Crema

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Te veía aparecer no más si cerraba los ojos y con frases de conjuro repetía de a poco, no sólo tu nombre, también ciertos sonidos específicos como chillidos de roedor que captabas a la distancia y ya presumías que hablaba de ti, o que escribía y lo hacía para dejarte un mensaje suculento para que releyeras colorada de la pena. Y no es que comprenda lo suficiente ese modo tuyo de ser cuando te están queriendo, pero te veo correr de no más mover yo una ceja para pronunciar palabras, para descargar hechizos caseros que me salen tan bien y son conjuros que te llaman ronroneando al oído si vas a cruzar la calle y giras leve el rostro, como aguzando las orejas, y ya te vienen los aullidos de pena del corazón porque me recuerdas y sabes que no es mucho lo que ya puedes hacer.

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