Capítulo 21

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Capítulo 21:


Parecía que el mundo quería estar en mi contra el día de hoy. Tuve que soportar primero las súplicas de Kyle para perdonar todo el mal que me ha hecho, y ahora, sé que Mike no está aquí solo porque quiere. Cerré los ojos mientras contaba en mi mente del 1 al 10, tratando de calmarme y hablar de forma civilizada con ambos chicos que parecen no querer salir de mi vida ni aunque los obligara.

—¿Qué haces aquí, Mike? —pregunté de forma brusca, sorprendiéndolo. Se quedó callado al notar la presencia de Kyle a nuestro lado, que lo miraba con el entrecejo fruncido—. Estoy acá, idiota. —Agité mi mano para que dejara de ver a Kyle.

—Vine a arreglar las cosas contigo —balbuceó, mirando ahora al chi con molestia—. ¿Qué haces aquí, Evenson? ¿Acaso tú no estabas en la cárcel?

—Creo que mi amenaza de hace un año no funcionó, ¿no es así? —habló, burlón. El rostro de Mike adquiría temor poco a poco.

—Te hice una pregunta: ¿qué haces aquí?

—Eso es algo que no te importa. —Kyle se fue acercando poco a poco a él, provocando que retrocediera con temor y que éste sonriera con suficiencia.

Rodeé los ojos mientras masajeaba mis sienes, tratando de calmarme. Yo solo debía cuidar a una niña y, después, beber mi dosis diaria de alcohol. Ahora ni eso puedo hacer, no mientras tengo a estos dos farsantes y mentirosos en mi casa.

—Los farsantes no son bienvenidos en mi casa —murmuré de mala gana, dejando que ambos dejaran de lado su lucha de miradas y ambos pares de ojos se dirigieran a mí—. Así que me harían un gran favor si se van y me dejan tranquila.

—Ahora resulta que me cambiaste por este loco, ¿no es así? —dijo Mike, enojado y señalando a Kyle.

—¿Qué quieres aquí? —Kyle rechinó sus dientes, mirándolo como si pudiera matarlo con la simple mirada

—Vine con ella, no contigo.

—Y yo te dije que no quiero hablar contigo, Mike. Todo está más que arreglado —exclamé, molesta y cruzándome de brazos—. Ahora, ¿pueden irse? Quiero estar sola.

—No te dejaré sola a partir de hoy, Emily —aseguró Evenson, haciéndome reír con sorna—. No quiero que...

—¿Tenga una congestión alcohólica? —terminé por él—. Sé que soy una alcohólica, pero sé cuándo detenerme, Evenson.

—¿Qué? —Mike me miró con confusión—. Emily, ¿por qué...?

—A nadie les interesa mi vida, y mucho menos debe interesarles a ustedes. —Los señalé a ambos, que me miraban con súplica—. Ahora, me harían un gran favor si se van y me dejan emborracharme de una vez por todas.

Mike, triste, se fue acercando poco a poco a mí, mirando con atención los pedazos de vidrio en el suelo y ambos líquidos regados por este mismo. Cuando estuvo frente a mí, tomó mis mejillas e hizo que lo mirara directamente a los ojos. Tal vez, antes, me hubiera enamorado en verdad de él, pero si no sucedió antes, no sucederá después. Estuve casi un año junto a él, y no llegué a quererlo de la forma en que quise a Kyle.

Todo hubiera sido más fácil si no hubiera ido al cementerio aquel día y no haberme encontrado de una formada nada agradable con Kyle Evenson y su grupo de amigos. Hubiera preferido que el asesino de mi hermano fuera un hombre cualquiera y no el chico al que amé. Hubiera preferido tantas cosas, y por culpa del maldito destino, ahora caí en un hoyo que no estoy segura si tiene salida.

—¿Por qué no me lo dijiste, Emily? —susurró de manera calmada—. Te hubiera ayudado, hubiéramos salido de esto juntos, hubiéramos...

—No me vengas con tus jodidas mentiras —lo interrumpí, viéndolo con ironía—. Aun así, hubieras ido con la primera chica que te toparas y me hubieras engañado, como lo hiciste hoy.

Un Asesino SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora