Unica Parte

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Aun recuerdo la primera vez que te vi, estabas asustado y confundido ¿Quién no lo estaría en tu lugar? Culpa de un tropezón acabaste en un país que ni en un atlas lo podías encontrar.
Recuerdo que nuestro encuentro también fue por la misma razón, íbamos distraídos que no nos dimos cuenta y terminamos en el suelo. Pensaba que ya tendría las rodillas y los brazos lastimados, pero amortiguaste mi caída.
Alcé la mirada y me encontré con tus ojos color miel que miraban los míos. Apuesto que si era un juego de miradas ambos salíamos en empate, ninguno parpadeó en esos 50 segundos.

Esa fue la primera vez que vi a mi primer amor.

Nos paramos, nuestra posición no era la más cómoda que digamos, el hecho de que yo este encima de ti y para colmo con un vestido no era bien visto, aunque eran las 1am y nadie andaba en las calles.
Sacudiste tu ropa, te habías volteado para que yo acomode la mía, por suerte llevaba una calza abajo.
Quería ver tu cara, apostaba que ya te conocía tal vez por fotos o quizás te cruce algún día. Cuando diste vuelta me sentí emocionada, nunca pensé que llegaría a conocerte, por supuesto que en mis sueños locos eso pasaba pero esta era la realidad.
Recuerdo ese tímido tono ingles con el que me dijiste:

-"¿Estás bien?"-

Fue la voz más hermosa que había oído y si, tierna también.

Esa fue la primera vez que me hablaste.

Con el tono más calmado que pude sacar respondí, te pregunte si tú estabas bien y también me disculpe por no mirar por donde venia, trate de usar palabras fáciles en ingles porque sabía que no lo dominabas a la perfección.
Al parecer me entendiste ya que respondiste con una sonrisa y un asentimiento de cabeza, en ese momento sentía que me derretía, tu sonrisa era preciosa.

Esa fue la primera vez que me sonreíste.

Me preguntaste mi nombre lo cual te lo dije, no hacía falta que pregunte el tuyo porque te conocía a la perfección pero por respeto lo hice. Me sentí feliz al darme cuenta que no me mentiste, sin importar que yo pudiera robarte ahí mismo.
Recuerdo tu cara de sorpresa al enterarte que hablaba tu idioma, nunca la podre olvidar.
Te percataste de que tenía una herida en mi pierna y te alarmaste pero a mí me daba igual, el hecho de poder verte esa como un relajante para todo mi cuerpo. Insististe tanto en ese momento por curarla que no tuve de otra que llevarte a mi casa para que lo hicieras.
Me sentía nerviosa todo lo contrario a ti que ibas tranquilo cargándome ya que no podía caminar.

Esa fue la primera vez que me ayudaste.

Luego de 10 minutos, que solo tú caminaste, llegamos a mi casa. Vivía sola por lo que no me tuve que preocupar porque mis padres me regañaran por llevar un extraño a casa, aunque para mí no eras uno.
Con un pequeño algodón y un poco de alcohol desinfectaste mi herida para luego ponerme una venda alrededor. Al sentarte me hiciste una pregunta

-"¿Sabes quién soy? Dime la verdad".-

Te respondí con sinceridad, no quería comenzar con el pie izquierdo. Dijiste que apreciabas mi sinceridad y me contaste lo que te había pasado.
No pude evitar sentir un poco de tristeza, estabas solo aquí en un lugar desconocido por lo que yo te ofrecí hospedaje hasta que pudieras solucionar tu problema. Sorprendentemente aceptaste, sin ponerte a pensar que podía ser una delincuente o asesina, y me diste las gracias.

Esa fue la primera vez que, aun sin conocerme bien, confiaste en mí.

Los días pasaban y se cumplió un mes desde aquella vez que no encontramos. Salíamos a pasear todos los días, tú me decías que querías conocer mi país y que querías adaptarte más.
En ese tiempo habíamos creado un vínculo de amistad fuerte, lo malo es que yo no sentía amistad por ti, en realidad me gustabas pero sabía que no podía ser.

La Primera Vez - One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora