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Narra Gabriela

No es lo mismo escuchar que tu novia te engaña a verlo. No lo es. Ver sus brazos en otra cintura, sus labios sobre los de alguien más y su cuerpo pegado a otro son algo que espero que no tengan que ver nunca.

Duele.

Recogí mi flor y decidí esperarla afuera del supermercado, no quería arruinar la sorpresa interrumpiendo... Así como tampoco quería seguir viendo eso.

Narra Jennifer

Joder que besaba bien, puso sus brazos sobre mis caderas y movió sus manos hacia mi trasero apretandolo, tener sexo con ella sería una maravilla.

Soy una mierda.

-Espera.- me separé de ella para tomar aire durante el beso. -Dame tu número.- sugerí mirándola directo a los ojos. Debía volver a casa antes de que Gabriela se preguntara sobre mi ausencia.

-Bueno.- con sus manos aún en mi trasero se inclinó más sobre mí mostrando su escote. -Ahí está mi celular, tómalo y anota tu número.- sonrió.

-Me estás entendiendo mal.- alcé una ceja y me alejé de su agarre. -La que quiere tu número soy yo, tú no tendrás el mío aun.- ella me miró con seriedad, a kilómetros se notaba que tenía el ego tan inflado como yo.

-Bien.- accedió finalmente. -Mi nombre es Daniela, dame tu celular y anoto mi número.- suspiró frustrada.

-Soy Jennifer.- dije orgullosa. Busqué entre mi celular en mi bolsillo y se lo entregué.

-Espero verte pronto, Jennifer.

-No lo dudes.

***

Salí del supermercado extrañamente triste. ¿Por qué? Si había besado a una chica super sexy y conseguí su número...

-¡Jennifer!- gritó desde atrás una chica cuya voz era inconfundible.

-Hey.- saludé a Karla volteandome a verla. -¿Qué haces aquí?

-Una cita por aquí cerca.- se cruzó de brazos. -Vi a tu noviecita por aquí y me dio esto.- me mostró la rosa que sostenía entre sus manos. -Dijo que era para ti y que te lo entregara.

-¿Qué...?

-Luego salió corriendo, estaba llorando.- alzó una ceja. Estaba molesta.

-Yo...

-No digas nada.- sonrió decepcionada. -Ya sé lo que estabas haciendo, yo también te vi.

No supe qué decir, así que cerré fuertemente mis ojos tratando de no sentirme como una basura y luego cerré mi puño cuando sentí que puso la rosa en mi mano.

-Dices que la quieres proteger.- murmuró, abrí los ojos. -Pero tú eres más peligrosa que Railey.- la miré confundida.

-¿De qué hablas?

-Railey está realmente enamorada de Gabriela.- sonrió débilmente. Sentí algo en mi interior arder. -Resulta ser que hace unos días dejó de hablar con Taylor por lo que le hizo a tu novia. Ahora trata de alejar a Taylor de Gabriela.

-¿Lo que le hizo a Gabriela?- ¿le había hecho algo?

-¿Acaso no sabes?- me miró incrédula.

-No...- me sentí confundida.

-Una vez Gabriela fue el baño en la escuela y Taylor la siguió, en cuanto estuvieron a solas trató de aprovecharse pero cuando Gabriela la rechazó por tenerte a ti se molestó y le metió un golpe en el estómago.- sentí algo... No sabía qué era, pero estaba revolviendome el estómago. -Desde ese momento Taylor la golpeaba por haberla rechazado, siempre le proponia dejar de hacerlo a cambio de que tengan sexo pero Gabriela se niega por no querer engañarte. Railey detenía a Taylor e incluso había amenazado con hacerle daño si seguía metiéndose con ella. Así que Taylor se detuvo.

Cálida como el sol. (Yuri) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora