Riley POV
Yo veía por la ventana del avión, no logré conciliar el sueño, por razones obvias.
Sebastian dormía plácidamente junto a mi. Ya me había aburrido de detallarlo dormir. Sí, se que suena terriblemente acosador ¡Pero estaba aburrida! Y debo admitir que se vé super tierno dormido.
*¡Comportate, Smith!*
Me levanté de mi asiento e intentando no despertar a Sebas o a el señor a su lado, salí al pasillo. Unos tres asientos atrás estaba Drake junto a un asiento vacío. Perfecto.
Me senté escandalosamente junto a él a propósito, haciendo que se despertara.
—Tenemos que hablar.—dije.
—Espera espera espera, no puedes terminar conmigo si nunca hemos salido. Aunque no tengo problemas con comenzar una relación.
—Controla esas hormonas, imbécil. Y sabes muy bien que no hablo de eso.— eso hizo que apagara su modo "Prostituto" y borrara su sonrisa "Coqueta".
—Es sobre Alexa ¿Cierto?— me giré por completo para verlo de frente y me crucé de brazos.
—¡No es sólo sobre Alexa!— dije tal vez un poco alto, entonces una azafata pasó justo a mi dicendo un "¡Shhhh!" Con efectos acuáticos. Por lo que tuve que susurrar.— Es sobre todos ustedes. Siempre han ocultado algo de nosotras y necesito saber que es.
—No se de que hablas— dijo nervioso.
¡¿ENSERIO?! ¿¡CON LA PEOR EXCUSA EN ESTE PLANETA?
—Sabes muy bien de que te estoy hablando. Cada vez que tenemos una conversación normal, alguno de ustedes recibe una misteriosa llamada y tienen que irse, todos. Además de el hecho de que cada uno de ustedes sabe defensa personal nivel 8. ¡Oh! Y sin mencionar el acceso que tienen al jet privado patrocinado por La Marina. Y sí ¡Por supuesto que lo he notado, no soy pendeja!
*Bueno, tal vez si lo eres un poquito, cofcofotalvezdemasiadocofcof*
—¡SHHHH!— dijo la azafata de nuevo.
—¡Me estoy desahogando, zorra! ¡Agarre su SHHHH y métaselo por el...!— una mano no me dejó terminar mi hermoso insulto.
—Discúlpela, tiene cita con el psiquiatra el próximo lunes.— dijo Drake haciendo que la azafata se fuera.
—Explícamelo.—dije cuando quitó su mano de mi boca.
—Eh-h ¿Recuerdas que nuestro padre era militar? Bueno, él estaba algo obsecionado por que entrenaramos, así que nos enseñó todo tipo de artes marciales y defensa personal nivel militar. Después de que él... M-mu-muriera, por ser militar condecorado, nos dieron acceso a máquinas de transporte militar.
—No quería mencionar lo de...— no pude terminar la frase así que sólo bajé la cabeza— Lo siento.
—Tranquila, está bien, sólo necesito descansar.
—Te dejo entonces— dije revolviendole el cabello y caminando a mi asiento. Se que hay más cosas por decir, pero no quiero causar más daño del que ya he hecho.
El padre de Alexa y los chicos fue Marín condecorado, uno de los mejores, tengo que admitir. Murió hace menos de año y medio, su madre me dijo que murió en batalla. Alexa nunca ha hablado de él, bueno, nunca frente ha nosotros. Tal vez esa herida haya sanado pero dejó una gran cicatriz en todos.
Recuerdo cada segundo de aquél momento porque dos meses después de su muerte A La abuela Clara le habían detectado un cáncer de mama terminal. Aún recuerdo su tierno olor, su cabello con algunos tonos grisáceos que intentaba ocultar con tinte. A pesar de que ella estaba muriendo... salía a la calle con unas riquísimas tortas de arándanos y se las entregaba a los ansianos del asilo que nunca recibían visitas.
Recuerdo que ella hizo una de esas en mi cumpleaños, una de las últimas veces que la ví. Lo que no sabía era que esa era la última vez que probaría la tarta de la abuela.
Ella no sobrevivió.
Aún no lo comprendo ¡¿Por qué, si en verdad existe un Dios, le tiene que dar sufrimiento y agonía a buenas personas?! ¡¿Por qué?!
—¿Estás bien?— dijo una voz ronca junto a mí. Era Sebastian que intentaba ocultar un bostezo
—Si ¿Por qué?— Sebastian se señaló la mejilla e inclinó un poco la cabeza, esa acción que hacemos cuando queremos que alguien se toque su propia mejilla, así que eso hice y la sentí húmeda. Me sequé rápidamente con la manga del suéter y sonreí.
—No te diré que no llores, porque no todas las lágrimas son malas. Pero ¿Necesitas un abrazó?
—Siempre voy a necesitar un abrazo— dije abrazandolo de las costillas, lo que aun no sé es en qué momento me quedé dormida.
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Somos unas P.U.T.A.S (EDITANDO)
Ficțiune adolescențiDos chicas, normales, comunes y corrientes, con vidas normales, comunes y corrientes. Nah mentira, lo único normal en nosotras es que respiramos oxígeno como todo el mundo... Creo. -¿Y por que no somos normales? Porque sino no habría novela. Ya de...