
Sonreí.
—Aquí te espero.
Me subí el cierre con cuidado, y me bajé un poco el vestido. Salí del baño un poco torpe porque iba descalza y carraspeé para llamar la atención de la pelirroja que estaba entretenida en su celular. Levantó la mirada poniendo los ojos en blanco formando una "o" en sus labios.
Sonríe con picardía, sin darme cuanta prende la cámara en su celular y me retracta.
—Si fuera hombre, te enamoraría.—Me alardeó, sonriendo.— Frank dice que estás preciosa— Dijo tecleando algo en su celular.
Me puse roja y quise ver que tan bien me veía. Me coloqué frente al espejo y una sonrisa de satisfacción se deslizó por mis labios. Era justo lo que tenía en mente.
Me solté el pelo que lo llevaba en una cola, y lo coloqué todo del lado derecho. Volví a mirarme, detenidamente. Me gustaba mucho este vestido; es de un rojo vino, lo cual me encanta porque hace resaltar mi color, la tela es fina y se moldea perfectamente a mi silueta. El escote es en V, haciendo ver sólo el inicio de mis senos. Es de mangas largas y me llega a mitad de muslo; era simplemente perfecto para mí. Me inflo de orgullo, contenta por mi reflejo. Me coloco mis tacones negros de punta y unos pendientes de piedras brillantes, bien lindos que me había regalado Kate en mi cumple años número 15.
—Sin duda te queda mejor que a mi.— Confesó Laura, con una una mueca. Me sonrojé, no estaba acostumbrada a los piropos.
Escuchamos el timbre y salimos rápidamente encontrándonos con un Frank no muy contento en la puerta.
—¿Seguro que eres gay?— Pregunté atónita mirando al rubio. Se veía jodidamente guapo.
Llevaba unos jeans ajustados, con una t-shirt gris que se moldeaba perfectamente a su torso, marcando tan sólo poco de su abultado pecho. Era la primera vez desde que lo conocí que me fijaba en el cuerpo de Frank, y era un desperdicio total.
—Dejen de mirarme así.— Replicó ceñudo.
Miré a Laura, me miró, nos miramos y luego volteamos a ver al rubio que tenía la cara teñida de rojo. Nos carcajeamos como locas viendo su cara de espanto.
—Harán que me arrepienta de esto.
—Seremos la envidia de la fiesta— Chillamos al unísono Laura y yo alzando las manos, dando brinquitos. Somos unas dementes.
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Mi Demonio Favorito.
RandomScarlett Estevanez, tierna, ingenua, "pendeja", bondadosa y toda delicada se muda a "Penjoja" donde a su mamá le ofrecieron un nuevo trabajó. Allí se tiene que enfrentar con una nueva vida, nuevo colegió y nuevos amigos. En definitiva a una realidad...