La vida de una asesina ♦[EN EDICIÓN] ♦

Realidad...

Lucy Narra

Desperté ante los primeros rayos del sol, desde que empezó mi entrenamiento Laxus me acostumbró a levantarme temprano y eso al parecer jamás cambiaría. Mire el uniforme, arreglado y planchado para la tonta misión de Laxus, en otras palabras "niñera de Dragneel", pensar que estaría cuidando de ese tonto adolescente me hace enojar, sin embargo si los Dragneel mentían podía deshacerme de aquella sonrisa, el obstáculo que me detiene en culminar mi venganza, la sangre, la muerte y desesperación en esos ojos verdes sería el postre perfecto. Esto es una delicia, una gran satisfacción y ¿Felicidad? quizás exagero en eso, ya que hace mucho tiempo que no deseo felicidad.

Termino de vestirme y bajo al comedor, este día usare un vestido de niña buena,  color miel, con un cinturón y unas botas blancas, una estudiante de preparatoria común y corriente, hay un gran silencio al parecer Laxus y Mira no se habían levantado, termino de desayunar, salgo de la mansión y camino hacia la ciudad.

—Debería ver a mi detective favorito...—musité imaginando la cólera que él debería estar sintiendo.

.........

..........................

—Señor no encontramos otra vez huellas. —dijo un hombre uniformado al acercarse, Macao tiró su cigarro y masajeo sus cienes.

—Demonios, como puede hacer esto sin que dejen alguna pista- rugió Macao ante el comentario de su compañero— ¡Busquen bien! — ordenó a lo que el hombre asintió y salió directo al callejón, Macao encendió un cigarro los nervios lo estaban acabando.

—Que pasa compañero acaso no puedes con un asesino— su compañero Wakaba sonrió y se acercó al detective.

—Sí, jamás creí que alguien como él o ella me tendría así- Rugió Macao tirando su cigarro— Ven a ver lo que hizo ahora- Macao y Wakaba se dirigieron hacia el cuerpo, Macao alzo la manta blanca que cubría al cuerpo, Wakaba hizo una cara de asco y retrocedió- Ves, está loco nuestro amigo. 

—Demonios, sabía que le gustaba descuartizar y disparar pero cortar la mitad de la cabeza creo que es un gran psicópata. — susurró Wakaba — Te tocó uno muy difícil. —

—Ja, esta vez te doy la razón, durante mis treinta años jamás había visto algo así.  Lo único que sabemos es que le gusta marcar a sus víctimas con el nombre de Dark Flame. 

— ¿Cuantos van en este año? — Wakaba pregunto mirando a su compaero.

Macao soltó un suspiro — Veinte hombres muertos, todos han sido traficantes, violadores o han estado involucrados en delitos de tercer grado, llevamos un año y medio y no lo hemos podido atrapar, no sabemos si es hombre o mujer y la única pista es su estúpido Nombre.

—Mientras no sea gente inocente podríamos decir que este tipo hace justicia. — Al comentario de Wakaba Macao enfureció.

— ¿Justicia? ¡es un criminal! matar a otro ser humano lo convierte en un monstruo, alguien que ni siquiera merece un juicio para dictarle la muerte. — gritó Macao— Justicia como no.