La Rosa Azul

capitulo 16

Un tiempo a solas
-Rafa tengo que decirte algo-
Mi voz se escucha tímida pero yo intento verme lo mas confiada posible.
-Alexandra yo también tengo que hablar contigo-
Veo en sus ojos algo extraño, es una presencia que jamas había experimentado cerca de mi novio y sinceramente nunca creí ver algo así con el.
-Sabes empieza tu por favor-
De repente todo en el cambia, el hermoso y lindo chico que yo amo regresa a ser el que yo conozco.
Mi boca se abre y yo dejo salir de mi ser todo lo que me abruma con la ilusión que el entenderá lo que sucede.
-Bueno, tu sabes que yo te he pedido mantener lo nuestro en secreto, pero desafortunadamente hay alguien que sabe sobre lo nuestro y para mala suerte es alguien que yo nunca quise que se enterara-
Lo veo a los ojos puesto que al decirle esto mi cabeza la he agachado, puedo notar que esto le ha causado un poco de incomodidad; ya que en sus ojos nuevamente algo a cambiado. Sin mas continuo con lo que tengo que contarle.
-Es mi tío y sabes el me ha dicho que si lo nuestro no se acaba pronto, el se lo dirá todo a mis padres y ellos estoy segura nos separaran-
En su rostro puedo notar que la ira lo consume cual carbón en el fuego.
-Esto no es justo Alexandra-
Lo veo decir cuando empuña con coraje sus manos.
-Yo lo se Rafa pero esto solamente es un bache si, es algo que entre los dos vamos a solucionar ok-
Digo mientras tomo una de sus manos solo para intentar hacerlo que se tranquilice; tengo mas que suficiente con mi tío molesto como para que mi novio se enoje conmigo.
Sin mas opto por continuar con mi plan.
-Así que he pensado y pues lo mejor sería darnos un tiempo sabes-
Su mirada me ve de una manera inexplicable como si yo fuera la mala de la historia.
Tengo tanto miedo de que lo nuestro termine mal solo por esto, mi corazón se estremece tanto que siento como si este se detuviera. Me gustaría romper el silencio pero desafortunadamente mi novio es el que rompe este incomodo momento.
-¡¡ALexandra, ¿quien es esa persona?!!-
Veo a Rafa quien me contesta casi gritando y enojado, si algo pasara entre mi familia y mi novio yo jamás me lo perdonaría, debo arreglar esto, quizás y si le miento a mi novio pueda remediar este problema, pero al verlo a los ojos me doy cuenta que no puedo mentirle a tan maravillosa persona. Sin mas que pensar de mi boca involuntariamente salen las palabras.
-Es mi tío-
Lo que acabo de decir me ha hecho pensar que he cometido un muy grave error, no se de lo que mi novio sea capaz de hacer al igual que mi tío, lo veo fijamente y espero que la bomba estalle, pero jamás creí que esta lo hiciera tan extrañamente.
-Tu tío sabe lo nuestro-
-Si y no se lo el pueda hacer-
Lo que el me dijo me ha hecho pensar en un inevitable final, pero no dejare ir a la única persona que me ha hecho sentir especial y si es necesario hasta debajo de toda la sociedad me he de ocultar. Mi corazón se estremece, mis piernas se hacen de gelatina, toda mi fuerza vital se une, solo para poder decir con toda seguridad algo que nuestra vida cambiara.
-Por eso te pido que nos demos un tiempo, solo hasta que todo se tranquilice-
Puedo notar en sus ojos una enorme decepción, por unos segundos todo es silencio y sinceramente no se que sucederá.
-Alexandra yo... No te quiero perder, eres la única que me hace feliz-
Casi de puedo notar como una lágrima escapa de sus ojos, no se si es de coraje o es de tristeza; yo odio verlo llorar o sufrir, se que el tiene problemas y lo único que yo quiero es hacerlo feliz, pero con cada día que pasa desde la platica con mi tío, puedo ver que no solo es difícil para mi si no también para él.
Quiero abrazarlo y decirle que todo estará bien, consolar su sentir, apagar esa tristeza y transformarla en felicidad; pero como, se que si me acerco mas a el todo se empeorará. Nuevamente lo veo a los ojos solo para confirmar algo que muy dentro de mi se que terminará por matarme.
-Muy bien princesa-
Mi respiración regresa a mi puesto que desde que esto empezó no sentía mi alma, con mucho dolor entre el y yo cerramos el trato, uno que parece ser sellado por el mismísimo diablo.
Tengo que poner todas mis fuerzas en esta muy dura despedida.
-Gracias por entender, hasta luego Rafa-
Me retiro sin ver atrás, a cada paso que doy mi alma se rompe en miles de pedazos, veo a mi lado y noto que nuevamente me he quedado sola; por mas que yo quiera no mirare atrás, se me hes preferible clavar me un cuchillo en el corazón que ver a mi amor alejarse. Nunca podre olvidar ese enorme sufrimiento que sentí al alejarme de el. Cada paso era como miles de brasas calientes en mis pies descalzos, mi corazón se apretaba tan fuerte hasta un punto que sentí que este ya no existía, mis fuerzas han desaparecido y solo de milagro puedo caminar, mi estomago se siente completamente vacío, pero aún así debo seguir. Aunque todos los que conozco me lastiman se que esta no es una despedida si no el comienzo de una experiencia, que sé marcaría la vida de los dos.