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Odio hacer tarea de física y química, porque no entiendo nada, absolutamente nada... Y eso que mi padre es físico, pero ya veis, nada se me pegó de él.

Dios mío Fabiola, ¡concéntrate! Te queda un ejercicio, vamos...No mires el móvil, ni el ordenador, ni la televisión...¡Tarea terminada! Me merezco una pizza, no creo que mi padre venga hoy de trabajar.

—Uhm... Hola, eh una pizza Hawaiana tamaño familiar. —Hablé por teléfono. —Calle Ferrer, número tres.

Me habían dicho que en cinco minutos estaban, no me sorprende, tengo cerca la pizzería.

Fui preparando la mesa, un mantel, un plato, un refresco y Netflix...Creo que hoy será uno de esos días en los que me vicio a mi serie favorita hasta la madrugada.

El timbre resuena en la solitaria casa y me apresuro para abrir,cojo la caja y tengo la necesidad de mirar a los ojos al repartidor, lo hago.

No sé si es una ilusión o algo pero veo como una sombra azul a su alrededor... Huele a vainilla, es él el que huele. Repentinamente hago contacto visual con sus ojos azules, que parecía que me estuviese transportando a otro lugar.

Vuelvo a la realidad, saludo mi cabeza y le doy los ocho euros que le debo y su mano roza con la mía dándome un fuerte escalofrío, y antes de cerrar la puerta me fijé en su placa.

Ares Hidalgo”

Cerré la puerta y puse la pizza en la mesa.
Mi mano, me fijé en mi mano... ¿¡Qué cojones es!? Es un diamante... No recuerdo haberme hecho un tatuaje, y menos en la mano.

Intenté quitarlo, pero no podía.

No es un tatuaje estoy segura, arde, pica un poco... Además brilla.

Revisé unas fotos que me hice cuando hacía la tarea... Sí, yo también me aburro, ¿sabéis?

Absolutamente nada en las manos.

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2016 ⏰

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