Capítulo XXXVII. Julio 28.

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Hola diario querido... el día de la mudanza (2 de marzo), comimos pizza y... bueno; Sam me captó en video al acostarme con mi novio. Me excitaba el hecho de verme en ese video y a la vez me apenaba. Sí, suena contradictorio pero es la verdad...

Esa misma tarde Adrián llegó y los tres compartimos la pizza; ya en la noche nos fuimos a dormir. Sam durmió en el otro cuarto (obvio)... Una vez en la cama le dije a Adrián de la idea de grabarnos algo que le dio curiosidad pero a la vez, duda.

-Sería algo divertido pero...

-Sam me contó que ella y Tibi se graban. –Le interrumpí.- ¿Por qué te preocupa?

-Si nos grabamos... y, ¿si me roban a mí o a ti el celular? Quien sea subiría las fotos o los videos al internet. ¿No lo has pensado?

Esa era una buena razón para no hacerlo pero yo le dije:

-Tengo una cámara digital y no se conecta al internet por aquello de los hackers. Luego podríamos verlo en la pantalla, querido.

Entonces me salí de la cama desnuda buscando en los cajones de mi ropero una cámara digital la cual estaba guardada desde hacía tiempo. La verdad es de Sam y ella me la regaló hace como un año pero como estaba en el convento, no la usaba. Ahora le daría un "mejor" uso, ¡je, je, je!

Fue así como la encendí y la batería estaba a un 50% todavía, ¡vaya! Pues bien empecé a grabar a Adrián en la cama y cuando me tomó me penetró y... ¡ya sabes lo que pasó! Esa noche nos grabamos haciendo el amor de casi todas las formas posibles. ¡Diantres! ¡Cómo lo disfruté! Lo único que me era incómodo fue el sujetar la cámara y a él también...

A la mañana siguiente Adrián se fue a su trabajo y yo quedé con Sam. Una hora después mamá llegó a casa y compartimos con ella claro que debimos vestirnos adecuadamente antes de abrirle la puerta.

-¡Hola, má! –Le saludé abrazándola.-

-¡MMAAAMMMIII! –Saludó Sam gritando.-

La invitamos a un buen desayuno mientras hablábamos de todo un poco... má estaba preocupada por mí y me extrañaba junto a Sam.

-¡Ah mis hijitas! Aunque sólo han pasado unos días, las he extrañado... -Decía má muy feliz.-

-¿Qué ha dicho papá de mí, má? –Le pregunté.-

-Bueno, Yamita verás él...

En eso la conversación es interrumpida porque papá llegó enojado a casa reclamándome muchas cosas en voz alta.

-PRIMERO MI HIJA DEJA LOS HÁBITOS PARA QUEDAR PANZONA (EMBARAZADA) DE UN DON NADIE... SE VE QUE TE CUESTA HACER LO BUENO PERO NO TE CUESTA ABRIRLE LAS PIERNAS A UN...

-¡¡BASTA, BASTA, BASTA...!! –Le grité llorando.-

-¡¡ALBERTO YA BASTA VIEJO ANTICUADO!! –Le gritó má.-

Diario De Una Monja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora