Colisión

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A mitad de año, llegó una chica nueva al curso, no era muy llamativa, pero tampoco fea, su cabello era castaño oscuro y lacio el cual contrastaba a la perfección con su tono de piel, desde un principio supe que no me agradaría... y tuve razón.
A lo que pasaba el tiempo, lastimosamente Izumi se amigó de ella, dejándome de lado, casi ni hablabamos... lo cual me afectó en demasía, mi rostro estaba lleno de melancolía y dolor.. y mi corazón lleno de odio hacia ella, por haberme quitado lo que más quería, aquel rencor hizo que en mí despertara algo, me sentía llena de fuerza, odio y un sentimiento vengativo y dañino que decidí ignorar por el momento..
ví que Izumi y ella venían acercandose a mí, lo cual me pareció una mala señal, ella estaba parada en frente de mí, la miré y dije..

-¿Algo se te perdió?

-No, pero creo que a tí sí, dijo a la vez que me quitaba el móvil y lo arrojaba al suelo, este se rompió en mil pedazos, la pantalla quedó totalmente trizada.

-Izumi quedó sorprendido y no atinó a decir nada.

-Yo solo guardé silencio, pero sabía que de aquí ella no se iría.

-Ella solo reía, mientras decía lo estúpida e ingenua que era yo al dejar que ella rompiera el celular.

-No eres capaz de hacer nada por tí sola, dijo con un gesto de burla mientras volteaba y se iba..

-Yo no aguanté más, me levanté de la silla, la tomé del cabello y con unas tijeras aguzadas lo corté, cada mechón de pelo caía al suelo... haciendo que ella gritara de dolor...

-¡No! ¡¡mi cabello no, porfavor!!

-¡Cállate! le grité a la vez que cerraba un puño y la golpeaba en la boca del estomago.
-¡Detente! Por favor... me dijo suplicante.

-¿Detenerme?
Dije cuando sentí nuevamente esa aura llena de odio recorriendo las entrañas de todo mi cuerpo.

-¡¡Jamás!! grité con un estruendo agudo.. tanto que los cristales de vidrio rompieron en pedacitos, a la vez que esa chica salía disparada hacia la pared de la sala, como si una extraña entidad la hubiese empujado con fuerza...
un charco de sangre quedo esparcido en el suelo... su cuerpo cayó, destrozado, lleno de sangre... estaba muerta.

Miré el estado en que se encontraba, no sentí pena.. ni siquiera un pequeño remordimiento, es más, no pude evitar una pequeña sonrisa sádica formándose en mi rostro, Izumi...parecía estar en trance con aquella escena, sus ojos estaban dilatados...pero sin derramar ninguna lagrima, solo estaba... en shock.
Me dirigí hacia el, lo abracé... y le dije:

-Haría esto y más por tí.

Izumi, a pesar de su estado... me correspondió el abrazo.. y entre suspiros me dijo:

-Lo que sientes no es amor, es locura, pero... una dulce locura..
Y eso me encanta..

Al escuchar eso cerré mis ojos, aún apegada a él... y no pude evitar soltar una lagrima.

-Te amo --le dije--.

-Yo también a ti --contestó--.

El espejo de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora