Yo lo miraba, y puedo jurar que no me quedaban ganas de mirar a nadie más.
En ese momento comprendí que mis ojos eran de él; porque los ojos, siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar
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Entre Letras Y Cafeína.
Teen FictionEntre letras y cafeína. Todos los derechos reservados.
VII
Yo lo miraba, y puedo jurar que no me quedaban ganas de mirar a nadie más.
En ese momento comprendí que mis ojos eran de él; porque los ojos, siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar