Ahí estaba yo. En la cola. En una cola donde habían por lo menos miles y miles de personas esperando, al igual que yo. Unos con sus amigos, clubs de fans, familia, parejas... Suspiré pesadamente. Cuando se lo dije a mis padres, me mandaron a callar. "¿¡Cómo se te ocurre el pensar que tú puedes hacer eso!? ¿¡Acaso te has vuelto loca!?" Oh, gracias por vuestro apoyo, mamá y papá. Gracias por creer en mí. Tenía la suerte de haber podido ir a un mísero concierto de One Direction, y de tener mi habitación forrada de posters, pero nada más. A veces pensaba en porqué yo no podía tener una familia inglesa de verdad. Además de que me llamaba como un estado americano, una cosa que nunca entendí. Increíble. Llegué con mi único apoyo incondicional, mis abuelos y mi mejor amiga, al puesto donde te daban la pegatina esa con un número. Ese número que podría marcar el principio del cambio que quería tener en mi vida. 17654. Bueno, todas sus cifras sumaban 23, un dato curioso y que no viene nada a cuento. Me lo pegué en el vientre, que subía y bajaba nerviosamente. Al entrar en el estadio, y sentarme en una de las sillas para esperar, note como mi mundo se venía a baja a la velocidad de la luz. Sentí los brazos de mi amiga rodearme, y presionarme contra su pecho. "Tú puedes, M, sé que puedes hacerlo." Me repetía una y otra vez. Mientras el tiempo pasaba, me coloqué los cascos, repasando una vez tras otra, la canción de mi audición. Normalmente la gente cantaba canciones conocidas, fáciles, que se les daba bien, baladas... Yo no. Yo ya me iba a arriesgar en mi primera audición. "Bieeeeeeeeeen." Pasó una hora, que para mi fueron 30 minutos, y me llevaron a hacerme una pequeña entrevista. "No he ni cantado todavía, ¿y ya queréis hacerme saber cómo estaría en unos minutos si me dicen sí o no?"
¿Cómo te llamas?
Miami Gómez, tengo 17 años y vengo de Greenwich, Londres.
¿Qué te trae a estar presentándote a X Factor?
(Pues nada, que me aburría en casa y he decidido pasarme por aquí, no te jode.) Quiero hacer en la vida algo distinto, aunque salga mal, lo quiero intentar.
¿Piensas de verdad en que lo conseguirás, y llegaras a tener por lo menos la aprobación de tres jueces?
Eso espero, porque sino, nada de esto podría tener sentido alguno.
¿Quién, de los cuatro jueces, le tienes algo más de miedo o de respeto?
Simon, por supuesto.
Fin.
Y de nuevo tranquilidad. Una tranquilidad que duró unos cinco minutos, para vosotros sería media hora. Backstage. Ahí es donde me encontraba. Tras hacer la maqueta y los ajustes de la canción a mi voz, solo me esperaban más minutos de angustia encima. Con el disco en mi mano temblorosa, y sintiendo como mi pecho se hundía cada vez más y más. "Los jueces te esperan", me dijo una chica de la organización. Abracé con fuerza a mi amiga, al mismo tiempo que besaba a mis abuelos. "Estamos orgullosos de ti, Mia, no lo olvides." Morí literalmente. Le di el disco a otra chica, mientras que un chico me daba el micrófono y me daba la entrada a las escaleras que me conducían al escenario. Estuve unos minutos mentalizándome, mientras le decían que no al chico que estaba ahora en el escenario. "Jodeeeeeeeer." 3, 2, 1... La señal. Me alegré de llevar un conjunto bien arreglado, ya que la gente me alagó algo. Me paré en la gran X que había en el suelo. La verdad, es que en la televisión se veía más pequeña.
-Hola. –comentó Nicole, con una gran sonrisa. "Ay, joder, que hermosa que eres en persona, Nicole Scherzinger."
-Hola. –dije tímidamente, y como la voz me salió. "Bien, Mia, bien...".
-¿Cómo te llamas?
-Miami Gómez. –dije rápidamente. "Menos mal, no se te olvidó el nombre."
-¿En serio? –dijo alucinada, mientras yo asentía.- Ahora dime, ¿eres de Miami Beach? –dijo con una risilla.
-No, soy de Greenwich. –reí, junto ella y el público. "Gracias Nicole por dejar a un lado mis nervios."
-Vaya, y dime, ¿cuántos años tienes? –empezó a escribir en unos folios que tenían en las mesas.
-Tengo 17 años. –dije orgullosa. Al menos no sonaba a niña pequeña.
-Nicole, te estás enrollando mucho. –comento como si nada Simon. "Hola Simon, gracias por lanzar a la fama al 70% de mis ídolos."- Bueno, Miami, ¿Qué nos cuentas sobre ti?
-Pues, estoy estudiando en el instituto y, no sé, quería hacer algo diferente en mi vida. –elevé mis hombros.- Estoy harta de despertarme por las mañanas, y preguntarme "¿porqué no intentas seguir tus sueños?", y pues aquí estoy. –sonreí levemente, escuchando un aplauso del público.
-Interesante... -dijo Simon asintiendo con la cabeza.- ¿Qué opina tu familia sobre esto?
-Bueno, mis padres no están de acuerdo con esto, y están esperándome en casa... -miré al suelo un segundo.- Pero mis abuelos y mi mejor amiga están el Backstage, así que, tengo un buen apoyo. –la gente me aplaudió, de nuevo.
-Cállate, Simon. –dijo Sharon, con rapidez.- Y bueno, Miami, ¿qué nos vas a cantar?
-That's What You Get, de Paramore. –dije decidida y con firmeza. El público, junto con ellos, se quedaron un poco flipados. "Lo sé, soy algo especial."
-Wow, buena suerte. –sonrió Nicole, a lo que Simon puso una cara un poco rara. "Uy, mal rollo, joder."
Aclaré mi garganta, en los pequeños segundos que tuve de silencio, antes de que los primeros acordes sonaran por todo el estadio. Me acordé de la audición de Cher Lloyd, hace ya tres años. Cambio radicalmente de estado cuando sonó la música y eso era exactamente lo que yo estaba haciendo. Di lo mejor de mí con cada palabra y nota que salía mis cuerdas vocales. Me centraba en el público y en hacer una buena actuación. "No sólo la voz vale, mi pequeña Miami, sino también la presentación", oí los sabios consejos de mi abuela. Tras dar saltos, alguna que otra risilla, y hacer una nota alta y bastante larga, acabó la canción igual que empezó, de golpe. Mientras volvía a la X, no oí nada, y pensé que lo había hecho de pena, pero al levantar la cabeza... Vi como todo el público me aplaudía y se levantaba, chiflaba y coreaban mi nombre. "Se han alegrado porque has cerrado la boca, no te motives", me dijo mi Pepito Grillo. Pero no pude aguantar, todos mis nervios, mis angustias y mis pesares, se me cayeron encima, mientras lloraba.
-Madre mía. –rió Sharon.- ¿De dónde sacaste esa voz tan potente como la que tiene Hayley, ah? –dijo moviendo el cuello, lo que hizo que soltará una diminuta risilla por lo bajo.- Madre mía. –volvió a repetir, tirando el bolígrafo en la mesa.
-Cariño, lo hiciste bueno. –dijo Nicole, intentando hablar en español.- Me encantó toda tu voz y pasión en el escenario. Increíble. –volvió a comentar. Yo le respondí con un leve "gracias" en castellano.
-Lo mismo que dijeron ellas. –carcajeó Louis, chocando las manos con Sharon. "Ahora solo te falta el tito Simon, prepárate para hundirte." Mi rostro se volvió serio y con algo de terror.
-La verdad, es que esa canción ese tipo de canciones son algo peligrosas para gente que no tiene la voz que se necesita para cantarlas, y más haciendo el numerito que has hecho por el escenario. –todo el público se quejó, además de quedarse mudo, como yo.- Pero... Lo has hecho increíblemente bien. –me miró a través de sus gafas. "Vale, te ha dicho que lo has hecho bien, pero perfectamente te puede decir que no."- Bueno, hora de las votaciones. ¿Sharon?
-¿Estas de coña? –miró a Simon con chulería.- Por supuesto que sí. –bufó.- ¿Nicole?
-Sí. –dijo afirmando al mismo tiempo.- ¿Louis?
-A mi me ha encantado, si. –dijo con su sonrisilla extraña. "Mia, recuerda el respirar, estas morada, ¡estas morada!".- Simon. –dijo exagerando la 's'.
-Miami Gómez... -miró sus papeles, y después a mi.- Me gustas. Tienes cuatro sis, felicidades. –sonrió levemente.
Todo el mundo se levantó a aplaudirle a Simon, o a mí, no se sabía. Mis lágrimas inundaban mis mejillas, y no sabía si irme ya o darles las gracias. Me despedí de ellos con un leve movimiento de muñeca, y salí corriendo de allí. Tengo que decir, que casi me maté en las escaleras bajando. Me tiré en los brazos de Alexandra, llorando cual magdalena. ¿De verdad me estaba pasando esto, o era un sueño de esos que parecen reales y no lo son?
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Change [Terminada].
Fiksi Penggemar«Ese número que podría marcar el principio del cambio que quería tener en mi vida. 17654.»