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Narra Alexa.

Estaba recostada en el sillón con Perla en mi vientre mientras esperaba a Rubén quien todavía no llegaba.

Una hora más tarde me di cuenta que Rubén no llegaría, pero para asegurarme y poder irme a descansar decidí llamarlo.

Llamé una y otra vez pero este no contestaba, pobre unas veces más y lo cogió.

– Alex -. ¿Vienes o no? -. Tuve unos problemillas pero enseguida estaré allí -. Vale te espero.

Di un suspiro de cansancio y esperé en el sillón a Rubén.

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– Rubén -. Dije casi en susurro, este desvío la mirada de la pantalla plana del televisor y me prestó atención -. ¿Recuerdas a Sofía? -. Su cara cambió por completo y la media sonrisa que tenía de desvaneció -. ¿Te parece si voy a por helado?

Desvíe mi mirada al suelo, Rubén quería cambiar de tema y eso me hacía sentir mal, tal vez Sofía no quería saber nada de mí.

– Si no quieres decirme algo simplemente no me lo digas y ya, no cambies de tema Rubén -. Por favor Alexa cállate, no sabes que decir -. ¿Estás borracho cierto? -. No cambias mujer, te hablo y ya para ti estoy borracho. Madre mía -. Retrocedamos el tiempo y recordemos que yo no fui quien abuso sexualmente y golpeó a una chica -. ¡Coño de la madre siempre con eso! -. Dió un golpe en la mesa.

Me quedé inmóvil en mi lugar y sin decir nada.

– ¿Sabes qué? Yo a ti no te quiero, puedes irte a la mierda -. ¿Quién dijo que yo a ti te quería? Los hombres babean detrás tuyo y jamás te diste cuenta ¿Crees que te quieren de verdad? -. Se acercó a mí y se agachó quedando a mi altura -. ¿En verdad lo crees? Sólo quieren tu cuerpo -. Como tú -. Rompí en llanto.

Miró a otra dirección y se echó a reír.

– Hace unos meses cuando te vi pensé que te amaba, pasados los días me di cuenta que estaba completamente enamorado de tus curvas y no hablar de tus tetas -. ¿Recién te das cuenta? Eres un inútil, eso es lo que eres -. Si hablamos de eso tú tienes el título de puta.

¡Abre los ojos Alexa, Rubén no ha cambiado. Sigue siendo el mismo hijo de puta de siempre!

– Puedes irte de mi casa ahora o mismo o llamare a la policía -. No hace falta, yo me voy de aquí -. Se levantó de un bruscamente y cogió su chaqueta antes de salir por aquella puerta me miró y volvió a hablar.

– Espero que no se te olvide que no cambié -. Sonrió siniestramente.

Dió un portazo y no volví a escuchar otro ruido que no sea del ascensor.

Las lágrimas recorrían mi cara, el silencio era interrumpido por la televisión.

Dejé todo tal y como estaba, apagué la televisión y cogí a Perla. Me dirigí a mi cuarto y me eché a llorar mientras está limpiaba mis lágrimas.

Después de todo Rubén tenía razón, era una puta, no servía de nada y nunca nadie me amaría por lo que soy.


Feliz año nuevo!!!

Dark Past ↪R.D.G↩ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora