Transporte Gratis

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 Claudia se detuvo en una de las orillas de la carretera, durante 20 minutos grito por ayuda y aleteó sus brazos pero parecía que ningún conductor se percataba de ello. Parecía que su suerte cambiaba ya que un conductor se detuvo, abrió la puerta de la cabina derecha y la invitó a subir.

-       Muchas gracias señor.

-       ¿A dónde te diriges?

-       A la ciudad, espero no causarle un inconveniente.

-       Claro que no, yo también voy para allá. Nunca había visto a una joven tan bonita pidiendo ayuda a un lado de la carretera

Claudia temía que el señor sospechara algo porque ¿Qué humana normal venia al bosque sola? Ella sabía que un ángel no podía mentir, pero si ocultar detalles importantes para no delatar su identidad.

-       Y ¿Qué hacías en el bosque?

-       Me dirigía a la ciudad pero me perdí. –risa-

-       ¿A qué vas a la ciudad?

-        Tengo una importante comisión por realizar, pero me alegra saber que haya personas tan amables por aquí.

-       No podía dejar a una hermosa chica en medio de la nada. –risas-  

Claudia solamente le sonrió, pero había algo sospechoso en el hombre, por lo que decidió hacerle más preguntas hasta llegar a la ciudad, así lo tendría un poco distraído y dejaría de oír sus molestos halagos.

-       ¿Usted vive en la ciudad?

-       No.

-       ¿Familiares? ¿Trabajo?

-       No.

Que Angelito más DiablitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora