¿Amigo o enemigo?

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Pasaron dos semanas exactamente desde el incidente de esa chica, realmente no me importaba mucho... de hecho, no me importaba nada.
Después de que la jornada acabara, Izumi y yo fuimos a la biblioteca, puesto que al día siguiente había examen de historia, cuando llegamos nos dirigimos al pasillo tres, en el cual estaba lo que buscabamos, a nadie se le ocurriría visitar la biblioteca a estas horas (excepto a nosotros) por eso me sorprendió ver a un chico alto, de 1.78 mas o menos, más blanco que el papel, de cabello plateado y ojos almendrados, estaba en lo alto de una pequeña escalera de madera pulida, parecía estar buscando lo mismo que nosotros.
El libro que necesitabamos... por infortunio, estaba justo al lado de aquel chico, Izumi se acercó para tomarlo, pero tropezó con un peldaño de la escalera, provocando que el muchacho desconocido cayera al suelo sobre Izumi.

-Él chico se dio cuenta de la situación y rápidamente se levantó y pidió disculpas.

-No te preocupes, dijo Izumi con una sonrisa, yo fui el torpe que no se fijó.

-Este se sorprendió y algo sonrojado le dijo:
Q...que amable eres... mi nombre es Cris... ¿Y el tuyo?

-Izumi --dijo--.

Yo solo observaba esta pequeña charla tan repentina hasta que él habló de nuevo.

-Y tú... ¿cómo te llamas? me preguntó.

-Emily, contesté, con una sonrisa algo falsa.

-Un gusto en conocerlos, dijo inclinando levemente la cabeza a un lado de una manera tierna mientras sonreía...
Al parecer era alguien muy alegre.

-¿Quieren ir a tomar un helado?
Yo invito, dijo.

-Tenemos que estudiar, dijo Izumi algo angustiado.

-No tardaremos tanto, contestó.

-Bueno, supongo que está bien, vamos.

En ese momento, Izumi avanzó hacia la salida, seguido de Cris, pero al quedar frente a mí me acarició la cabeza como si fuese una mascota.

-Ven con nosotros, Mily, dijo a la vez que guiñaba un ojo.

-!¿Mily?!
jum....n..nadie te dio permiso de ponerme un apodo, dije algo sonrojada y molesta.

-Te queda bien, ya, vamos.

-Eres un idiota, le dije con una pequeña sonrisa.
Luego de eso, los tres caminamos hacia el local de helados mas cercano, nos sentamos en una pequeña mesita, con una sombrilla sobre esta, así como los sitios para tomar café.

Cuando el chico que toma la orden llegó a nuestra mesa, Cris dijo:

-Un helado de tamaño grande, de seis sabores, con chispas de chocolate y pequeños barquillos rellenos con crema de maní, por favor.
Pasaron unos diez minutos y el mozo traía consigo el helado sobre una bandeja de cristal.

Era un helado tan grande que hasta me podría durar un mes completo, una cobertura de chocolate cubría las bolas de helado, a los costados, estaban los barquillos y obleas rellenas con crema de maní y leche, con tres pequeñas cucharas de plástico para cada uno.

-Tomé una, y cuando lo saboreé, era lo mas suculento que había probado.
Lo mismo ocurrió con Izumi, que no cesaba de sacar cucharada tras cucharada.
Su mejilla se ensució un poco.. y lo que nunca imaginé...,Cris tomó una servilleta y limpió la pequeña mancha del rostro de Izumi, no pude evitar algo de celos...
Y por debajo de la mesa le pegué una patada a Cris, haciendo que este chillara.

-¡¿Y ahora por qué me pegas?!

-¡¿Qué crees que haces?! le dije.

-Esa pregunta va para tí, ¡¡estas loca!!

-¡¡Lo dice el que hace amigos en una biblioteca sin conocerlos!!

-¡¿Y eso qué?!

Mi mirada y la de Cris quedaron enfrentadas, como si se tratara de una batalla, el rayo podía verse entre nosotros.

-Ya calmense, dijo Izumi

-¡¡Él/Ella empezó!!
gritamos al unísono.

Toda la gente se dio cuenta del escándalo y voltearon para ver que sucedía, una señora dijo al dueño del local que nos echara, y este se lo concedió.

-Por estar discutiendo, regañó Izumi dirigiendose a nosotros.

-Perdón, dije.
-Lo siento, siguió Cris.

Caminamos los tres hacia nuestras casas, sin decir nada, era un silencio incómodo que invadia el ambiente.
Llegué a mi casa, pensando en lo que hoy pasó, ¿Izumi se habrá molestado conmigo? me decía,
espero que no...

Me recosté en la cama, estaba cansada, cerré mis ojos y pensé en aquel chico, Cris.
Ese idiota... me agrada, pero a la vez lo odio.. como si fuese un hermano.

El espejo de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora