Capitulo 4

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ANNA

Salí del departamento de Eli, totalmente destrozada. Apreté mis ojos con todas mis fuerzas, hasta el punto donde parecía que iban a explotar, para poder contener las lágrimas.

Aferre el vaso a mi mano, apretándolo para poder contener la tristeza y no colapsar.

Finalmente abrí mis ojos y mire hacia el techo, soltaba bocados de aire continuamente.

La piel se me erizo al sentir la lagrima cayendo por mi mejilla. Inmediatamente la limpie con la manga de mi chamarra, no me puedo dar el lujo de andar por ahí llorando, demostrando mis debilidades.

Eso me pone a pensar; ¿Cuales son mis debilidades y que tan letales son? ¿Que efecto generan en mi y como se cuales son?

Suelto el vaso de mi mano, debido a que fue tanta la presión que le puse contra la palma de mi mano que siento la cortada ardiendo.

-- Perfecto.-- Digo mientras observo la herida de mi mano.

Me limitó a cubrirla con mi otra mano y salgo del edificio.

(----)

Me aferro cada vez mas a mi chamarra,  mientras camino bajo las luces de la ciudad.  De seguro estamos a menos cero grados o hasta menos.

Siempre he amado la nieve y el frío, pero ahora que como no se como protegerme de el, le he perdido el afecto.

Sigo caminando, mientras observo los estrechos letreros de restaurantes, hoteles, bares. Todo es mas borroso de noche.

Se que ha sido un día difícil, y ahora debo encontrar un lugar para pasar la noche. Puede que un hotel pero son demasiado caros para lo que yo tengo.

La herida de mi mano provoca que saque un ligero gemido de dolor. Tengo que hacerme cargo de eso.

Solo me queda un lugar a donde ir, un lugar de confianza. El bar de Nick.
Mi padre solía ir allí cuando necesitaba un trago, ahora se convirtió en mi lugar favorito para ahogar las penas; aparte necesito un lugar privado para curar mi herida.

(-----)

Mi camino emprendió rumbo al bar, era una suerte que aun recordara la ubicación. Dos años te pueden hacer mucho daño de memoria.

-- ¿Perdida?-- Se escucha una voz a mi espalda.

Me giro sobre mis talones para encontrarme la persona que menos esperaba.

-- Thomas.--

Inmediatamente escondo mi mano herida en la bolsa de mi chamarra.

La cara de Thomas estaba un poco tapada por su gorro y su bufanda para el frío pero aun con todo eso, lo puedo reconocer.

-- ¿Como me encontraste?-- Le pregunto mirando a otro lado.

-- ¿Encontrarte? Fue pura casualidad al encontrarte aquí, deje de buscarte hace tiempo.--

Debo de admitir que en algún punto eso dolió, en especial viniendo de Thomas.

Ahí nos quedamos, los dos parados afuera de un bar, lleno de gente.

-- ¿Te invito un trago?-- Dice Thomas.

Yo solamente rodeo los ojos y entro al bar. Se que a mi espalda viene Thomas; me ha encontrado y no me dejara ir tan fácil.

-- Dos cervezas porfavor.--

El mesero se frota la barba gigante que lleva y frunce el ceño por unos segundos.

-- ¿Son mayores de edad?--

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