El sonido del amor

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Esta historia relata de un chico en busca del sonido perfecto, el vivía en la luna... solo, buscaba estrellas que tenían un sonido especial, y cada vez que encontraba una la tomaba y la guardaba en un cofre, era cofre de madera ya algo viejo, tenia encerradas miles de estrellas y cuando ese chico lo habría se escuchaba una melodía hermosa, todas esas estrellas sonando en una melodía inigualable, el chico un día decidió sacar todas esas estrellas y acomodarlas para que juntas hicieran otras canciones, lo que hizo fue conseguir que esas estrellas se apagaran, pero al momento de tocarlas las estrellas volvían a sonar, ese chico tocaba esas estrellas para hacer una canción a su manera, y eso le encantaba, cada vez hacia una melodía más bonita, y más larga, un día el chico cuando estaba tocando vio aparecer una sombra, esa sombra apago las estrellas y a su hermoso sonido, era la sombra de la tierra, al no tener la luz del sol esas estrellas no tenían la suficiente fuerza para sonar, el chico devastado, pensando que esa música no sonaría de nuevo y empezó a llorar. -!!Suenen suenen!!- repetía el chico rogando. Desesperado por volverlas hacerlas sonar busco una forma alterna de energía para ellas, pero no tenía nada al alcance ya que solo había polvo lunar, guardo sus estrellas en el cofre de nuevo y las junto a su pecho, se sentó en el cráter lunar que más le gustaba por ser acogedor y ese cofre lo sostuvo en sus manos por mucho tiempo hasta quedarse dormido. Al quitarse la tierra entre la luna y el sol las estrellas volvieron a recuperar su energía. El chico despertó por la melodía que estaban creando sus estrellas, las saco de nuevo de su cofre y decidió que esas estrellas no debían de apagarse, aun si la sombra volviese, así que pensó -¿cómo tomo energías para mis estrellas?-. Mientras pensaba en una solución de repente vio pasar una estrella fugaz, al verla pidió un deseo, ese deseo fue tener la energía suficiente para que sus estrellas no se apagasen, terminando de pedir dicho deseo en su pecho brillo una luz, una luz inmensa y grande, esa luz salió de su pecho y se colocó frente a él. La luz empezó a esparcirse hacia todas sus estrellas las cuales se juntaron y a unos metros formaron un cuerpo, él se acercó para ver lo que pasaba, y justo cuando el cuerpo se terminó de hacer se abrieron unos ojos color morado, un morado intenso, y un cabello ondulado, el chico asustado dio unos pasos hacia atrás y pregunto -¿quién eres?-. Una voz femenina muy linda sonó al contestar -soy la energía que pediste para escuchar el melodioso sonar de tus estrellas-. El chico sorprendido observo detalladamente a la chica que había aparecido ante él y pregunto -¿cómo es que funcionas?-. A lo que la chica respondió -así como amabas a tus estrellas tendrás que amarme y yo te cantare las veces que me lo pidas-. El chico sorprendido toco su mejilla y le miro a los ojos, en ellos vio una profunda y hermosa alma que se había creado. Se creó el sonido perfecto y maravilloso que él había pedido... el sonido del amor. -prometo amarte por siempre-.


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