CAPITULO 60 ¿Por dónde empezar?

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---Nowaki---

Me siento más tranquilo de tener a mi lado a mi querido Hiro-san.

Por fin podemos ser felices.

Ahora no dejaré que nadie le haga daño.

Lo protegeré con mi vida.

Haré lo que este en mis manos para hacerlo feliz.

No dejare que Steven ni el idiota de Mookyul le pongan un dedo encima.

-Nowaki.
-Lo siento Hiro-san me quede pensando.
-¿En qué?
-En lo feliz que te voy a hacer, cuidando a nuestra niña y a nuestro posible equipo de futbol.
-I-Idiota. –se sonrojo.
-Ahora seré yo el que te protegerá a ti.
-Pero mi deber es...
-Tú deber es casarte conmigo y ser feliz.
-Nowaki...
-No quiero a un guardaespaldas, quiero al amor de mi vida a mi lado, quiero forma una familia y protegerlos toda mi vida.
-E-Eres un romántico empedernido.
-Porque tú me has vuelto así.
-No me eches la culpa de tus actos.
-Es la verdad. –lo bese.

Al llegar a la casa me estacione y bajamos del auto.

-Lo siento.
-¿Huh? –lo mire.
-Si no me hubiera casado, si yo te hubiera hecho caso...
-Mi amor ya no pienses en eso.
-Pero...
-Lo que ahora importa es que estamos juntos, que te amo y eres mi vida entera, y lo que más quiero es cuidarlos. –bese la frente de mi niña.
-Eres un loco.
-Lo soy porque estás conmigo.

Él beso mi mejilla y se sonrojo.

Cargue a Yumi y tome la mano de Hiro-san para entrar.

Al llegar saque la llave y mi amado abrió la puerta.

-Nowaki llegaste tempra... ¡¡¡Hiroki!!!
-Mamá. –sollozo mi amado.

Nelly abrazó a Hiro-san y los demás llegaron a la sala principal.

Gilbert, Roderich y Rick.

Roderich se acercó a mí.

-¿Puedo cargarla?
-Claro. –sonreí.

Le pase con mucho cuidado a mi niña.

-Es hermosa. –sonrió.
-Sé parece a su mami. –reí.

Nelly y mi amado regresaron con nosotros y pasamos a la sala mientras Rick ponía un poco de té.

-Me alegra que hayas venido. –sonrió Nelly.
-Vengo para quedarme mamá, junto con Nowaki.
-¿Enserio?
-Así es Nelly, -tome su mano- quiero protegerlos y darles todo mi amor a mi grandes tesoros.
-Por favor cuida de ellos.
-Sí.

Hiro-san se recargo en mi hombro y sonrió.

-Te amo. –susurre en su oído.
-Yo también. –se sonrojo.



---Akihiko---

Misaki me miraba sorprendido, quería decir algo pero las palabras se atoraban en su garganta, tenía lágrimas en sus mejillas.

-U-Usagi-san, e-estás bromeando ¿verdad?
-...
-Yo te amo como tú a mí.
-Lo siento Misaki pero, me siento confundido y sé que si me caso contigo estaré cometiendo un error.
-¿Eh?
-Lo siento tanto pero no puedo.

Me separe de él y corrí hasta mi auto pero mi padre me detuvo.

-¿Qué estás haciendo Akihiko? –me regaño.
-Tengo que irme.
-¿PARA QUÉ?
-Lo siento.
-NO PUEDES HACERLE ESTO A MISAKI, SIEMPRE HAN ESPERADO POR ESTO.
-No puedo casarme con él.
-¿POR QUÉ?
-Porque creo que amo a otra persona.
-¿Ah?

Me aparte de su lado y me subí a mi auto.

Maneje sin saber la dirección.

En cuanto toque el volante mi cuerpo reacciono por sí solo.

Hasta que me detuve en una casa en especial.

La mire y varios recuerdos aparecían en mi mente.

Yo cargando a ese castaño mientras él reía.

Otro donde lo besaba y le decía que lo amaba.

Quise entrar pero no podía.

-¿Qué haces aquí?

Mire hacia atrás y vi a dos hombres, uno rubio y otro pelinaranja.

-Yo...
-ACASO ¿VIENES A HACER MÁS DAÑO? –gruñó el rubio.
-S-Solo busco al castaño.
-TAN PENDEJO QUE SE TE OLVIDO HASTA SU NOMBRE.
-...
-Mao tranquilízate mi amor.
-No Eiri, ese idiota lastimo a Yukito.
-Yukito. –murmure.
-LÁRGATE DE AQUÍ. –rechino los dientes Mao.
-¿Dónde está Yukito?
-¿QUÉ NO ESCUCHASTE ESTUPIDO?
-Quiero verlo yo...

Ese rubio se separo del otro chico y me dio dos golpes en la cara.

-¡¡¡Mao!!!

El otro chico lo detuvo abrazándolo de la cintura.

-Cálmate Mao.
-Vámonos.

El pelinaranja me miro y suspiro.

-No lo busques más, lo lastimaste tanto al no recordarlo y más al casarte con otro, hagan su vida a su manera.

Ellos se metieron a la casa y caí de rodillas.

Mi corazón duele.

Sé que tengo que recordar más cosas, las más importantes.

Pero ahora debe buscarlo pero...

¿Por dónde empiezo?



---Shinobu---

Siento mi cuerpo tan pesado, me duele todo.

Lentamente abro los ojos.

-Shinobu-chin. –sollozo.
-M-Miyagi. –susurre.
-Sí mi amor, aquí estoy.
-R-Rintaro.
-Él está con una amiga que apreció mucho.
-Y-Ya veo. –suspire.

Vi que el doctor miraba unos papeles y luego a la maquina a la que estaba conectado.

-¿Cómo se siente joven Takatsuki?
-M-Me duele todo.
-No se preocupe dentro de unos días empezara a mejorar.
-Gracias.
-Aunque después me gustaría hablar con usted.
-¿De qué?
-Todo a su tiempo.

El doctor salió y Miyagi se sentó a mi lado tomando mi mano.

-Pensé que te perdería, sentí tanto miedo. –sollozo.
-Miyagi.
-No quiero una vida en la que no estés tú.
-Te amo. –susurre.
-Yo también a ti. –acaricio mi mejilla.
-Miyagi.
-¿Huh?
-Cuando me recupere, quiero que seamos la familia que dijiste.
-¿Te casaras conmigo?
-Sí.
-Gracias mi amor.
-Además, -lo mire- quiero darte varios hijos.

Su expresión fue de tristeza.

-¿Pasa algo?
-Mi amor. –me brazo.
-¿Miyagi?
-No es nada.
-¿No quieres tener una familia conmigo?
-Sí quiero, es lo que más deseo.
-Me alegro, -suspire- por un momento me asustaste.

Él acaricio mis mejillas y beso toda mi cara.

-Te amo Shinobu, pase lo que pase, digan lo que digan sabes que te amo.
-Miyagi no digas eso por favor.
-Tengo que decirlo para que no lo olvides.
-Nunca lo haría.
-Te amo mi niño.



---Steven---

Estaba revisando los documentos oficiales en los cuales justificaba algunos negocios de la reina para que no fueran descubiertos.

Escuche como tocaban la puerta y luego la puerta se abrió de golpe.

-¿A ustedes que le pasa?
-HIROKI SE HA LARGADO.
-¿Cómo?
-LOS ESTUPIDAS DE MIS GUARDAESPALDAS NO LO CUIDARON COMO LES PEDÍ.
-¿Y tú?
-Él fue a armar un escándalo en mi casa. –bufo Takeshi- Por cierto, ya encontré el lugar donde está mi lindo esposito.
-¿Cómo?
-A ¿QUIÉN MIERDA LE IMPORTA ESO? –grito Mookyul- DEBEMOS ENCONTRAR A HIROKI, NO VOY A PERMITIR QUE ME LO QUITEN.
-No te preocupes yo me encargo. –comente.
-Eso espero.
-Takeshi te mandaré con mis mejores hombres para que traigas a ese idiota y lo hagas responder como se debe.
-¿Enserio?
-Sí quieres darle una paliza estás en tu derecho.
-Interesante, -sonrió- claro, iré por él y deseara no haberse ido de mi lado.

Ese chico se fue y Mookyul tomaba un poco de coñac.

-No entiendo como el sumiso de Hiroki se marchó.
-Ni yo pero las pagara muy caro.
-Te apoyo hijo, así que investigaré donde se encuentra.
-Más te vale.
-Junto con otras personas que debo destruir.

Un problema más...

Tengo que acabar con cada problema.

Con cada idiota y quedarme con el premio mayor.

Roderich...

Pobrecito...

Que haría si se entera que tengo a su hermana como la puta de los soldados.



---Yukito---

Abrí los ojos y me di cuenta que estaba en el regazo de Kyo.

-¿Cómo dormiste?
-Muy cómodo. –sonreí.
-Me alegro. –acaricio mi mejilla.
-¿Y Toshiro?
-Está en su cuna, nuestro hijo es muy dormilón.
-Lo aprendió de ti. –reí.
-¿Te sientes mejor?
-Sí, -susurre- espero él sea feliz.
-Yukito.
-No le tengo rencor, es lo que deseaba, Akihiko ama a Misaki, deben ser felices.
-Él no tiene recuerdos.
-Pero el mismo lo dijo soy insignificante, mejor lo dejo así, mi hijo y yo estamos bien.
-Los voy a cuidar.
-Gracias Kyo.
-Yukito.
-¿Huh?

Él coloco sus labios en los míos y yo solo cerré los ojos.  

Sentimientos Ocultos - Junjou egoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora