Inquietud

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A lo lejos pude ver la oscura mancha de mi jardín y no sé por qué la idea de entrar ahí me produjo un malestar extraño. Caminé más despacio. Mi casa parecía una tumba sepultada debajo de los árboles. Abrí el portón y entré caminando bajo los sicomoros que formaban como un túnel. Cerca de la casa sentí una extraña inquietud. Me detuve. No se oía nada. El aire estaba inmóvil entre las hojas. ¿Qué ocurría? Hacía años que vivía ahí, sin que tuviera el menor problema. No tenía miedo, nunca tuve miedo de noche. Si hubiera encontrado un vagabundo o un ladrón lo hubiera enfrentado sin vacilar. Además estaba armado. Tenía mi revólver. No lo saqué. Quería resistir el miedo que brotaba de mí, pero no pude, ya que luego ví una silueta delante de la puerta principal,  me quedé inmóvil y no supe que hacer. Mi inmovilidad y la lenta caída de mi revólver al piso alentó a esa criatura a acercarse a mí. Aunque estuvo a unos pocos metros cerca mío yo no pude divisar su rostro, solo se veía una figura similar a la de una persona. Lo que me daba la duda de que era esa figura, tal vez un vagabundo, tal vez era un fantasma o mi imaginación que lograba engañarme, pero saber que era no fue lo más importante, lo más importante del momento era escapar, así que corrí hacia la casa de mi vecina, Marta, para pedirle ayuda, puede que no haya estado bien pensado, es decir ¿Qué iba a hacer Marta con esa criatura que me acechaba? Pero no tenía otra alternativa, la comisaría estaba muy lejos como para correr hasta allá.                                           Llegué a su casa y me abrió con rapidez. Al contarle lo que había pasado y que había visto, ella contestó:   -Todo está bien, no hay nadie afuera. Estas a salvo. Pero si te hace sentir más seguro puedes dormir aquí por hoy.                                                         Agradecí y me acosté en el sillón del living, todavía un poco asustado. Por lo que casi no pude dormir esa noche, todo era muy extraño. Solo podía pensar en esa negra figura que rondaba por mi casa ¿Será  que mi vecina no me creía? ¿ O será que esta criatura tenía algo que ver con ella? O tal vez todo era un sueño, un horrible sueño, un horrible sueño del que no podía despertar. Todos estos pensamientos rondaban por mi cabeza esa noche.
Después de unas horas sentí que ya me llegaba el sueño e intenté dormir. Pasadas las cinco de la mañana sentí unos ruidos que venían de la cocina. Tomé un jarrón decorativo de una mesa del living para utilizarlo como defensa si era necesario, el miedo de volver a encontrarme con esa criatura me cegó tanto como para no poder tomar algún objeto que sea útil como defensa. Mi corazón latía demasiado rápido, tenía tan malas expectativas de los ruidos que venían de la cocina, se me cruzaron miles de cosas por la mente, pero lo que ví... Eso nunca lo hubiera imaginado, fue algo mucho peor de lo que esperaba, ya dentro de la cocina observé a todo mi alrededor con nervios, bajé lentamente la cabeza al sentir que algo líquido mojaba mis medias. Al ver hacia abajo, la ví a Marta, mi vecina de tantos años, estaba muerta. La rodeaba un charco de sangre que me hizo vomitar de la impresión. Sin saber que hacer, salí de la casa, tomé el auto de Marta y me fuí. Me fuí por miedo y angustia de ver tal cosa. Después de aproximadamente unos treinta minutos pasé por delante de la comisaría, y me detuvieron por exceso de velocidad y comenzaron a sospechar al ver que mis brazos y piernas temblaban . Tuve que contarles lo que había pasado. Se dirigieron rápidamente a la casa de Marta. Y encontraron unas cámaras que habían por toda la casa, revisaron el video de la cocina. Después de un par de horas un policía vino hacia mi e hizo que yo mismo viera el video. Claramente se veía que una persona había matado a Marta, tenía mis mismos rasgos, ropa y pelo. Al terminar el video el policía me dijo:
- Este eres tú, hijo.
Y yo me quedé totalmente inmovil, no podía creerlo, nunca había estado tan sorprendido y confundido en mi vida.
Aún así, había algo que ellos no habían notado o simplemente lo ignoraron; Esa persona no era yo, ya que estaba el video del living que demostraba que yo no estuve en la cocina hasta las cinco de la mañana. Pero ese video desapareció, negaron haberlo encontrado, y yo fuí sentenciado a estar el resto de mi vida en la cárcel. Y aunque yo se la verdad y sé que los policías también, todos optaron por decir que yo era el culpable, aunque no fuera verdad. Todos se fueron a lo fácil: culparme.
Pero podrán convencer a todos los que deseen que yo soy culpable, pero no importa con cuántos sicólogos me harán volver a repetir toda la historia, o cuantas personas traten de convencerme de que soy el asesino y tengo alguna enfermedad mental por lo que no recuerdo que lo hice, yo sé que no es así, yo sé que fue esa criatura que estuvo en mi casa esa noche.

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2016 ⏰

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