Después de comer, miré en mi móvil el mensaje con la ubicación de la casa de Sasuke y cogí mis apuntes de matemáticas para ir con él y los demás. Anduve al rededor de unos 30 minutos por calles sin éxito alguno, ¿sería que la ubicación estaba mal? Ví la hora y genial, ya eran las 5, llegaba tarde. Resignada llamé al moreno para que me ayudara a ir a su casa.
-¿Diga?- preguntó el moreno a través del teléfono
-H-Hola, Sasuke. Soy (nombre)- dije con nervios
-Ah, hola. Te estamos esperando, ¿pasa algo?
-Sí, es que me he perdido y no sé cómo ir a tu casa
-Tranquila, sólo dime dónde estás e iremos a buscarte- dijo el joven para tranquilizarme
-Pues... Estoy en frente de un parque con la estatua de un zorro en medio- describí intentando mantener la calma
-¡Pero si estás lejísimos! No te muevas de allí, mi hermano irá a recogerte en coche
Dicho esto, Sasuke colgó dejándome en shock. ¿Itachi vendría a recogerme? No entendía por qué ese chico se empeñaba en ayudarme siempre que podía. Yo sólo era una chica nueva, nunca antes nos habíamos visto hasta ese día. ¿Por qué razón se molesta tanto en ayudar a alguien que no conoce? Me quedé pensativa sentada en un banco del parque hasta que un coche negro y grande aparcó justo delante de mí, y de él salió el Uchiha mayor haciendo señas para que fuera allí.
-Hola, (nombre). ¿Cómo estás?- preguntó Itachi sonriendo
-Pues aliviada por ver a alguien que conozco- respondí riendo por no llorar, porque me asustaba estar perdida
-Jajajaja, no te preocupes. ¿Cómo es que has llegado hasta aquí?
-Yo sólo seguí la ubicación del móvil
Le tendí al joven mi móvil para que viera el mapa y tras unos segundos empezó a reírse. Yo lo miré confundida y él tocando la pantalla táctil giró el mapa. ¡Había ido en dirección contraria! En ese momento sólo quería que la tierra me tragara por el error tan tonto que había tenido y avergonzada bajé la cabeza mientras me metía en el coche. Itachi arrancó el coche intentando contener su risa y nos dirigimos a su casa. En casi todo el camino ninguno de los dos dijo nada, yo por vergüenza y él por miedo a incomodarme, pero notaba de vez en cuando su mirada en mí y eso me incomodaba bastante. Entonces, para distraerme, saqué otra vez el móvil y al desbloquearlo vi que aún seguía la ubicación puesta. Suspiré molesta y volví a guardar el teléfono en mi mochila.
-No te preocupes por lo de la ubicación, le puede pasar a cualquiera- dijo el moreno notando mi frustración
-¿Tú crees?- pregunté mirándolo más calmada
-¡Claro! Si te sirve de consuelo, hace un par de años quise escribirle a mi novia un mensaje por WhatsApp diciéndole que la amaba y en vez de enviárselo a ella lo escribí en el grupo de mi clase. Imagínate el cachondeo que hubo con eso durante varias semanas
-Ay, pobre. ¡Qué vergüenza tuviste que pasar!
-Mucha- contestó riéndose de aquella situación
-¿Y aún sigues con ella?- pregunté con curiosidad y al mismo tiempo algo triste porque si el Uchiha tenía pareja ya no tendría ninguna oportunidad con él
-No, rompí hace un año con ella. Pero, si no te importa, me gustaría que cambiáramos de tema
El moreno cambió su sonrisa por una expresión fría y triste, aquella pregunta le había dolido. "Tengo el don de cagarla" pensé sintiéndome mal por él. Después de eso no dijimos nada más e Itachi subió el volumen de la radio para que aquel momento no fuera tan incómodo. Llegamos en unos minutos a la casa de los Uchiha y tengo que decir que era preciosa, una fachada muy bien decorada de tres pisos... Esta familia vivía como reyes.
-¡Guau!- solté asombrada
-¿Qué te parece mi humilde morada?- preguntó el moreno sonriendo
-Preciosa, y que es de todo menos humilde
-(Nombre), por fin has llegado-dijo Sasuke saliendo de la casa y con rapidez me agarró de la mano tirando de ella -Los demás están dentro, vamos
-Va-vale- balbuceé avergonzada mientras escuchaba a Itachi soltar una ligera risita
Una vez dentro, subí junto a Sasuke a su habitación encontrándome con Naruto y Hinata, los cuales me saludaron alegres, y comenzamos juntos a estudiar las malditas matemáticas. Problema tras problema fuimos resolviéndolos entre todos de tal forma que logramos entenderlos, si yo hubiera estado sola seguro que no habría resuelto ni medio ejercicio, por loque que acepté encantada de hacer quedadas para estudiar juntos dos o tres veces por semana. Además, me gustaba la idea de tener un pequeño grupo de amigos con los que contar.
Pasado un tiempo, me entró ganas de ir al baño y Sasuke me indicó dónde estaba. Me dirigí con paso ligero, puesto que cada vez me aguantaba menos, y cuando fui a llamar a la puerta por si acaso había alguien dentro, ésta se abrió dejando ver a Itachi tapado sólo con una toalla atada a la cintura, pero la llevaba tan baja que hasta se le podía ver el inicio de su hombría y un poco de bello púbico. Y su torso estaba húmedo, por lo que no pude evitar mirar sus abdominales y pectorales bien formados; Si ese hombre no era un Dios, sería un semidiós, porque ni las divinidades te alegraban tanto la vista.
-Oh, (nombre), qué sorpresa más agradable- me saludó sincero
-Y-yo... Lo mismo digo- tartamudeé salivando sin darme cuenta de lo que había dicho -Osea, que... Yo sólo iba al baño
-Bien, entonces no te hago esperar más. Adelante
-Gracias
El mayor sonrió una vez más y se marchó a su habitación, y yo entré al aseo por fin. Miré mi reflejo en el espejo y observé que mis mejillas estaban ruborizadas, ¿se habría dado cuenta Itachi de aquello? Seguramente sí. Me lavé la cara para calmarme y cuando estuve lista volví a la habitación de Sasuke para terminar los pocos ejercicios que nos quedaban.
Más tarde, por fin teníamos hechos todos los ejercicios y entendíamos cómo hacerlos, y llegó la hora de recogernos, había anochecido. Naruto, Hinata y yo nos despedimos de Sasuke después de haber recogido nuestras cosas y los tres nos encaminamos de vuelta a casa. Charlábamos sobre lo difícil que ponía los ejercicios el profesor Orochimaru cuando de pronto un chico moreno de pelo largo se acercó a nosotros.
-Hinata, tu madre me ordenó buscarte. Hoy cenamos en mi casa- dijo el joven sin percatarse de Naruto ni de mí
-¿En serio? ¡Qué guay!- exclamó la chica con entusiasmo -Ah, por cierto, ellos son Naruto, no sé si lo conoces, y ella es (nombre), la chica nueva
-A Naruto sí lo conozco, pero a ella no. Un gusto, (nombre), soy Neji. Ya nos veremos otro día. Vamos, Hinata
-Hasta mañana, chicos
-Adiós, Hinata- dijimos Naruto y yo al mismo tiempo
-Tsk, a Neji no le gusta verme con Hinata-chan- añadió molesto el rubio
-¿Y eso por qué?- pregunté extrañada, Naruto se veía un buen chico, algo despistado, pero un buen chico
-Neji y Hinata son primos, y él tiene un instinto sobreprotector con ella
-Entiendo
-Bueno, (nombre)-chan, te acompaño a casa, que es tarde. Y no acepto un no por respuesta- exclamó el chico sonriendo con demasiado entusiasmo, a lo que esbocé una sonrisa tierna
-Está bien, vayamos- dije divertida y juntos nos fuimos a mi casa
ESTÁS LEYENDO
El chico de mi instituto (Itachi x lectora)
Fiksi Penggemar(Nombre) es una simpática chica que llega a una ciudad dónde no conoce nada ni a nadie, puesto que sus padres se han divorciado y ella tuvo que trasladarse a otro sitio junto a su madre. Dispuesta a empezar una nueva vida, la chica empieza sus clase...