Corría a toda velocidad picando el balón con una habilidad abrumadora. Lo tomó con ambas manos llevándolo hasta su pecho y lo lanzó a la canasta donde entró, de manera casi inmediata, por quinta vez consecutiva.
Deslizó la muñeca en su frente para escurrir las pequeñas gotas de sudor que caían por el constante esfuerzo físico. De un lado, inspiraba miradas pícaras y sonrisas discretas en los ruborizados rostros de las chicas; del otro, comentarios de enojo y decepción por parte del equipo contrario, quienes estaban resignados ante la derrota inminente.
—¡He Tian! Estuviste genial en el partido— se acercó a él una chica alta y delgada de cabello largo oscuro—Tienes que enseñarme a lanzar así un día. ¿Sí?
—¡Por supuesto! — sonrió fingiendo amabilidad como mejor sabe hacerlo. — Cuando quieras... — su respuesta despertó cotilleos envidiosos en las amigas de la osada chica.
A lo lejos, sus ojos grises dirigen la mirada al chico pelirrojo sentado bajo la sombra de uno de los árboles del patio. Su atención está sobre él pese a las voces de los que están a su alrededor. He Tian percibe las palabras vacías como un ligero zumbido en sus oídos.
—Nos vemos luego— escuchó el pelinegro la última frase de su interlocutora.
—Sí— "como sea", pensaba internamente.
Tras unos segundos de apartar la mirada, el pelirrojo había desaparecido de su visión. Últimamente, He Tian tenía cierta necesidad de verlo, de protegerlo; o más bien, sentir que lo hacía.
Volvió a su salón al terminar el receso. Posó su celular bajo el pupitre y comenzó a revisar sus mensajes con un poco de fatiga, pero a la expectativa de alguna cosa. Aunque nadie sabría decir qué.
[...]
—¡Hey! — alguien interceptó el camino del distraído Guan Shan — ¿podría ser que estás evitándome, flamita?
—¡Tian! ¡¿Qué diablos...?! No te vi venir ¡Y no estoy evitándote! ¿por qué haría eso de todos modos? ¿Y a quién le dices "flamita", idiota? — escupió las palabras el chico de cabellos rojos.
—¿Te hace sentir pequeño? ¿Prefieres "montaña" para no degradar tu ego? — respondió He Tian con sarcasmos, mientras colocaba su brazo sobre el hombro de su compañero.
—Ya cállate, por favor... — dijo Guan Shan sin ánimos de seguirle la corriente.
—Ya, en serio, ¿qué tienes hoy? — lo tomó del brazo para detener sus pasos — Digo, no es que me interese mucho, pero podría decirse que estoy algo curioso — le sonrió intentando sacarle las palabras.
—Tú mismo lo acabas de decir: no te interesa.
—Bien.
—¿Bien?
—Sí. Bien. Si no quieres hablar entonces está bien.
Guan Shan lo observaba extrañado por su respuesta.
—Entonces tendré que averiguarlo por mí mismo.
"Era obvio..." pensó Guan Shan.
El pelirrojo lucía hoy, algo tenso y nervioso. Su comportamiento evasivo reflejaba preocupación e incertidumbre y era fácil de detectar. Incluso más para He Tian, con quien se encontraba regularmente.
—¿No vienes a mi apartamento hoy? — preguntó el pelinegro con un tono más serio y directo.
—No... Quiero ir a casa hoy.
—Bueno, es inusual, pero ahora que lo pienso no conozco tu casa aún así que me parece lo justo.
—¡Oye, espera! No me refería...
ESTÁS LEYENDO
Caballero
FanfictionAhora que Mo Guan Shan había aparecido en la vida de He Tian, no iba a irse pronto. Por el contrario, se quedaría, logrando así, dar un vuelco en el mundo del peculiar pelinegro. En esta secuela de "El amante de mi enemigo", el humor y la picardía...