Mi amado yakuza [Makoharu-Sourin]

Capítulo 7: Encuentro y ¿Olvido?

Kon'nichiwa minna-san

Les sirvo en bandeja de plata, el nuevo cap, esperó lo disfrutéis❤

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¡Maldito seas, Rin Matsuoka! Pensó Haruka, iba corriendo a la universidad, ese día a su mejor amigo se le ocurrió la maravillosa idea de faltar a clases.

Cuando Haru se iba con Rin se levantaba más tarde, pero cuando tenía que irse por su cuenta, necesitaba un poco más de tiempo. Y no fue hasta que tocó la puerta de la habitación de Rin para anunciar que ya estaba listo, que su mejor amigo le  informo que no asistiría.

Normalmente el pelirrojo le avisaba un día antes para que modificará su alarma. Definitivamente iba a llegar tarde, el pelinegro sentía que su corazón se iba a salir de su pecho por la carrera que había dado, pudo respirar aliviado cuando estuvo frente a la universidad, detuvo su paso para recuperar el aliento, apoyaba las manos en las rodillas.

En el momento que el pelinegro se incorporó, vio un camaro negro 2016, estacionarse frente a la entrada de la universidad. Los silbidos de asombro no se hicieron esperar, aunque lo que sorprendió a Haru no fue el auto, si no las personas que bajaban de el.

—Nos vemos, Makoto-san— se despidió Gou con un gesto de sus manos del castaño. Era la primera vez que Haru había visto a Gou desde que ella se había ido, pero eso quedo en segundo plano con la presencia del de ojos verdes.

—Ten cuidado, Gou— contestó el castaño — ¿A que hora paso por ti? — el pelinegro sintió una punzada, que desconocía ¿Que será? Decidió ignorarla y seguir con su camino.

—Tengo que ponerme al día, yo estaré avisándole. — contestó Gou alegre, Haru se sintió algo molesto, mientras ella era feliz Rin se retorcía en la casa, e incluso él.

Se sintió aliviado de que Rin no hubiera ido a la universidad, su humor había estado mejorando, si la hubiera visto de seguro hubiera empeorado.

Haruka paso por un lado de camaro, y por mera cortesía saludo.

—Buenos días. — dijo seco, cuando Gou escuchó su voz se quedó congelada en su sitio, no pensó que se encontraría con alguno de ellos tan rápido, de hecho sus planes eran evitarlos, por eso había llegado tarde, normalmente ellos llegaban temprano. Ese no era su día de suerte, busco a su hermano con la mirada pero gracias a dios no estaba.

Por otro lado Makoto estaba encantando de poder verle, aunque no se acercó a él, sólo se limitó a contestar el saludo.

—¡Buenos días!— el pelinegro volteó a verle, no espero que él, le devolviera el saludo, sus ojos se encontraron con esos orbes verdes que tanto le encantaban.

El castaño le sonrió amable, y Haru sintió el calor subir a sus mejillas, corto el contacto visual y se alejó de la escena.

Una vez en su salón de clases Haru, se llevó una mano a su pecho, por más que lo intentara no conseguía calmarse.

Hace rato que había dejado de correr, así que no entendía el porqué de sus latidos acelerados. Suspiro derrotado y se dispuso a prestar atención a sus clases del día.