Azulino & Escarlata

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Izumi y yo seguiamos detrás de la puerta, aterrorizados y esperando en cualquier momento una posible catástrofe, yo estaba sentada en la cama abrazando un oso de peluche mientras Izumi buscaba una manera de escapar...o enfrentarlo.

El impacto del hacha contra la puerta era aún más fuerte, tanto que los vidrios de la ventana temblaban, luego de varios minutos él logró entrar, aún con esa enorme y afilada hacha entre sus manos.
Solté un grito desgarrador, que por un segundo ensordeció a Izumi.
Lufi se lanzó sobre él intentando tajarle el cuello, sin éxito, ya que hábilmente lo esquivó, yo solo me mantenía quieta y en silencio, temiendo que a Izumi le pasara algo, el pánico me sucumbía...
Trás muchos intentos, Lufi logró tirarlo al suelo, este se subió sobre Izumi y colocó el hacha a la altura de su garganta.
Yo veía como el arma se deslizaba por su cuello creando así, un diminuto tajo del cual escurrían gotas de sangre...
Izumi se retorció en un pequeño quejido de dolor..

-Dí tus últimas palabras, le amenazó Lufi.

me levanté sigilosamente de la cama, para que este no se diera cuenta, tomé con cautela un bate de béisbol y lentamente fui acercándome...

-¿No dirás nada? Pues eso lo hace más fácil.
Lufi levantó el hacha con su mano derecha con intenciones de enterrarla en el cuello de Izumi..

Al ver lo que planeaba hacer, no lo dudé y lo golpeé en la cabeza con el bate, haciendo que se desmayara...
Ayudé a Izumi a levantarse y nos alejamos, tartamudeando y lleno de miedo él me agradeció.

-No es nada, le dije.

-Salgamos de aquí antes de que despierte, dijo Izumi.

Asentí y nos dirigimos a mi casa, en ningún momento se nos ocurrió la idea de llamar a la policía, ya que estabamos en shock.
Llegamos a mi hogar, ya era demasiado tarde, por lo que fuimos a dormir.
Al día siguiente, decidí reunir a todos nuestros amigos para organizar un viaje a la nieve, todos aceptaron, Franck, Esperanza, Cata y Cris. Definimos la fecha, hora y el lugar de encuentro, dentro de una semana sería el viaje, todos estaban emocionados, sobre todo Esperanza que saltaba de alegría, como si estuviese convulsionando de felicidad.

-Yo llevaré ropa para los seis, dijo Cris.

-Yo la cámara, dijo Esperanza.

-Izumi y yo llevaremos trineos y tablas de ski, dije.

-Yo la comida, dijo Cata.

-Y yo..emm...pues yo...llevaré mi presencia, dijo Franck.

Todos echamos a reír creyendo que se trataba de una broma.

-Es enserio, dijo él.

-Que loco, decía Esperanza mientras reía.
(Podría haber pasado una hora y ella seguía riendo).

Pasaban los días y así, por fin llegó el día en que visitaríamos la nieve, quedamos en juntarnos en el parque a las 3:00 de la tarde, Izumi y yo caminamos hacia allá y esperamos a los demás bajo la sombra de un árbol, pasaron diez minutos y por la entrada del parque se asomaban Cata, Esperanza y Cris charlando.

-¿Y Franck? pregunté.

-Probablemente se atrasó, esperemoslo un rato más, dijo Esperanza.
En ese momento se escuchó una voz, era Franck:

-¿Atrasarme yo? Ja, claro que no.

Todas las miradas se posaron en él.

-¿A qué hora llegaste? preguntó Cris.

-Dos horas antes, contestó.

-¿Por qué tan temprano? dijo Izumi.

-Nosé..
Bueno si sé pero no voy a decir.

El espejo de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora