En el cementerio

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Dos días después de aquel largo viaje a la nieve, eran las 2:00 de la tarde cuando Esperanza llamó al teléfono de mi casa, me sorprendió un poco ya que nunca lo hace. Atendí y me dijo si junto a los demás, quería acompañarla en la tarde al cementerio.

-¿Eh? ¿Por qué un lugar como ese? contesté.

-Porque, cuando yo tenía solo 5 años mi padre falleció en un accidente automovilístico, y quiero ir a visitarlo. ¿Tú y los demás me acompañarían?

Al escuchar su breve historia, no pude negarme.

-Claro que sí, yo les avisaré a los demás. ¿A qué hora?

-A las 8:00, y gracias por acceder, Adiós.

-Vale, Adiós.

Marqué el número de cada uno de ellos para informarles del asunto, a lo que todos respondieron que sí.
Aún faltaba mucho para las 8:00 asi que el resto de la tarde lo usé para ver películas, leer un poco y limpiar mi habitación, a las 7:00 comencé a arreglarme e ir por todos los otros.
Nos juntamos en una pequeña plazita, desde ahí, Esperanza nos guió hasta el cementerio, el cual quedaba bastante lejos así que era una larga caminata hasta allá.

Llegamos alrededor de las 8:10 a un cementerio abandonado. Allí todo era un gran caos, las cosas estaban desordenadas y nadie se acordaba ya de las personas que había allí enterradas, los árboles eran frondosos, parecía como si el cementerio estuviera en medio de un bosque, los nombres escritos en las lápidas apenas se veían, pero a pesar del mal estado del recinto, Esperanza aún venía a visitar y dejar ramos de flores a su padre.

-Es muy lindo de tu parte, dijo Cris.

-Él siempre ha sido lo más importante para mí, dijo sonriendo.

Yo y los demás no atinamos a decir nada, había un silencio incómodo, que en segundos fué interrumpido por la bolsa de galletas que abrió Franck.

Todos lo miramos queriendo decir: "Ten algo más de respeto".

Este al parecer no entendió la señal y siguió con su pequeño banquete.

-¿Vienes en compañía de Esperanza o de picnic? le dijo Izumi.

-Jajjajaja estalló Cata en sonoras carcajadas.

-Hmm... creo que las dos.

Ya estaba oscureciendo, decidimos explorar el cementerio solo por curiosidad, a ver si encontrabamos algo más interesante que solo muertos.

Caminabamos todos en grupo, un silencio reinaba en el ambiente, solo se podía oír el sonido que hacía el viento y los crujidos de las secas hojas del suelo a medida que las pisabamos.

-Esto da mala espina, dije.

-Es verdad, afirmó Cris, deberíamos irnos de aquí.

-¡No seas gallina! exclamó Cata.

-Ahora mismo yo podría estar acostado en mi cama viendo los teletubbies, dijo Franck.

-¿Ves eso? dijo riendo Izumi.

-Que tontería, le dije.

Nuestra conversación, repentinamente se vió interrumpida  por el sonido de lo que parecía ser una motosierra.

-¿Q..qué es eso? tartamudeó Cata con los pelos de punta.

-Tengo miedo, dijo Esperanza.

-Probablemente hayan personas que trabajen aquí a altas horas de la noche podando el pasto con esas máquinas cortacésped, planteó Izumi.

-Creo que eso debe ser, afirmé.

-¡Que inteligente eres, Izumi!, exclamó Cris.

-Bueno, no es para tanto, contestó.

Todos estuvieron de acuerdo con Izumi, pero esa teoría fue errónea al escuchar más fuerte aquel sonido, se podían oír pasos que se dirigían a nosotros.

-¡Ya vámonos! gritó Esperanza

-Están exagerando, dijo Franck.

Cata estaba más pálida de lo normal, sus ojos estaban completamente abiertos, como si observara algo con terror.

-¿Q...qué sucede, Cata? preguntó Cris.

Ella apenas podía reaccionar, pero fué suficiente con que alzara la mano hacia adelante apuntando algo.
Todos voltearon, y ahí estaba Lufi nuevamente, parado justo en frente de nosotros, esta vez con una motosierra manchada de sangre, su ropa estaba rasgada, sus ojos eran negros y siniestros, sonreía de una manera tan despiadada y psicótica que todos quedamos paralizados del miedo.

-NO ESCAPARÁN DE AQUÍ,
dijo con una voz fría y seria.

¡¡¡Corran!!! gritó Esperanza aterrorizada.

Todos se echaron a correr lo más rápido posible hacia la salida, pero desafortunadamente estaba cerrada.

-V...vamos a... morir, dijo Cris entre suspiros.

-¿Q...qué h...haremos? dijo Cata temblando.

En ese instante, entre los árboles, se podía ver como Lufi avanzaba lentamente por el sucio camino, con la motosierra en su mano... goteando sangre de aquella arma, con rasguños y heridas en las piernas.. realmente era aterrador, yo y los demás no sabiamos que hacer, Esperanza lloraba descontroladamente y Cata parecía estar vacía por dentro, no mostraba ninguna expresión...
Aún habían uno o dos faroles de tenue luz que titilaban en el fondo, venían dos personas caminando...una mujer y una niña pequeña, Lufi se dió cuenta de esto y se dirigió hacia ellas, intentaron correr, pero en vano, este era muy rápido...
las partió en dos, lanzaron terribles gritos, la sangre se esparcía por el suelo, los cuerpos de ambas se desplomaron, quedando sobre el enorme charco de sangre.

Todos estaban pálidos, con un terror inmenso reflejado en cada uno de sus rostros, a pesar de eso intentamos escalar la reja oxidada con dificultad, ya que esta estaba cerrada, de milagro todos pudieron salir, aunque Izumi se hizo un leve rasguño. Pero Lufi aún nos seguía, sonriendo cada vez mas hasta el punto de no poder mirarlo...
Corrimos lo mas rápido posible a la casa de Cris, cuando llegamos, aseguramos puertas y ventanas.
La casa de este idiota era de alta seguridad, por lo que sería difícil que entraran..
Todos, agitados y atemorizados descansaron e intentaron borrar la imagen de Lufi de sus memorias... hasta que..

Continuará... ewe

El espejo de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora