0. Prefacio:

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Historia Corta; Legado de Sangre:

 -Sería perfecto tomar un bote y remar hasta que el océano se acabe y caer por el vacío del espacio. Caer en la tierra de la nada y plantar la semilla del todo. Sería perfecto dejar la ironía por un lado y abrir los oídos a lo que nuestras voces están por decir.

Ah, no. Eso es aún más irónico.

-Perdonen mi ignorancia- Dijo el Viejo dando la vuelta y cerrando la puerta.

Momentos después, sin darse cuenta lo seguí, observando meticulosamente cada paso que daba e imperfección de su arrugada ropa. A pesar de su aspecto cochambroso y pobre, les sonreía a los niños y, si tenía en sus capacidades; les daba una que otra golosina.

Al llegar a su choza, me escabullí por las entrañas de una ventana en mal estado, y al llegar a su choza y ver la podredumbre en la que se hallaba, me percaté de que en sus adentros algo se rebalsa de sus cabales, y se rompió en sí.

Vi el destello de una lagrima al desvanecerse en pequeñas partículas al caer al suelo, qué ironía, es un hombre tan fuerte. Sobresaltado, tiró una puerta, la arrancó de sus goznes y la dejó caer al suelo. Lo seguí hasta la cocina en donde tomó un cuchillo, tomó coraje y se llenaron sus ojos de angustia; estaban encendidos en fuego. Se ensartó en el brazo derecho una navaja que tenía en su cómoda.

La sangre salía tal cual fuente, perdía fuerza y color mientras el flujo carmesí salía de su cuerpo. Tomó una brocha; usó su brazo como godete, la puerta como un lienzo, su sangre cual pintura y la vida cual inspiración.

Es impresionante como litros de sangre lograron hacer una obra de arte tan formidable. Era la representación de un ángel brillante en un bosque muerto, sin salida; llevaba su aureola brillante, un vestido fino manchado con vino. Su mano derecha empuñaba un cuchillo ensangrentado y sus ambos brazos estaban cortados, arañados o desgarrados; sangrantes. Su mano sostenía una biblia quemada y su rostro estaba lleno de lágrimas; parecían océanos nocturnos, una expansión sin luz, un cielo sin vida.

Era un ángel caído.

Al verlo me quedé impactado, no podía creer que su sangre había encarnado una escena tan inconcebible. Es una obra de arte. La imagen me dejó boquiabierto, atónito, anonadado. Me había intimidado; no el horror, si no la expresión del anciano al encontrarme completando su obra. Me sobre salté al verlo acercarse a mí con curiosidad y empatía.

Ya era de noche, había palidecido, tenía una expresión agonizante, los ojos reflejaban su último haz de luz. Estaba muriendo. Volteó hacia mí, con su cara arrugada, huesuda y moribunda; sus labios expresaron con voz dolida dijo:

- ¿Para qué es la inteligencia, si en este mundo la sabiduría es una voz sin percusión, si ya nadie la escucha, si es tratada como una piedra que se patea todo el camino a la ciudad? La humanidad es pobre, es inhóspita-. Tosió secamente, sus ojos se llenaron de lágrimas-. El diablo se beberá hasta la última gota de mi sangre cuando muera, la todavía conserva esencia, la que aún mantiene su color y nunca destiñe, la que guarda la esencia que toda la creación junta ha desechado por los drenajes. No sé qué será de ustedes sin mí, sin nadie que permanezca cuidándolos desde la sombra, haciendo lo correcto en el anonimato, rezando por los pecadores y pidiendo clemencia por los reyes. No sé qué será de las generaciones futuras sin que yo degolle a los profanos, ay de las generaciones futuras, que se cuiden sin mí.

» Por eso prefiero, en mi último suspiro de vejez, a pesar que me seque por dentro, hacer de mi identidad una obra de arte, de la esencia un recordatorio del inicio del pecado y de mi muerte, una hazaña. La tienes en frente, gózala, en su máxima expresión.

» Recuerda, jovencito. No importa que todos lo digan, sé cómo Salomón, él creía, tal como yo, que la vida era irónica; no vale perseguir las riquezas si cuando mueras nadie te las llevará al sepulcro, no vale perseguir el renombre si después de la muerte tu nombre lo olvidarán los hombres. "Ese afán por tener cada vez más no tiene sentido. Es como perseguir el viento". Persigue la sabiduría, persigue el amor, persigue la sonrisa... es lo único que la humanidad nunca olvidará.

» Tienes una vida, y una oportunidad de vivirla en esta tierra. Gózala y nunca seas una voz anónima, porque la sabiduría jamás será irónica.

» No olvides mis últimas palabras, dáselas a todo ser que las necesite:

"Entonces dirán los israelitas: "¡Miren cómo avanza el enemigo! ¡Parece el nubarrón de una tormenta! Sus carros y sus caballos de guerra son más veloces que las águilas; ¡hasta parecen un huracán! ¿Qué será de nosotros? ¡No tenemos escapatoria! Jeremías 4:13."

Después de su discurso, se secó por dentro. Calló muerto, su última gota de sangre calló a suelo, y se secó.

Al verlo, dije a mis adentros "Válgame Dios; no estamos perdidos. No lloraré a este hombre por vano, su sangre la tragaran los maderos y respiraremos la esencia de su identidad, llenará nuestros pulmones y se convertirá en nuestro oxígeno. Sus palabras no morirán en mi".

Cerré la puerta y salí corriendo.

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Arte: Maxime Taccardi. Este artista, realizó esta y otras pinturas a base de su propia sangre.

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