Capítulo 64: Futuro

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El sábado siguiente ya estábamos oficialmente en vacaciones de verano, pero aún nos quedaban cosas por hacer. Debíamos hablar con el director para que nos dijera los resultados finales de todos nuestros trabajos realizados en el club.

Quedamos por la tarde, sabiendo que el director, el señor Murray, estaría ahí. Entre todos pensamos que la calificación debía ser alta, pues nos habíamos currado mucho absolutamente todos y cada uno de los proyectos.
Ya estabamos reunidos, fuimos al despacho del director, felices todavía por la fiesta de la noche anterior.
Llamamos a la puerta.

-Adelante-al decir esto, pasamos con su permiso.

Nos sentamos en silencio en las sillas que ya había preparado, Marth entró también, solo para acompañarnos.

-Bien, jóvenes, em...-buscó entre las carpetas que tenía amontonadas en su escritorio algo desordenado-. Aquí tengo vuestras notas. Como sabéis, este año hemos decidido poner la calificación del grupo en total.

Nos aferramos a nuestros asientos, con los nervios desgarrándonos el alma, hasta Monique apretó mi brazo y el de Julian. Seguro que lo hizo porque sino hubiera soltado uno de sus típicos gritos, y claro, la situación se lo impedía, no la culpo.

-¿Y bien, señor Murray?-preguntó Teo viéndonos intrigados.

-Tenéis un nueve coma dos-respondió él y pusimos caras de felicidad, suspirando llenos de orgullo-. Habéis superado la media del año pasado, ocho con nueve. Enhorabuena, chicos. Con esto demostráis que sois merecedores de una beca. Igualmente hemos estado hablando y este próximo septiembre os tendréis que presentar a un examen para acceder a la universidad.

Nos entregó unos certificados y varios papeles con la información para presentarnos el día del examen. Tendríamos que estudiar mucho este verano, no nos suponía ningún problema. Pero de todas formas, decidimos descansar la mitad del verano. ¿Muy justo para después de un año trabajando a tope, no?

Nos despedimos de nuestros amigos, ya que debíamos resolver unos cuantos asuntos... y quedaríamos más adelante.

Lo que pasaba era que tanto Marth como Linda necesitaban un DNI, no hace falta que lo explique. Su registro en nuestro mundo tanto policial como político era necesario. Aunque sería muy extraño presentarse allí en comisaría y decir que en los años que ya llevaban de vida no hubieran sido registrados.

Los cuatro nos dirigimos hacia comisaría. Tío Karl ya tenía una excusa preparada.
Mencionó a un agente, que querían renovar carné de identidad, pero que en otro lugar, mejor dicho, en otra comisaría, había habido un problema y se habían borrado todos los datos sobre ellos. Los agentes, comprobaron que era cierto que no estaban registrados, ni siquiera sus huellas. Pareció no impotarles el motivo de la desaparición de dichos datos, entonces procedieron con su trabajo para que obtuviéramos la información necesaria. No tenían muchas luces... En cualquier caso, tío Karl se encargó de todo.

Y yo estuve pensando un buen rato, ¿cómo había gente que tras haber sido ángeles se convertían en humanos y resolvían esos tipos de conflictos? Esperaba que hubieran podido recibir la ayuda que necesitaban por parte de sus "humanos".

De camino a casa, después de tanto papeleo, Linda y tío Karl se adelantaron para hablar de sus cosas. Y yo hice lo mismo con Marth, salvo que nosotros nos quedamos atrás.

-Marth, ahora ya solo queda pensar en una cosa...

-¿Pensar en qué?

-Pues... en tu futuro.

-¿...?

-¿Qué planes tienes? ¿Qué estudiarás? ¿En qué quieres trabajar? Ya sabes, las ambiciones más prácticas.

-Bueno, sí, sé de algunas cosas que me apetecería hacer y de momento creo que lo mejor sería estudiar para encontrar ya luego un trabajo. Creo que me pasaré este verano meditando sobre ello.

-Ah, sí. Sensata decisión.

-Y claro, también desearía viajar, aunque no puedo quejarme. Ya he conseguido llegar donde estoy gracias a nuestro esfuerzo. Así que es lo que toca ahora, seguir esforzándome y no rendirme con los nuevos propósitos que vayan llegando.

-Ya veo...

-Mm...

-Supongo que también tendrás otros deseos además de viajar... Comprar un coche, después de aprender a conducir, claro, un casa, algún objeto de valor, tener una pareja... incluso formar una familia.

-Ja, ja... bueno, lo de formar una familia siempre me ha parecido algo muy... complejo. Me da miedito de hecho, no me veo de mayor con uno o dos hijos correteando por la casa mientras mi pareja y yo trabajamos, ja, ja...

-Ya, te entiendo, yo no soy de "adorar a los niños"-hice un gesto ñoño mientras lo decía.

-Ja, ja, ¿muy pesados, a que sí?

-Sep, ja, ja...-volví al tema tras ese momento gracioso-. Pero sí que quieres tener pareja, por lo que has dicho, ¿no?

-Ajá... ¿Por qué no? Tiene que ser bonito eso de que alguien de verdad te quiera y se preocupe por ti..., quitando un poco la cursilería: ¡No quiero ser virgen para siempre!-rió y me contagió la risa.

-A ver, digan lo que digan en parte pienso lo mismo, ja, ja...

Aunque quizá había sido algo un poco obvio intentar conocer sus objetivos para el futuro, me había gustado que los compartiese conmigo.

Llegando a casa, acompañé a tío Karl a ir al cajero a sacar dinero. Viendo cómo introducía la clave, me fije en la cantidad de dinero que tendríamos en el banco. Pero me sorprendí al ver, que era la misma que se podía recibir con un sueldo, normal, del montón.

-Esto, tío Karl...

-Dime-dijo mientras tecleaba sobre la pantalla.

-Si tu jefe te ascendió más o menos estas navidades...-él ya estaba cambiando la expresión de su cara, como si ya se esperase la pregunta que le iba a hacer-. ¿Cómo es que el dinero ingresado es igual al que había antes?

-Zea, no deberías formular ese tipo de preguntas.

-¿Por qué no? Bueno, qué más da. ¿Por qué no me has respondido?

-...

-Tío Karl...-fruncí el ceño a modo de preocupación-. No me digas que lo has estado desperdiciando ni nada por el estilo...

-No, no es eso. Pero sí que es verdad que más joven lo hice.

-T-tío Karl, me estás asustando...

-Mira, está bien, ahora te lo explico todo. Pero en casa, ¿de acuerdo?

Ángel de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora