Capítulo 1

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Cada día era más duro mantenerse en competencia. El cuerpo de Jimin ya no era joven ni fresco, no poseía la gracia inocente que tenían los estudiantes de primer año de la famosa academia de danza clásica de la que se graduó con los que solía comprarse constantemente. Él ya había accedido a la categoría de profesional lo que significaba que su tiempo de término en el mundo del ballet francés era una cuenta regresiva. De pequeño se había preparado día tras día para destacar y triunfar en su pasión artística, sin importar los prejuicios de los demás, luchó contra sus padres, luchó contra las burlas de sus compañeros y luchó para hacerse un lugar dentro de la academia. Después de siete largos años dentro de la institución, Jimin por fin había logrado su cometido, participó en obras y espectáculos en los grandes teatros de París, fue invitado a formar parte de una compañía e incluso le ofrecieron ser uno de los candidatos para el papel protagonista de la nueva ópera que formaba parte de las representaciones artísticas más codiciadas del siglo, sin embargo su fantasía se desmoronó producto de un crío que rebosaba en juventud y pureza, quien diría que una apariencia tan celestial le había arrebatado el sueño de la vida al joven de 26 años.

Jeon Jungkook era el sueño clásico que todo bailarín de ballet aspiraba a ser, con apenas 20 años el joven había logrado ascender al ballet más importante de Francia y logró adueñarse del papel protagonista, su desempeño era tal que fue reclutado un año antes de graduarse de la academia de danza, en pocas palabras era la envidia de Jimin en cuerpo humano. Su anatomía delataba un ser varonil, elegante y agraciado, no requería de ninguna modificación, pues sus rasgos acentuados nunca fueron considerados como grotescos, a excepción de Jimin quien contaba con una figura demasiado pequeña y delgada que bordeaba la femineidad de una bailarina, su sutileza siempre había sido alabada al momento de expresarse mediante el arte clásico del ballet, sin embargo su rutina ya no mostraba nada novedoso, los proyectos buscaban la luz fresca de un nuevo concepto, no más elegancia clásica ni una delicadeza tradicional, sino que algo abrupto que mantuviese la línea de lo artístico.

La hermosa mañana primaveral había sido totalmente arruinada una vez que Jimin se acercó entusiasmado al tablero de información que residía en la entrada del enorme edificio que representaba al ballet nacional de la ópera de París "Le Ballet de l'Opéra national de París", en lugar de su nombre como protagonista estaba el del nuevo integrante Jeon Jungkook, quien no paraba de recibir atención últimamente. Decepcionado, frustrado y acongojado respiró tres veces de manera profunda intentando calmar sus nervios que pronto se manifestarían en lágrimas. Había dado todo de él durante la audición, incluso fue incentivado por los profesores para postular, sin embargo el consejo que seleccionaba a los bailarines consideraba solo la puesta en escena del momento, por lo que todos sus méritos anteriores fueron directo a un universo paralelo junto con la basura estelar.

Comenzó a alterarse cuando escucho susurros desagradables alrededor de él, su diminuto tamaño no le permitía mantenerse altivo, pues no sentía comodidad con esa postura, por mucho que intentara ensalzar su orgullo, además de que su sensibilidad siempre le jugaba malas pasadas. Escuchó atento como los demás bailarines exclamaban frases hirientes señalando que ya estaba pasado en edad, que su porte no era digno para ser protagonista, que parecía solo un novato y el más ofensivo y humillante fue que jamás le llegaría ni a los talones a Jeon.

Dispuesto a defenderse se dio la vuelta de forma brusca sosteniendo en su mirada los últimos ápices que levantaban su dignidad y orgullo, su perseverancia, su lucha con sí mismo y con el mundo, sin embargo, las palabras ofensivas que tenía pensado gritar a los demás bailarines quedaron atascadas en la profundidad de su garganta al ver frente a sus ojos al ladrón de su felicidad, Jeon Jungkook, tan majestuoso y atractivo como siempre, el pecho le flameaba en orgullo y su rostro inexpresivo pero inocente era el encanto de todos los presentes, menos de Jimin que no admitía lo guapo que era el nuevo protagonista de la ópera. Sus miradas se cruzaron directamente, por unos segundos todo el mundo desapareció para darles un espacio íntimo en el que se hablaban sin palabras, Jimin transmitía su enojo mientras que Jungkook expresaba su suficiencia, sin embargo algo particular captó la atención de Jimin, los ojos del nuevo galán del ballet le gritaban con pena una disculpa, casi avergonzado por los comentarios malintencionados que recibió el pequeño con anterioridad. Jimin observó como la mano de Jungkook se dirigía hacia él levemente en busca de un tímido contacto mientras abría y cerraba su boca intentando decir algo coherente, pero todo intento de interacción se destruyó cuando los bailarines comenzaron a felicitar a Jungkook aislándolo de Jimin, quien solo suspiró, despejó su mente y reprimió el deseo de contacto con Jungkook en su interior, con pasos pequeños y certeros se dirigió a la salida.

The Elegance (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora