Capítulo 32

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Promediaba Diciembre en Tokio, el frío se intensificaba y los blancos días invernales se acercaban en medio de alegres preparativos navideños. En años anteriores Oikawa Tooru disfrutaba particularmente de esa época. Le gustaban los adornos navideños y las luces chispeantes, el ánimo festivo de la gente (a pesar de no ser una festividad japonesa), los regalos y los eventos que se organizaban.

La Navidad anterior esperaba pasarla con Iwaizumi, ya que en Japón usualmente esa fecha se reservaba para agasajos románticos, pero no había podido ser posible. Aquella vez Hajime había estado ocupado con el trabajo, impidiéndole ir a Tokio, y Tooru tampoco había podido viajar a Miyagi antes de las vacaciones de año nuevo. En tanto la Navidad de este año...

Tooru se estiró un poco en el sillón para tomar un pañuelo de la caja que había sobre la mesita, se sonó fuertemente la nariz y volvió a echarse hacia atrás en el asiento. Hacía ya algunos días que estaba un poco resfriado, como para agregarle un clavo más a su ataúd anímico. Había pasado más de una semana desde aquella última conversación telefónica con Iwaizumi y, lejos de enfriar sus ideas con el correr de los días, Oikawa se sentía más y más perdido con cada segundo que pasaba.

Lo corroían por dentro sentimientos que no le agradaban, pero que no podía detener. Y no solo respecto a su complicada situación con Iwaizumi, si no también sobre sus amigos. Había compartido poco con ellos este último tiempo, poniendo como excusa sus sesiones de rehabilitación o los exámenes. Pero la verdad es que le costaba estar en la misma habitación con sus amigos. Sentía que el Tooru que solía reír con ellos, ese que hacía chistes idiotas con Bokuto, que pergeñaba planes ridículos con Kuroo, el que se divertía a costas de molestar a Ushijima o del paternalismo de Daichi... ese Tooru se había roto junto con su rodilla, un mes atrás.

Ahora le costaba escuchar a Bokuto y Ushijima hablar sobre los partidos con el seleccionado, sobre sus posibilidades de pronta titularidad; posibilidad que a él mismo se le había vedado hasta su completa recuperación, y eso con suerte. Le costaba estar en la misma habitación en la que Kuroo estudiaba en silencio mientras podía sostener la mano de Kenma, quien estudiaba a su lado. Le costaba escuchar las conversaciones telefónicas que Daichi mantenía en el pasillo con Suga, cada noche, en ese tono cálido y cariñoso que solo usaba con él. Le costaba compartir todo eso con sus amigos y no sentir una envidia insana, corrosiva, lacerante, que se mezclaba con un rencor irracional hacia sí mismo y hacia los demás.

Estaba preso en un círculo vicioso de emociones negativas, y no sabía cómo salir de ahí.

El sonido de una llamada entrante lo sobresaltó y alzó la cabeza con algo de susto, pero solo era Kuroo, aunque no le contestó y el celular dejó de sonar al cabo de un momento. Reaccionaba así ante cualquier sonido de su teléfono, pues lo había sorprendido sobremanera recibir un llamado de Iwaizumi solo cuatro días después de su última conversación, esa en la que Oikawa le dijo que era doloroso escucharlo y se despidieron abruptamente. Conociendo a Hajime y su orgullo, estaba seguro de que no volvería a comunicarse con él hasta que el mismo Tooru hiciera el primer movimiento. Por eso ver una llamada entrante suya en tan poco tiempo no podía augurar nada bueno, y Tooru no había respondido. Aquella secuencia se había repetido los últimos días, y aún así seguía sin responderle.

Estaba siendo un cobarde de cabo a rabo, lo sabía, pero solo quería tiempo para sí mismo. Tiempo para rejuntar los mil pedazos en los que se había roto Oikawa Tooru, tiempo para rearmarse como pudiera y así poder enfrentarse una vez más a sus amigos e Iwa-chan, siendo él mismo, en esencia, y no este pobre despojo de persona que era ahora. Tiempo para...

—¡ABRE LA MALDITA PUERTA AHORA MISMO, TONTOORU MIERDAKAWA! —bramó la voz de Kuroo al otro lado de su entrada.— ¡PUEDO ESCUCHAR EL ESTÚPIDO TONO OCHENTERO DE TU ESTÚPIDO CELULAR QUE NO CONTESTAS! —pausa.— ¡ESTÚPIDO!

El Club de los 5 - Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora