Capítulo 14 1/2

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Andre

Si no es nadie importante, ¿por qué te pusiste tan nerviosa cuando recibiste esa llamada?

Me giro para cerrar la cortina de la habitación y para evitar que no vea la expresión de mi rostro.

—Baja la voz, despertarás al niño...

Siento que se aproxima.

—Sabes que lo de intenso no va conmigo pero noto que me ocultas algo —Suelta deteniéndose a escasos centímetros. Siento su respiración sobre mis hombros.

—Hay veces que me siento experta ocultando cosas pero me olvido que me conoces más que yo misma —Niego y sonrío dando la vuelta para ver su rostro.

Levanta las cejas.

—Ya decía yo...

Me encantan sus cejas. Alzo la mano derecha y aliso su ceño mientras delineo la curva que forma al levantar la ceja.

—No es el otro, no te preocupes.

—¡Ah púes! ¿El otro? ¡Ja! Tremendos cachos que me pones.

Río.

—No lo dije bien, me refiero a que no es ninguna infidelidad ni nada por el estilo. Así como tú me lees, sé que eso es lo que estabas pensando.

Toma mi mano y la besa.

—He tenido muchas cosas buenas durante mi vida, ninguna mejor que tu compañía. Por eso temo perderte, ya lo viví y el dolor de tu ausencia no se lo deseo a nadie.

—Que poético.

—Soy autor nena—Sonríe y se da un pequeño golpe con el puño en el mentón. 

—¡Ash! Casi me lo creo —Entrecierro los ojos y me alejo— Eres un embustero andante.

—Y vos una mamacita andando—Sonríe— Pero ya, decime quien ese ese tal Israel o acabaré llamando a Santiago para que me contrate una compañía de esas que rastrean llamadas e iré a interrogarlo.

—Sonaste demasiado controlador.

—Y vos suenas tan esquiva—Contraataca. 

Pienso un poco y comienzo mi explicación. Temo como reaccionará.

—Quiero trabajar—Suelto y él me mira fijamente, tengo toda su atención y no me complace. Por un momento quisiera que un paparazzi estuviera colgado de la ventana para interrumpirnos, que Mely corriera en patines por el pasillo e hiciera ruido para despertar a Joselito o que Damien ladrara a algún desconocido desde el piso de abajo y bajar a mirar quien es.

Pero nada.

—Ya trabajas —Dice y se aleja para tomar asiento en la orilla de la cama. El colchón se hunde un poco pero no hace el ruido suficiente para despertar a mi hijo y que interrumpa mi platica.

—Un trabajo real, donde no cobre un sueldo por estar contigo. Es raro si lo piensas, parece que me pagas por ser tu pareja.

—¿Que? ¿Hablas en serio? Amor, pero ve... Sabes que no es así, vos me ayudas mucho con los fans.

—Te ayudo por gusto, recuerda que yo también fui...Que diga—Corrijo—, soy una fan tuya. Tú fuiste el que me salió con que tenías que ingresarme a la nómina. Y ni siquiera gasto un peso de lo que me pagas por hacer nada.

—No entiendo que tiene que ver que figures en mi nómina con el tal Israel ese que te llamó esta tarde.

—Déjame terminar —Lo fulmino con la mirada—. Me encanta ver como te quiere la gente, aún que a veces las niñas se pasan un poco—Recuerdo los mensajes que le envían pidiendo que les de duro contra el muro y rogando ser preñadas—, pero ese no es el tema, si no que yo atiendo tus redes por ayudarte, no por obligación para ser pagada. Pero ya que te has asegurado de hacer crecer mi cuenta bancaria quiero ocupar ese dinero en poner un negocio.

—¡Pero que dices mujer! Si te pago un sueldo es para que a mi hijo ya vos no les falte nada cuando me alejo de ustedes, quiero que siempre tengan lo mejor. Haz de cuenta que es, ¿como le dicen aquí? Ahh si, te doy el gasto de la semana

—Me diste una extensión de tarjeta cargada a tu cuenta, no me vengas con esas.

—Bueno, listo; No te pagaré más si es lo que quieres.

—¡No me entiendes un carajo!—Exhalo— Ya noté que no tienes en que gastar tu dinero, pero ese no es el punto. Amor voy a trabajar me apoyes o no.

Se pasa las manos por el rostro.

—Sé que debo apoyarte en cualquiera que sea el paso que quieres dar, pero también sé que eso te alejara un poco de mi y soy egoísta al no querer soltarte.

—Ni que fuera a desaparecer. Todavía no sabes que es lo que quiero hacer.

—Cualquier cosa que quieras hacer, si me mantiene un minuto, una hora o un día sin verte; para mi será como si hubieras viajado a la luna.

—Ya fui a la luna—Declaro.

—¡Jay! Parlera.

—Me encontré con una estrella en el camino... Él me guió.

—¿Si? —Se levanta cachando mi indirecta y queda a la altura de mis labios— ¿Quieres que te lleve de nuevo?

—Probablemente, si no estuvieramos aquí donde nos escucharían los vecinos de mis padres.

—Joda, me urge volver a casa.

—No volveré contigo a casa—Suelto con un nudo en la garganta de nervios.

—¿Que? Me parece que no escuche bien lo que dijiste.

Inhalo fuertemente y trato de moderar mi voz, no se lo esperaba y no sé como va a terminar esto.

—Israel es el dueño de un local comercial cerca de una de las mejores zonas de la ciudad, esta tarde llamó porque tenía que acudir a firmar el contrato de renta.

—Pero que demonios... —Murmura—Me dices que quieres trabajar, lo entiendo. Pero ya tienes todo armado y calculado sin comunicarme siquiera. Si quieres abandonarme deberías dejar de enloquecerme más para que me duela menos.

***

Un poquito para que no me extrañen, como prometí ya estoy poniéndole más cabeza al asunto y robándome tiempos entre comidas y tareas para sacar más historia. Espero que les guste y si no pues perdón, de verdad que es mi mayor esfuerzo.

Sé que esta parte del capítulo no revela casi nada pero de a poquito, si Pretty (1) tuvo 52 partes, a esta todavía le podemos sacar jugo. 

PD: Tómenlo como amenaza.

Pretty Boy & Pretty GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora