FINAL

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Cuando me desperté, bajé a la cocina a por un vaso de agua y me recogí el pelo.
Me puse a pensar en todo lo que había ocurrido la noche anterior.
No podía creer lo que había hecho.
Avisé a Evian para que bajara a desayunar pero a mitad de la comida algo llamo mi atención.
Una jeringuilla.
-¿Para qué es ésta inyección?
-¿A qué te refieres?¿Qué inyección?
-Vamos Evian, está delante de ti es imposible que no puedas verla.
-Pues es que no la veo.
-Joder, ¿y estos vendajes?
-Eh Noah, creo que estás imaginando cosas.
-Te aseguro que no, no puedo estar imaginándolo, es imposible. -Todo a mi alrededor empezó a desgastarse y a fragmentarse. Desaparecieron los muebles, las puertas, las ventanas...Evian no se inmutaba, estaba como si nada de eso estuviera pasando en ese momento. Corrí hacia él lo más rápido que pude y justo antes de alcanzarle, desapareció.
........
-¿Se encuentra bien?-Abri los ojos poco a poco casi obligado por la luz que llenaba el lugar en el que me encontraba y fijé mi mirada en la persona que me había hablado. Era una enfermera. Pelirroja, de ojos verdes, y cuya cara me parecía haber visto antes.
-¡¿Alexa?!-Grité sin pensar haciendo que me doliera el pecho debido a la condición de mi cuerpo.
-¿Disculpe?¿De qué me conoce?-Me preguntó la que parecía Alex asombrada.
-¡Soy yo!¡Noah!¡Vamos juntos a la universidad!¡¿Cómo es posible que no me recuerdes?!
-Lo lamento, pero me da que está bastante confuso. Es imposible que haya podido ir a la universidad ya que el avión en el que iba a trasladarse tuvo problemas y generó una explosión. Creo que debería descansar joven. -Dijo y se fue. Un rato después de asimilar lo que me acababa de contar la supuesta Alex, alguien llamó a la puerta.
-Adelante. -Respondí.
-¡¡Noah!!¡Menos mal que estás bien!-Dijo Eli entre sollozos. -Inseguro de lo que mi cabeza tenía guardado, hablé.
-Disculpa, ¿me podrías recordar de qué nos conocemos? Creo que estando en coma he tenido un sueño en el que aparecen en personas a las que conozco en la vida real y ya no sé lo que es real y lo que no.-Le dije.
-Ah...Pues somos compañeros de clase, solemos hablar mucho, quedo contigo todos los viernes, y también con Tom. Bueno debo irme, me alegro de que estés mejor. -Dijo con una sonrisa. Tom...Tom...¡TOM!¡No me acordaba de él!De repente escuché un ruido
Cuando la puerta se abrió, pude reconocer a una chica de pelo y ojos grises entrar por ésta. Sid andó por la habitación hasta la cama de al lado en la que ni siquiera había posado la mirada.
-¡Hermano!¡Menos mal que estás bien!-Dijo está y de inmediato volteé la cabeza y corrí la cortina para ver a quién hablaba.
Mi pelinegro favorito descansaba con una postura parecida a la mía en la cama de al lado. Tenía una venda que le cubría la frente atada supongo que por las heridas y su flequillo descansaba encima de ésta.
Él...
Él...
-Tú...-Dijimos al unísono.

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