Bienvenido a Monster House, tal vez quieras pasar a la sala por un té... no garantizamos que sea té realmente.
||Colección de relatos oscuros y misteriosos.
Una historia diferente en cada habitación.||
☁ Portada: @Lannyssi
Era una habitación pequeña; con espejos que iban del pulcro suelo de madera negra hasta el techo. Ante la brillante luz de los tubos fluorescentes situados estratégicamente por el lugar; la habitación parecía una habitación de espejos como cualquier otra, pero sin ella, podías ver sombras que se proyectaban desde las esquinas, arrastrándose por el piso hasta la puerta.
LuHan había vacilado a la hora de adentrarse en el espacio, demasiado cohibido ante la idea de sus ojos mirándolo desde cada ángulo de la habitación, pero una vez que dio el primer paso, su cuerpo se movió por si solo e hizo el resto. Su silueta se proyectó en cada espejo de la pared, y aunque un escalofrío lo había sacudido en primera estancia, haciéndolo sentirse tímido ante su propia mirada, LuHan descubrió que le gustaba. Le gustaba mirarse de esa manera; desde cada punto de la habitación. Le gustaba que su imagen fuera la única proyectándose en los espejos; como si él fuese el centro del mundo.
Sin embargo, la sensación se desvaneció por completo cuando escuchó la voz de SeHun provenir desde la puerta. Porque tan pronto como su novio hizo un gesto de aprobación con la voz, LuHan se sintió tan pequeño y avergonzado que abandonó la habitación rápidamente, con las mejillas encendidas.
— ¡LuHan! ¿A dónde vas? ¡Estaba disfrutando la vista!
LuHan no volvió a visitar la habitación de los espejos ese día; pero esa noche, cuando él y SeHun se fueron a la cama entre besos y caricias, LuHan se imaginó cómo sería ser tomado en aquella habitación, rodeado de la imagen de SeHun deslizando sus labios por cada fracción de su cuerpo hasta hacerlo acabar. Cómo luciría su rostro proyectado desde cada ángulo mientras su novio se sumergía entre sus piernas, empujándolos a ambos hacia un abismo en el que sólo había placer. Había tenido un orgasmo tan intenso mientras imaginaba aquello, que la vergüenza volvió teñir sus mejillas de un vivido color carmín mientras SeHun se dejaba caer a su lado, besando su hombro mientras comentaba con una sonrisa extasiada el cambio que había advertido en su expresión cuando por primera vez tomó la iniciativa sin siquiera notarlo.
La próxima vez que estuvo rodeado de espejos; LuHan se descubrió a sí mismo deshaciéndose del pudor cuando sus ojos se posaron sobre la silueta en los espejos. Su pecho se había henchido de orgullo mientras se miraba a sí mismo; tan joven, tan atractivo, tan... hermoso.
Los espejos le dieron una confianza que nunca antes había poseído, porque mientras más se miraba en ellos, más de esa inocencia que no sabía que poseía se perdía. LuHan pensaba que se trataba de madurez, que algo como eso iba a suceder tarde o temprano una vez que descubriese que no sólo era bello por dentro, sino por fuera también, pero no se trataba de eso. En lo absoluto.
